Pocos avanzan, muchos retroceden:  el mérito de Jeremy Corbyn

Los resultados electorales en países neurálgicos de la Unión Europea han sido una catástrofe para la mayoría de los partidos socialdemócratas y socialistas –a excepción de Portugal- que tiene un gobierno de coalición de izquierda dirigido por el primer ministro Antonio Costas, socialista.

Jaime Ensignia, sociólogo

Durante el 2016 y en lo transcurrido del 2017, los recorridos de los socialistas y socialdemócratas españoles, italianos, austríacos, holandeses y, recientemente, la debacle del socialismo francés, han mostrado el enorme retroceso de esta corriente políticocultural encarnada en la socialdemocracia europea. Mientras tantos se ahogan en su propio desdibujamiento político, el Partido Laborista Británico emerge, surfeando de mejor manera las tempestades.

En la elección por la renovación de la directiva del Partido Laborista del Reino Unido (Labour Party) del año 2015, observábamos el sorprendente e inesperado giro de este partido al elegir como su máximo referente al  diputado Jeremy Corbyn, representante de los sectores de la izquierda laborista. Los estamentos de poder del laborismo jamás contaron con que un outsider lograra erigirse como el candidato más votado por las bases partidarias. Corbyn cosechó una importante mayoría, el 59,5% de los votos, desplazando a figuras políticas fuertemente vinculadas con los ex primeros ministros Tony Blair y Gordon Brown. La victoria de Corbyn concitó gran atención en la política inglesa, debido a que los puntos centrales de su programa consistían en:

  • políticas anti- austeridad;
  • desarme nuclear;
  • nacionalización de empresas estratégicas, como los ferrocarriles;
  • oposición a la intervención en Irak;
  • políticas de gratuidad en las universidades y;
  • aumento de los impuestos a los grupos de mayores ingresos.

Un conjunto de políticas que, a todas luces, se apartaba sustancialmente de lo que habían sido los lineamientos de la Tercera Vía, de la cual el ex ministro laborista Tony Blair fue uno de sus máximos exponentes. Al mismo tiempo, esta nueva postura del laborismo representaba una estrategia política con más posibilidades de enfrentar al entonces ex – primer ministro conservador, David Cameron. Las promesas de campaña de Corbyn en cuanto a impulsar “una nueva forma de hacer política” parecen plasmarse en una satisfactoria “gestión” del líder opositor. Lo que estaba en juego no será sólo su supervivencia, sino su proyección política en las elecciones legislativas anticipadas, anunciadas en abril de este año por la primera ministra Theresa May.  Esta medida tomó por sorpresa no solo a la ciudadanía del Reino Unido, sino también al espectro político europeo. May aspiraba a lograr así una contundente mayoría en el Parlamento que le permitiera poner en práctica su proyecto de un BREXIT duro en las negociaciones que se iniciaban con la Unión Europea. Sin embargo, sus planes comenzaron a desmoronarse cuando poco antes de las elecciones, el Reino Unido se vio inmerso en una serie de atentados terroristas que pusieron en jaque la gestión de la primera ministra. Las críticas por parte del jefe del laborismo hacia la primera mandataria criticando el deficiente manejo de la situación, surtieron efecto en los votantes. Cabe recordar que May fue Ministra del Interior bajo David Cameron y realizó recortes importantes en las políticas de seguridad, prevención, vigilancia de la comunidad, y eliminó 18.991 puestos de policía entre 2010-2016.

Los resultados electorales fueron los siguientes: el Partido Conservador logró 318 escaños en el parlamento contra 262 de los Laboristas, el Partido Liberal Demócrata eligió 12 representantes, el Partido Nacional Escoces (SNP) alcanzó 35 parlamentarios y el Partido Unionista Democrático (DUP) obtuvo 10 escaños. Con un total de 650 escaños a elegirse, la obtención de la mayoría absoluta requería 326 escaños. Con su excelente performance, el Partido Laborista logró desbaratar la mayoría absoluta que los conservadores habían gozado en el anterior parlamento. El balance de esta elección indica un duro fracaso para la primera ministra británica, Theresa May y, un claro repunte político electoral del Partido Laborista, en gran parte, obra de Corbyn. El analista Ernesto Águila lo grafica de este modo: “No se trata de un `triunfo moral` sino de un verdadero logro político, pues ha mostrado la viabilidad electoral de un programa alternativo a las recetas neoliberales y de austeridad” (www.latercera.cl , miércoles 14 de junio 2017, pág. 6).

Palabras finales: la prensa europea y la latinoamericana, en especial la asociada a los grandes conglomerados massmediáticos; los  académicos, periodistas y políticos conservadores, han señalado una y otra vez que liderazgos como el de Corbyn son catalogados como el regreso de los “rojos” al escenario político, y suelen denostar sus propuestas tildándolas de “sesenteras”. No deja de llamar la atención la sintonía de estas opiniones siempre dispuestas a “alertar” contra aquellos que, con mayor o menor éxito, intentan cambiar las reglas del juego impuestas por las políticas neoliberales desde hace más de tres décadas en países como el Reino Unido. La larga marcha en contra de las políticas de austeridad a ultranza y del poder ilimitado del sistema financiero encuentra en la nueva cara del Partido Laborista y de su líder, luces al final del túnel neoliberal.

*Dr. en Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad Libre de Berlín. Fue director sociopolítico de la Fundación Friedrich Ebert en Chile (1994-2014). Director del Área Internacional de la Fundación Chile 21. Colaborador del Barómetro de Política y Equidad.

 

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