Elección de Core: un avance descentralizador

Cuando usted deposite el voto de color verde en la urna este 17 de Noviembre, estará participando en la consumación de un hecho histórico para la descentralización del país: la elección directa de los consejeros regionales por parte de la ciudadanía. Se trata de un hecho de la mayor relevancia, que genera una institucionalidad democrática muy cercana a un parlamento regional, de la que no existe precedente en nuestra historia.

Escribe Raúl Alvarez Mutis, candidato a Core por la Nueva Mayoría* 

Contar con un Consejo Regional elegido por la ciudadanía equivale a dotar de legitimidad y protagonismo a los encargados de hacer efectiva la participación de la comunidad regional en los planes de desarrollo para el territorio, los presupuestos y la distribución de los recursos.

A contar del inicio de sus mandatos, los CORES deberán responder a su electorado, en lugar de seguir las directrices partidarias a la hora de ejercer sus facultades normativas, resolutivas y fiscalizadoras.

En la actualidad, estos organismos pueden aprobar, modificar o sustituir los proyectos del intendente en materia de planes y estrategias regionales de desarrollo; el presupuesto del gobierno regional; la distribución de los recursos del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR); así como las inversiones sectoriales de asignación regional y la asignación de los recursos del gobierno regional, derivados de los tributos particulares autorizados para cada región. Además, el Intendente debe someter al Consejo Regional los proyectos de reglamentos regionales.

Gracias a la nueva normativa que democratizó los CORES, estos consejos adquirieron más atribuciones, tales como la facultad de requerir del Ejecutivo Regional información para desempeñar tareas fiscalizadoras; disponer la contratación de una auditoría externa que evalúe la ejecución presupuestaria y la situación financiera del gobierno regional; solicitar al Intendente que reprenda a sus directivos cuando la región ha sido afectada por sus acciones u omisiones; citar a las autoridades regionales o provinciales para informar acerca del accionar de sus respectivas instituciones y; recomendar al Intendente la implementación de acciones de interés regional en materia de planificación, desarrollo turístico y declaración de territorios como zonas rezagadas en materia social. Finalmente, los Cores podrán incidir en los proyectos regionales de inversiones (ARI) y conocer el programa público de inversiones en la región (PROPIR).

Chile sufre grandes déficit en el ámbito de la descentralización, pero la generación democrática de los consejeros regionales constituye un avance significativo, que debe aprovecharse para convertir a estas autoridades en actores relevantes del desarrollo de las regiones.

Asistimos a la reconversión de consejeros que antes se debían a los parlamentarios y sus partidos políticos, como meros operadores de intereses específicos, y ahora, cuando hayan sido elegidos en las urnas, tendrán que responder ante sus electores por el aporte que han hecho al desarrollo efectivo de las regiones.

La autonomía política y el origen democrático de estos actores clave del desarrollo regional brindará a la ciudadanía un nuevo instrumento de incidencia en el destino de su región; pero la profundidad de este avance dependerá del grado de participación de los electores en estos primeros comicios de CORES.

De ahí que este cuarto voto, después del sufragio por el Presidente, los senadores y los diputados, merece una especial atención. Ojo con la marca que hará en la papeleta verde, cuando lea un conjunto de nombres que le serán desconocidos si no se informa previamente. En su raya se juega parta importante de la calidad de nuestra democracia y la profundidad de nuestro desarrollo local.

*La Reina, Ñuñoa, Providencia, Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea.