Jóvenes buscan frenar el avance de la central hidroeléctrica de Rucalhue

La agrupación Semillas del Lirken lleva más de una semana en el territorio donde se instalaría la central energética y han sumado el apoyo de diversas organizaciones medioambientales del país

«Estamos renunciando a nuestras vidas para que este proyecto no salga a la luz y no ocurra en otras comunidades», comenta Paula Riffo, vocera de Semillas del Lirken, una agrupación de jóvenes que se tomaron los terrenos de la central hidroeléctrica de Rucalhue para frenar el avance de la central que tendría una capacidad de 90 megawatts y un costo de 240 millones de dólares.

El proyecto hidroeléctrico Rucalhue obtuvo la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) en el año 2016 para así construir una central de pasada con embalse en el sector de la precordillera del río Bío Bío, entre las comunas de Quilaco y Santa Bárbara, en la región de XX.

Atiaía era la empresa brasileña a cargo del proyecto energético. Tras su quiebra en el año 2018, la central hidroeléctrica fue vendida a la gigante china Three Gorges Corporation, la mayor generadora eléctrica a nivel mundial. Para esto, la empresa asiática actuó a través de su brazo internacional China International Water & Electric Corporation (CWE), cuya subsidiaria en Chile es dirigida por Zhang Yixin.

La CWE anunció el inicio de la construcción de la central Rucalhue para el 2021, ya que los permisos ambientales estarían a punto de caducar. Hasta el momento sólo se han realizado sondajes preliminares en el área a intervenir.

Abandono estatal

Paula Riffo asegura que las negociaciones desde el primer día fueron extrañas. El actual diputado RD por el Distrito 8, en el año 2013 fue a la zona como «un relacionador público de Rucalhue que llegó a vender el cuento a la gente de acá. Con tal de que los vecinos aceptaran la central, gestionó la entrega de celulares para cada uno de ellos», afirma la vocera de Semillas del Lirken.

Por otra parte, la agrupación de jóvenes acusa que la compañía Rucalhue ha tomado ventajas de las necesidades de las comunidades afectadas por la pandemia. En el sitio web de la hidroeléctrica, dan cuenta de la donación de cajas de alimento a los vecinos de las comunas de Quilaco y Santa Bárbara, en coordinación con la Dirección de Desarrollo Comunitario de la Municipalidad de Quilaco.

Desde Semillas del Lirken acusan sentirse abandonados por el municipio, pues «nunca se han acercado a nuestro campamento». También comentan que la jefatura comunal avala la represa ya que la respuesta que siempre han obtenido es: «ya no hay nada más que hacer».

El campamento y la toma siguen en pie. Riffo valora el aprecio y el apoyo que han recibido por parte de los vecinos. También asegura que se han sentido sorprendidos de que el tema haya sobrepasado los límites comunales, pues «se nos han acercado personas de todo el país y nos damos cuenta que estamos generando el peso que siempre tuvimos que haber generado».

La importancia del río

Si bien la CWE afirma que esta construcción es un proyecto renovable y amigable con el medio ambiente, para la agrupación Semillas del Lirken esto sería falso ya que pondría en riesgo a especies nativas de la zona e inundarían el sector de La Junta.

«Nos están quitando nuestra historia», asegura Paula Riffo quien desde pequeña admiraba el río con sus aguas cristalinas e iba a los pozones de La Junta para capear el calor en verano. Asimismo, sostiene que la cuenca del Bíobío es un territorio ancestral para el pueblo Mapuche, así que también estarían borrando una historia milenaria.

En esta zona del río Bíobío también está presente el embalse Angostura, el cual fue construido a los pies de un sitio ceremonial mapuche (kuel), inundando extensas superficies de bosque nativo y un cementerio sagrado del pueblo Pehuenche.

Por otra parte, Evelyn Habit, profesora titular de la Facultad de Ciencias Ambientales (UDEC) denuncia que la especie endémica de la cuenca del río, denominada Carmelita de Concepción o Percilia irwini, ha sido erradicada del tramo entre las centrales Ralco y Pangue. Además con la construcción de Rucalhue podrían poner en peligro el sector donde vive esta especie nativa en peligro de extinción.

Es por ello que la agrupación juvenil tomó la decisión de tomarse el terreno. «Desde que somos menores de edad venimos oponiéndonos a este proyecto, pero obviamente no nos pescaron. Hoy nos tendrán que escuchar, pero no vamos a negociar. La única forma de sacarnos de aquí será cuando la hidroeléctrica también se vaya», concluye la vocera.

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