Piñera y sus medidas en Educación

Extrañé medidas en cuanto al sistema de acreditación, el que debería adoptar parámetros más rígidos y ser velados por una institución estatal. En la parte final del discurso, don Sebastián nos planteó la posibilidad de un debate amplio, para decidir si hacer esa división entre universidades privadas con y sin fines de lucro, espero por lo tanto, que para ese gran dialogo pueda participar toda la ciudadanía, o por lo menos, todos los actores sociales insertos en ella.

Por Piero Piffardi Uribe, estudiante de 17 años

Daban las 20:55 de la noche en la ciudad de Santiago, y la programación era interrumpida por el presidente Piñera, él muy cordial y sonriente, hacía un montaje televisivo escoltado por el, por estos días, más criticado personero de gobierno; me refiero a Joaquín Lavín, ministro de educación. Ya presumía, de antemano, que el mensaje se trataría del tema de la educación, del que la opinión pública ha desayunado durante toda esta temporada otoño-invierno. Propuestas concretas, propuestas vagas… muchas han aparecido, el objetivo sin embargo, es un bien global, un mejoramiento de la educación. No es necesario tener lupa para percatarse de los grandes baches que presenta este proceso educativo.

En un comienzo, su postura cercana y amigable, me hizo reflexionar de ¿Qué pensará realmente? De inmediato se me vino a la cabeza la idea (que no se entienda como un respaldo a su propuesta) de que una persona que llega al poder por la vía democrática no lo hace para perjudicar a la ciudadanía, ni mucho menos, para causar daño; lo hace para, supuestamente, velar por el bien de la comunidad. Mientras su discurso transcurría, escuché esos tres grandes pilares de cambio que requiere la educación en el presente: Acceso, Calidad y Financiamiento. Un chispazo me hizo pensar que probablemente este discurso se acercaría al modelo planteado por las comunidades estudiantiles, o por lo menos, buscaría “ese bien común” del que recién hable. Transitaron las palabras, y llegamos a ese punto del discurso, el que yo denomino “auto-alabanza”, en el que sólo planteamos lo bien que lo hemos hecho. “Creamos la superintendencia de Educación, impulsamos el proyecto de becas ‘vocación de profesor’, exigimos más a los alumnos, creamos en total 60 liceos de excelencia”. No obstante, vemos contradicho estas medidas, con la deplorable situación actual de la educación.

Hacía referencia anteriormente, a que los jefes de estados, al igual como los jefes de las familias, tal como lo planteaba Aristóteles, buscaban el crecimiento de su ámbito a administrar. Estas medidas, que a simple vista han parecido benévolas, han de ser realmente analizadas. Por ejemplo el caso de la beca “vocación de profesor”, en la que se premia a los puntajes por sobre 600 puntos en la PSU, se basa en un sistema que pragmáticamente sirve para medir conocimiento, y por otro lado, no hay mecanismo alguno que pueda dilucidar o seleccionar a aquellas personas que realmente tienen “vocación de docente”. Otro ejemplo es la mayor exigencia a los alumnos, ¿Bajo qué base le exigimos a los alumnos, si sólo el 20% de las carreras de pedagogía están acreditadas? Y para ser aún más categóricos, y un problema gravísimo en las medidas actuales, han sido la implementación de Liceos de Excelencia, los que ampliarían aún mas la brecha socio cultural, ahora en el ámbito de la educación pública.

A medida que escuchaba la voz del mandatario, las propuestas y proyectos llenaban su boca, propuestas globos, propuestas infladas. La idea de un gran acuerdo nacional, me llamó la atención debido al escaso dialogo de las distintas partes del conflicto. Pero bueno…  sobre esos tres ejes se plantearon diversas propuestas, de las cuales es prudente rescatar:

Aumento de becas a la educación técnico-profesional, para de esa manera fomentar la participación y el estudio técnico.

-Repactaciones de deudas para estudiantes egresados, con problemáticas asociadas a sus deudas.

-Creación de una Superintendencia de Educación Superior.

-Adjudicar la asignación de becas, a aquellos alumnos que se guíen bajo los patrones de la meritocracia y de la condición socio-económica.

-Fondo de revitalización para universidades Estatales, de manera que estas puedan competir con el amplio mercado de las universidades privadas.

-Tres fondos concursables que aporten a las universidades para el desarrollo de la investigación (aunque encuentro insuficiente sólo 3 fondos)

Son medidas que si bien, no generan cambios profundos, pueden ser una pequeña ayudita para que progrese la educación del país. Pero por otro lado, se ven medidas que en vez de beneficiar, poco contribuyen con un mejoramiento de la educación. Entre ellas destaco:

-Disminución de la tasa de interés para el crédito con aval del estado desde un 6% a un 4%, medida que poco ayudaría a alivianar los altos aranceles universitarios, y que aún sigue acreditando el lucro por parte de la institución bancaria con el estudiante.

-Fondo para la Educación (FE) de  4.000 millones de dólares, el que tiene carácter progresivo y que sólo será creado para esta ocasión. Es una medida vaga, de corta duración, un pie para el corto plazo, y que poco aporta. Un real aporte sería, por ejemplo, un aumento en el presupuesto en educación, para disminuir los excesivos aranceles de universidades tradicionales, lo que además, traería consigo, un mayor número de matriculados en ellas y mayores oportunidades para la población del país.

-Nuevo sistema para el Crédito con Aval del Estado, puesto que carece de trabajo esta propuesta.

-Considerar Ranking NEM en el ingreso a las universidades, además del sistema de PSU. Poca sintonía con la búsqueda de la educación de “formación de ciudadanos”,  y por el contrario ampara la creación de trabajadores, que carezcan de vocación y servicio. Debe encontrarse un método que compatibilice vocación y conocimiento.

-Endeudamiento a mayor plazo y mejores plazos, lo que permite a los empresarios seguir lucrando con la Educación, sólo que nos dan más plazo para pagar una deuda igual o más cara.

-Otorgar legitimidad a Universidades con Fines de Lucro, las que no contarían con aporte fiscal directo, y además, pagar impuestos debido a su carácter. Es otorgar legitimidad a algo inmoral.  Además, se sabe de los empresarios que hacen uso de trampillas utilizadas para la evasión tributaria y para el aprovechamiento de los trabajadores. LA EDUCACIÓN SE CONVIERTE EN UN SERVICIO.

Parece ser que esta economía de social de mercado, poco de social tiene. Más bien, me parece una postura déspota de un presidente de la república, pasar por alto un complejo tan grave como el que enfrenta la educación.

Extrañé medidas en cuanto al sistema de acreditación, el que debería adoptar parámetros más rígidos y ser velados por una institución estatal. En la parte final del discurso, don Sebastián nos planteó la posibilidad de un debate amplio, para decidir si hacer esa división entre universidades privadas con y sin fines de lucro, espero por lo tanto, que para ese gran dialogo pueda participar toda la ciudadanía, o por lo menos, todos los actores sociales insertos en ella.

Por último y para finalizar durante el torrente de palabras, y como una jugada persuasoria, señaló que “al igual como los estudiantes apelan a los derechos, también tienen deberes”, como los que son estudiar, no crear vandalismo, asociándolo directamente con protestas y manifestaciones. Estas protestas y manifestaciones, también son derechos con los que cuenta la ciudadanía, y ese derecho reclama principalmente un deber del estado,  el deber de “educar es gobernar” como dijo Aguirre Cerda, deber del que los países desarrollados lo toman como base fundamental de su ejecución, y que por el contrario, es un deber del que el estado Chileno se ha desligado por largo tiempo, y del que es momento que se haga cargo.

La educación es desarrollo, es encontrar oportunidades, es avanzar hacia el futuro.

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