Lo que dijo Sebastián Piñera sobre las violaciones a los Derechos Humanos

En una entrevista concedida a El Periodista durante las últimas elecciones presidenciales, el actual candidato de la Coalición por el Cambio criticaba la campaña de Joaquín Lavín en 2004, quien centraba sus propuestas en combatir la delincuencia y el desempleo. Los mismos temas que ahora el empresario tiene como bandera de lucha en su candidatura. Además cuenta su postura frente a las violaciones de los Derechos Humanos durante la dictadura, los “excesos” cometidos,  el silencio de un sector de la Alianza y el compromiso de los líderes de la UDI con el régimen de Pinochet. Todo en «De Archivo» de El Periodista online.

Por David Valenzuela / Extracto Revista El Periodista Edición Nº75, Noviembre 2004.

«Si la Alianza no cambia, muere»

El ex timonel de erre ene analizó descarnadamente el momento que vive la derecha en Chile tras el mal resultado municipal. De no mejorar la conducción del conglomerado opositor Piñera sostiene que Lavín perdería en la presidencial de 2005. También sostiene que en materia de DDHH siempre se supo que hubo excesos.

¿Usted cree que la Alianza tiene un liderazgo contundente como los de la Concertación?

El candidato presidencial de la Alianza es Joaquín Lavín y en consecuencia es el principal líder pero no significa que sea el único, como pretenden algunos y especialmente sus acólitos que lo rodean (léase Samuráis) y yo creo que a la Alianza le haría muy bien aplicar aquel proverbio chino que dice «dejad que florezcan todas las flores» y que emerjan múltiples liderazgos y que apunten en la misma dirección, pero que cada uno sea diferente.

¿Lo que usted está diciendo es que la Alianza es regida por un grupo cerrado que prácticamente le dice lo que tiene que hacer a Lavín?

Mire, se lo grafico de la siguiente manera: en el año 88 el «No» era un arcoiris de muchos colores y había muchas razones para estar ahí. En cambio el «Sí» se transformó en un embudo, para estar con él había que estar con el general Pinochet con uniforme, con la política de DDHH, con la política del general Contreras y no se podía disentir en nada. Si uno quiere construir una nueva mayoría tiene que alejarse de los embudos y tener una actitud de mucho más tolerancia y valorar la diversidad. Lo que pasa es que muchas veces al interior de la Alianza no se tolera, ni se acepta la diversidad; da la impresión de que algunos quisieran ser clones unos de otros y eso no lleva a ninguna parte.

¿Se está produciendo el efecto embudo en la Alianza, que podría provocar que muchos electores prefieran esta candidatura atractiva y fresca como es la de Michelle Bachelet?

Por supuesto. Si la Alianza logra comprender cuál es la verdadera situación interna y logra tener un buen diagnóstico de la realidad y entender mejor las aspiraciones de la gente y si se da cuenta que no solamente de pan vive el hombre, no puede un programa presidencial basarse sólo en los miedos ancestrales de los chilenos y decirles que vamos a luchar contra el desempleo y contra la delincuencia. El hombre y la mujer son seres integrales y aspiran a mucho más que eso y por lo tanto la propuesta debe motivar y crear un sueño que entusiasme. Ese es el componente que le falta al proyecto de la Alianza Por Chile.

¿Usted ha planteado esta visión a Lavín?

Mire el otro día me reuní con un Samurai y me decía «mira, aquí están las encuestas, los dos principales problemas de la gente son el desempleo y la delincuencia» y yo le decía y dónde está la espiritualidad, la solidaridad, el optimismo, el amor, ¿eso significa que la gente sólo quiere trabajo y seguridad y que ahí va a ser feliz? No se vive para trabajar y no ser feliz. Uno aspira a mucho y todos tenemos un sueño por que la vida sin sueños no es vida y lo que le falta a la Alianza es darle a su mensaje una dosis de esperanza y optimismo. El principal sentimiento que domina a la sociedad chilena hoy es el temor: miedo a que lo asalten, temor a perder la pega; pero un país con miedo y con temor no va a ninguna parte, como lo que hizo Bush en los Estados Unidos.

Pero Bush, a pesar de todo, con su discurso fatalista ganó

Sí claro, uno puede ganar exacerbando los sentimientos del temor uno puede lograr ventajas especialmente cuando el temor está tan vivo como en Estados Unidos, pero a la larga eso no es fecundo.

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