Réplicas

tatiana«Me aterra pensar que nuestras réplicas, nuestras respuestas solidarias, especialmente hacia los niños, puedan desvanecerse en el tiempo. Tenemos que estar atentos, no distraernos con las mil cosas del quehacer cotidiano».

Escribe Tatiana Benavides // Directora World Vision Chile

Todo Chile, quien más quien menos, está pendiente de las réplicas. “¿La sentiste?”, “Ya pasó”, “Viene otra”, “Esta… fue fuerte”.

Réplica es respuesta. Si hay réplicas hay diálogo, hay continuidad.

La tierra dialoga consigo misma para no olvidar y que no se olviden de su presencia viva. Sin embargo éstas, las réplicas, son cada vez más débiles hasta que desaparecerán por completo, para dar lugar a otro ciclo de ajustes.

Así nosotros, como la tierra, tenemos nuestras propias réplicas, nuestras respuestas. La primera, instintiva, primitiva, fue la del miedo, de la huida. Del asombro profundo y sin respuesta. Luego vino la mirada más abierta, nos hizo replicar fuertemente a nuestro entorno inmediato: olvidando nuestro miedo, nuestra propia necesidad, pensamos en nuestro vecino a quien tendimos la mano, con quien compartimos nuestra riqueza y nuestra carencia.

Y luego tuvimos otra réplica, la que salió del corazón. Nuestra respuesta a los niños de Chile. Que jugaran. Que tuvieran escuelas donde estudiar. Que tuvieran alimentos y atención médica. Techo y abrigo. Que volvieran a la normalidad emocional y que sus vidas fuesen equilibradas y sanas en todo sentido: sin pesadillas, sin miedos, con seguridad en el presente y en el futuro.

Las réplicas, sin embargo, tienen sus propias leyes. Pierden intensidad y pierden frecuencia a medida que pasan los días.

Me aterra pensar que nuestras réplicas, nuestras respuestas solidarias, especialmente hacia los niños, puedan desvanecerse en el tiempo. Tenemos que estar atentos, no distraernos con las mil cosas del quehacer cotidiano.

Nuestras réplicas, al contrario de las de la Tierra, deben mantenerse en el tiempo, constantes, fuertes. No podemos dejar de responder a las necesidades de la infancia carenciada. Y las carencias no solamente materiales. Conciente de esto, World Vision ofrece, por medio del patrocinio, la oportunidad de generar una réplica, constante y fuerte, que llegue a tiempo para curar el corazón asustado de un niño.

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