Honduras: Un conflicto en punto muerto

honduras2A más de cien días del derrocamiento del Presidente Zelaya y casi 20 de su furtivo regreso al país para instalarse en la sede diplomática del Brasil en Tegucigalpa, la crisis que generó el golpe de Estado y el agudizamiento de la misma por este último hecho, se encuentra en un punto muerto en el que las partes parecen tomarse el tiempo necesario para estudiar el siguiente paso, cual si estuvieran realizando un juego de ajedrez.

Por Freddy Tejada (desde Tegucigalpa)

El Presidente de Facto, Roberto Micheletti Bain impuso el Estado de Sitio por 45 días a partir del lunes 28 de septiembre suspendiendo todas las garantías individuales incluyendo las de circulación, reunión y comunicación, aunque al día siguiente dio marcha atrás al mismo, en cierta forma acorralado por el mal ambiente en el Congreso para ratificar el decreto y porque la mayor parte de la sociedad civil dejó clara su insatisfacción por tal medida.

Un día antes, por otra parte, impidió la entrada al país de una avanzada de la OEA que llegaba con el objeto de preparar las reuniones del diálogo propuesto por la comunidad internacional y después invitó a los cancilleres a reunirse en la capital hondureña para dialogar.

Para muchos, estos reculones del gobernante interino no tiene más meta que ganar tiempo para acercarse a la fecha de las elecciones generales programadas para el 27 de noviembre próximo, con el objeto de retomar el proceso democrático mientras se consolida en el poder.

“El estado de excepción fue necesario ante los llamados a la violencia que hace Zelaya desde la Embajada de Brasil” dijo Micheletti en conferencia de prensa. “Desde su incursión clandestina a Honduras, el ex presidente instiga a la violencia e insurrección en nuestro país” agregó, aunque de todos es sabido que el derrocado mandatario ha mantenido un lenguaje de invitación al diálogo.

En la embajada de Brasil, el depuesto presidente guarda un silencio sepulcral casi forzado, pues el gobierno de facto cerró un canal de televisión (Cholusat Sur Canal 36) y una emisora (Radio Globo) con cobertura nacional afines a él y que prácticamente le transmitían en directo cada una de las declaraciones que emitía para llamar a la comunidad nacional e internacional a su restitución.

A su regreso al país, Zelaya, aupado por una multitud, dijo que venía a dialogar para buscar una solución pacífica, aunque al final de su emotiva alocución dijo “patria, restitución o muerte”, lo cual encendió las alarmas de sus opositores. Esa multitud se apostó en las inmediaciones de la representación diplomática para -según ellos- resguardar a su líder, pero casi 36 horas después fue desalojada de manera violenta, a punta de palos, bayonetas y gases lacrimógenos por cientos de elementos del ejército y la policía nacional que en su acción destruyeron vehículos y motocicletas de los seguidores de Zelaya y provocaron la muerte de al menos dos personas.

El Frente de Resistencia Nacional Contra el Golpe de Estado, que había marchado desde el día del derrocamiento de Zelaya, no ha podido continuar con sus movilizaciones por la ciudad. La Resistencia, como también se le conoce a este grupo de seguidores del mandatario depuesto, se ha conformado con realizar plantones debido al encierro de que ha sido objeto en las calles por parte de las fuerzas militares y policiales que cumplen el Decreto de Estado de Sitio para evitar que se manifiesten de manera libre.

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