«¡Para eso tienes ciclovia, tontorrona!»

Carolina DíazPese a que al menos una vez por semana sufro la violencia de ser casi embestida por un vehículo motorizado que pasa por alto la preferencia, no pierdo la esperanza que se entienda alguna vez que no hay lugares públicos privilegiados para unos pocos.

Escribe Carolina Díaz Soler*

El asfalto de la ciclovía de Pocuro que queda entre Luis Thayer Ojeda y Los Leones, tiene baches, cruces peligrosos, curvas cerradas en los inicios, bajadas a la acera en altura y otros varios errores de diseño y construcción que dificultan el traslado (no el paseo) en bici.

La mía es urbana sin suspensión delantera. Mi objetivo no es el paseo dominical, sino transportarme por la ciudad diariamente, durante al menos una hora. Por eso, para que mis rodillas y mis riñones no sufran demasiado en cada subida y bajada a la acera y para evitar tener accidentes con otro cleteros que, al igual que yo, intentan minimizar los riegos de la ruta como choques entre paisanos, rayones a los autos que quedan a la mitad del cruce o derechamente quedar incrustados en las ligustrinas que bordean nuestra ruta, opto por pedalear, desde Luis Thayer Ojeda y siempre pegada a la berma, por la calle paralela a Pocuro que termina en Los leones. Dos cuadras.

Consciente de la amargura, ignorancia, violencia y egoísmo de muchos automovilistas apelo al máximo estado de empatía para no molestarlos. Señalizo cuando adelanto, les doy siempre preferencia, evito enrostrarles la libertad y felicidad que siento al pedalear.

Y hoy una desagradable cuarentona pasó por mi lado en su pituca nave, con la ventana abierta y cigarro en mano para agredirme con esto de “para eso tienes ciclovía tontorrona”. Tuve ganas de explicarle que la calle es de todos, que la ciudad es de todos, que no se trata de segregar sino de compartir. Que la ciclovía de Pocuro (siendo una de las mejores) está hecha para pasear, no para transportarse. Que además de ser ciclista activa soy automovilista de vez en cuando y que por lo tanto me siento responsable de tener consideración con todo tipo de conductores. Que, sin embargo, tiene razón, soy tontorrona porque pese a que al menos una vez por semana sufro la violencia de ser casi embestida por un vehículo motorizado que pasa por alto la preferencia, no pierdo la esperanza que personas como ella entiendan alguna vez que no hay lugares públicos privilegiados para unos pocos, sino que la calle es nuestra, es de todos, que hace rato se abrieron las grandes Alamedas, que cada vez somos más y que llegamos para quedarnos.

*Periodista y Gestora Cultural/Ciclista

 

2 Comentarios
  1. Juanita... dice

    Felicitaciones linda.. ya que comparto lo del prepotente del volante , a mi me encanta cicletear.. pero me da susto, ya que no tienen consideración de lo rico que es eso…ahhhhhhhhh me encantó lo de la cuarentona jajajajjajaaj … mil abrazos y saludos .

  2. Rodrigo Leiva dice

    Bien desubicado el comentario de la periodista.
    Primero, hay que respetar las normas.
    Carolina, ¿qué pensarías si los autos comienzan a usar las ciclovías?
    ¿Por qué los ciclistas andan contra el tránsito?
    ¿Por qué usan los pasos peatonales?
    ¿Por qué andan por las veredas sin respetar a los peatones?
    ¿Por qué reclaman aún cuando no pagan permisos de circulación y se les crean ciclovías?
    Como «Gestora Cultural» yo no te contrataría.
    Como periodista tampoco, debido a tu sesgada e interesada visión sobre el tema.

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