Labbé no es el malo, es un actor de reparto y Villegas sólo un extra

Tratar de entrar a la gran historia, colgándose de sus figuras (apoyándolas o denostándolas), no es un pecado; simplemente un despropósito que más se asemeja a nuestra TV de farándula que al país que quieren construir los muchachos que hoy salen a las calles para pedir una educación gratuita y de calidad.

Escribe Felipe Nogués, periodista

“Cristián Labbé, ¿el malo de la película?”, se pregunta Fernando Villegas en su columna de La Tercera y responde en largas líneas, que usted puede leer completas en el diario de Saieh, finalizando que el coronel en retiro, hoy alcalde, “es menos un monstruo al que se cuelgan toda clase de desaguisados –que nunca se han probado– que hombre perteneciente a otra era histórica, una donde la virilidad se probaba a mano empuñada y no con bufetes de abogados. Antes virtud, eso es hoy defecto grave”.

En el fondo, con agudo estilete literario, Villegas trata de defender su propia postura y reacción ante el movimiento estudiantil y justificar cómo la labor de mozalbetes, imberbes y rebeldes, lo sacó de sus casillas y lo tuvo durante un mes como objeto de críticas por decir lo que a su juicio, debe ser la verdad más absoluta y además única.

Pero Villegas, esta vez, no ha estado certero, más bien mañosamente equivocado y sus argumentos han caído en la descalificación y el prejuicio, dos adjetivos que atacan la inteligencia más básica.

Él ha hecho, justamente, lo que más critica, tratar de ingresar al “Hall of Fame” de este conflicto a cualquier precio y no entiende que Labbé no es el malo ni el bueno de la película, no la protagoniza, porque simplemente Villegas se cuelga del alcalde de Providencia, un actor de reparto, sin comprender que su papel es de extra, que así como está puede que no. Ni siquiera está considerado que aparezca en los créditos.

El movimiento estudiantil que se desarrolla en el 2011, pero que lleva varios años gestándose, se produce en un terreno que tanto el alcalde como el columnista no conocen o lo han practicado a regañadientes. Es en la hacienda del debate donde se escucha y se respetan las opiniones del otro y, al final, el que más sabe y el que menos, valen igual, porque las decisiones se votan. “Es la mayoría, estúpido”, dirían algunos.

Tanto es así que las encuestas, como nunca, muestran el masivo apoyo a las demandas que representan hoy estudiantes como Camilo Ballesteros, Giorgio Jackson, Camila Vallejo y tantos otros, universitarios o de enseñanza media, que protagonizan esta saga de una película que tiene varias versiones y que se inició en los 80 con la municipalización de la educación y se agravó con las medidas tomadas por la Concertación en los 90, especialmente respecto a la educación superior.

Tratar de entrar a la gran historia, colgándose de sus figuras (apoyándolas o denostándolas), no es un pecado; simplemente un despropósito que más se asemeja a nuestra TV de farándula que al país que quieren construir los muchachos que hoy salen a las calles para pedir una educación gratuita y de calidad.

Por lo tanto, lo que hagan los extras y algunos actores de reparto, debe tener sin cuidado a los protagonistas, aquellos que se sentarán a conversar pero movilizados, buscando la solución a un problema que saben aqueja a sus padres.

1 comentario
  1. VICTOR RODRIGUEZ O. dice

    Y?
    Ligereza, irresponsabilidad, lenguaje excesivo, propósitos dignos de un ignorante, agresividad extrema, intolerancia, ¿intemperancia? Piñera recuerda cada vez más al dictador que según él quiere hacer olvidar. Llegó a acumular miles de millones con puras gentilezas y rascándose el entorno perineal. ¿Cómo olvidar que cometió un delito financiero grave con LAN? El uso de información privilegiada es un delito grave en el marco del sistema financiero que le permitió hacerse rico.

    ¿Cómo soportar hipocresía y mentira en boca presidencial? En la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, mientras en Santiago, Valparaíso y Concepción miles de estudiantes (en un número global que superó las 200.000 personas) protestaban en avenidas y plazas, Sebastián Piñera, con una frescura que aterra –y que induce a suponer la presencia de algún grado de perturbación mental-, informó a los asistentes de la asamblea plenaria que “en Chile, nuestros estudiantes han salido a las calles por una causa noble, grande y hermosa”…causa que, como todos sabemos, él y su gobierno han combatido utilizando no sólo la violencia policial a destajo.

    El doble estándar, el doble discurso, la hipocresía y el cinismo parecen formar parte activa del estilo político de este gobierno, el que aseguró se conformaría un equipo de “excelencia” junto a un Presidente que llevaría a cabo “el cambio”…¿cuál cambio? ¿Cambiar qué? ¿Las promesas a mentiras y estas a fantasías?

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