“Me pifian porque soy argentino, que Hijos de P…”

Silva¿Por qué escribo sobre esto? Porque eso de “verás cómo quieren en Chile al amigo cuando es forastero” es una falacia. Siempre aprovechamos muy bien la posibilidad de escondernos en la multitud del monstruo. Tengo la esperanza que el próximo gobierno adecúe nuestra Legislación y Constitución a los tiempos actuales y no desafinemos más en esta canción.

Por Matías Silva Alliende, abogado

Marzo está a la vuelta de la esquina. Y bueno ¿qué le vamos a hacer? , febrero es así, Marzo ya asoma su nariz y es mejor mantener nuestro cerebro en remojo mirando el festival que preocuparnos de tener que volver a la realidad, a afrontar el día a día, la rutina, el trabajo y el estudio, en resumen, las responsabilidades.

Lo cierto es que ayer, al igual que a muchos chilenos, me estaba costando echar el cerrojo al día, la despedida del verano empezó a torcer el camino. O quizás es que ya he aprendido a esperar la llegada de este mes con el chaleco antibalas bien ajustado.

Estaba en eso cuando prendí el televisor y decidí darle una oportunidad al Festival de Viña justo cuando empezaba el show de Jorge Alis. “Me pifian porque soy argentino, que Hijos de P…” así empezó y me pareció genial. Me acordé, cuando a principio del 88, era yo el que con acento argentino me presentaba en primer día de clases, en Chile, ante una sala llena de chilenos. Después de mi presentación, escuché por primera vez esa estúpida cancioncita de “argentinos maricones les quitaron las Malvinas por huevones”. Jorge Alis lo retrató en forma excelente: “Ustedes los chilenos la pasan bien cuando a nosotros los argentinos nos va mal”

Yo no era un extranjero, era un retornado. De entre todos los posibles regresos a casa, el regreso del exiliado supone además unas condiciones identitarias y políticas que lo hacen diferente a todos los demás. De todas ellas destaca singularmente el carácter involuntario, forzado y traumático que tiene su partida. Su expatriación obedece a causas políticas que casi siempre ponen en peligro su vida.

Ser hijo de padres que decidieron escapar del terrorismo de Estado es ya una carga difícil de llevar, pero ser hijo del retorno es peor aún, sobre todo si esos hijos no nacieron en el país del que sus padres debieron exiliarse, pues no hubo decisión propia. La sociedad chilena tiene una deuda con estos procesos. Según mi visión, se oculta mucho de esa época, predomina la poca memoria, y la discriminación hacia quienes fueron perseguidos en los años 70 y regresaron tras la caída del régimen.

Estos jóvenes, que intentábamos integrarnos a una sociedad que no nos pertenecía directamente, que habíamos heredado, sentimos que la derrota que pesa sobre nuestras familias también nos ha influido y marcado con ciertas características que debimos ocultar para evitar dar explicaciones sobre nuestra vida particular. Muchos de los hijos de exiliados retornados dicen no haber vivido situaciones de discriminación. Sin embargo, la mayoría, en caso de que nos preguntaran, dábamos como causa de nuestra crianza en el exterior los estudios de nuestros padres.

No hay datos acerca del retorno postdictadura. Los hijos de exiliados nos constituímos en una nueva comunidad de inmigrantes. No somos inmigrantes en el sentido usual y tampoco retornados. Compartimos una historia migratoria similar y un lugar que nos es paradójicamente familiar y hostil a la vez. Muchos de los exiliados se habían ido con hijos pequeños o nacieron durante el destierro. Cuando resolvieron volver tras la recuperación de la democracia éstos ya eran adolescentes o jóvenes en la mayoría de los casos y en general no pudieron torcer la voluntad de sus padres. El retorno fue una nueva migración forzada para muchos de los hijos del exilio. Nacimos o nos criamos en el exterior y, una vez adaptados al desarraigo propio o de nuestros padres, debimos dejar todo para regresar por decisión ajena.

El exilio nos dividió, nos partió al medio. Somos chilenos, pero también mexicanos, españoles, alemanes, argentinos, etc… ¿Cuál es nuestra identidad? ¿Cuál es nuestro lugar en el mundo? ¿Qué código cultural manejamos? En muchos casos somos apátridas, extranjeros, sin nacionalidad, sin una situación jurídica clara siquiera. El exilio de nuestros padres luego se convirtió en nuestro exilio, en nuestro desarraigo, porque cuando ellos volvieron, nosotros nos fuimos. Nos fuimos del lugar donde habíamos nacido o crecido, que para ellos era extraño, pero que para nosotros era el nuestro, y tuvimos que dejarlo para empezar de nuevo.

¿Por qué escribo sobre esto? Porque eso de “verás cómo quieren en Chile al amigo cuando es forastero” es una falacia. Siempre aprovechamos muy bien la posibilidad de escondernos en la multitud del monstruo. Tengo la esperanza que el próximo gobierno adecúe nuestra Legislación y Constitución a los tiempos actuales y no desafinemos más en esta canción.

Además, como Estado debemos reconocer que estamos en deuda con aquellos que fueron exiliados, lo mínimo que podemos hacer a favor de aquellos que no han retornado, es que el proyecto de ley que concede el voto a los chilenos en el extranjero lo tengamos despachado y listo los primeros días de marzo. En una de esas Marzo se nos aparece de otra manera y de paso nos aflojamos un poco el chaleco antibalas.

1 comentario
  1. WASHINGTON HERRERA dice

    Buena Matías, tú Art.es digno y respetable, me toco conocer algunos casos como tu relata de aquellos por razones políticas y económica tuvieron que dejar el país,mas,ellos volvieron con sus hijos a mostrarle su terruño que tanto añoraban y que pintaron con el multicolor de sus montañas, valles y mar, que la cazuela, la empanada y sus vinos y que decir de sus mariscos y pescados, pero ellos encontraron muy bonito, pero que estaban aburridos y no hallaban la hora de regresar a su ciudad de origen. Te entiendo tu comentario, pero la canción que tu alude es para ese extranjero que esta de paso o por aquellos por las misma razones por ti aludidas llegaron a Chile y se quedaron por lo tanto no la considero una falacia.
    Estoy de acuerdo contigo en lo referente al voto fuera de Chile, eso significa pertenencia al concepto de nacionalidad, ser chileno es muy importante estando fuera de la patria, pertenecer con toda de la ley es muy importante, por eso abogo para que todos los compatriotas fuera de Chile puedan expresarse para sentirse acogido y reconocido como un ciudadano chileno.

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