Carta Abierta a Sergio Villalobos

LobosDon Sergio, refiriéndonos solo a su carta publicada en el diario El Mercurio con fecha 4 de marzo de 2016, compartimos con usted que es necesario aclarar ciertas falsedades.

Escribe Nelson Lobos Camerati, Director Historia Mapuche

A mediados del siglo XIX se inicia una migración masiva de chilenos al Mapu (País Mapuche, hoy Wallmapu) proceso denominado por la historiografía como “infiltración” que en la práctica consistió en la migración al país Mapuche de especuladores y de campesinos pobres en búsqueda de mejores oportunidades, dada la superior calidad de vida que tenían los Mapuche en comparación con el chileno humilde como consta en “Araucanía y sus habitantes” de Ignacio Domeiko, entre otros.

El chileno pobre llegaba a trabajar como pastor, labrador o en lo que fuese útil a sus empleadores Mapuche, se les asignaba un paño de tierra que tenía prohibido cercar, pero donde podía vivir feliz; el especulador era el que compraba terrenos a algunos Mapuche inescrupulosos, ambos conscientes de que del río Bío Bío al sur, no existía el derecho real de dominio sobre inmuebles, sino que más bien existía una suerte de usufructo vitalicio sobre la tierra.

Esta última situación fue la detonante de la participación Mapuche en la guerra civil chilena de 1859. En este contexto es que el Lonko general del Ngulu Mapu (oeste país Mapuche) Mañil Wenu, en carta al General argentino Justo José de Urquiza, con fecha 30 de abril de 1860, expresa que: “(…)Nuestra lei es terminante, pues prohíbe toda venta de terreno a españoles, bajo pena de muerte sin perjuicio de restituirnos el terreno.”, estas leyes constan además en documentación “oficial”, era sabido. Aunque hay que aclarar que hubo ventas de terreno como fue el caso de “Juan Trinte” que vendió “de mala gana” al Ejército de Chile el terreno para refundar Angol, claro que rodeado de tropas chilenas que iban a eso por las buenas o por las malas (en el derecho chileno se diría que hay un vicio del consentimiento por fuerza moral, pero el Código Civil de Chile no regía del Bío Bío al sur).

Como ve don Sergio, los Mapuche no vendían sus tierras, eso más bien ocurrió post invasión chileno-argentina principalmente con las leyes que buscaban destruir el régimen de comunidad a comienzo de la década del 30`del siglo pasado.

Respecto a las “ventajas” de la “cultura superior”, los antiguos no necesitaban de otra moral, cultura o religión, sea esta la que fuere, porque había y hay una propia que está lejos de desaparecer. En cuanto a la educación, esta siempre ha existido y podría interpretarse o traducirse como Kümeltuwun que por razones obvias no desarrollaremos aquí.

Don Sergio, los ingleses, rusos, chinos, coreanos entre muchos otros, no visten ni viven como sus antepasados, porque las culturas no son estáticas, los ingleses pasaron del caballo al tren, al automóvil y al avión, al igual que los mongoles, los polacos, los catalanes y los Mapuche. Los japoneses dejaron el kimono por el terno, el chileno las ojotas y el poncho por la alta costura italiana o por un estilo inspirado en el hip hop, punk, gótico, entre otros, todos adoptan los inventos propios o ajenos en cuanto les convenga, pero eso no los convierte en deudores de los otros países y culturas, es simplemente estrategia, conveniencia y globalización, ¿Acaso los Españoles y después el campesinado chileno con el gaucho argentino que disfrutaron de la cómoda, bella y abrigadora “moda” Mapuche como los makuñ, los trarilonko (vinchas le llaman los gaucho) o la chiripa son deudores de la nación Mapuche por ello?, el palín era uno de los juegos dominantes y fue severa amenaza cultural e ideológica para los españoles fronterizos que hasta en poligamia vivían!, ¿por eso también le deben algo a la nación Mapuche?, creemos que no. Es un error petrificar ideológicamente las culturas, como así mismo declarar unilateralmente a unas superiores que otras cuando solo son diferentes, porque ven el mundo y la existencia de un modo rico y diverso.

Finalmente con la refundación de Angol se inicia el avance militar definitivo de Chile, mientras que en el gobierno de Avellaneda lo hacen los argentinos, invasión que convirtió los campos del Ngulumapu (oeste país Mapuche) y del Puelmapu (este país Mapuche) en un enorme cementerio Mapuche pasando de ser un pueblo soberano e independiente de ricos ganaderos a un pueblo acorralado en reducciones, pobre, con tierras infértiles, sometido y con dos nacionalidades impuestas según el lado de la cordillera donde tocaba nacer, constantemente humillado por ser Mapuche y sin espacio suficiente para la más mínima subsistencia. Estos hechos que constan documentalmente y en el relato oral de las reducciones, según lo que dice usted ¿no ameritan una reparación que es histórica?.

Tufachi tañi rakizuam, fente puy tañi nutxam tati.

Concepción, frontera histórica, 4 de marzo de 2016.

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