Por una República 3.0

ParadaLa expresión internet hace eco con la desafección política e institucional de la ciudadanía. Porque, si ahora yo puedo opinar e incluso a veces inflexionar directamente el curso de las cosas ¿para qué recurrir a mediadores que no me hacen mucho caso, y que, además, son elegidos por menos de la mitad de los votantes y entre los cuales hay un sinnúmero de corruptos y mediocres?

Por Rodolfo PARADA LILLO*

 

El mundo digital de hoy

En sólo 15 años el internet ha sacudido nuestra vida social. Desde las compras en línea hasta la uberización de ciertos servicios, un sinfín de actividades se han hecho posibles sólo gracias al internet, a la digitalización de nuestras relaciones sociales.

Estos fenómenos son la prueba de una progresiva mundialización de nuestras vidas cotidianas, que ha sobrepasado largamente la esfera de la economía o de la política.

Hoy día, cada uno de nosotros vive, simultáneamente y en todo el planeta, la destitución de Dilma, el festival de Cannes, las locuras de Trump, el terremoto en Ecuador, más un gran y diverso etc.

Invadidos por una información digital arrolladora ¿quién podría sorprenderse de que millones de individuos en todo el mundo quieran dar una opinión, también a través de una vía digital, sobre lo que les sorprende o les conmueve? La mundialización nos empuja a intervenir. Que a veces se haga de manera pertinente y otras sin mucha reflexión, demuestra que el internet es un útil a imagen y semejanza de su creador.

Yo no estoy de acuerdo con aquellos que sólo ven en la expresión de las redes sociales una colección de estupideces de carácter íntimo y narcisista. Por el contrario, y sin negar la existencia de lo anterior, yo rescato por sobre todo, de FaceBook, Twitter o Instagram y muchos otros soportes digitales, la posibilidad que hoy tiene todo el mundo de reaccionar sobre aquello que lo interpela. Más aún, su uso permite también organizar rápidamente y con eficacia, encuentros, conferencias, congresos, marchas, huelgas, etc. Nadie puede negar el rol jugado por las redes sociales en las huelgas estudiantiles en Chile o en las primaveras árabes.

Pero esta expresión no se detiene en este circuito. Como consecuencia de esta «cultura del clic», se han creado otros medios digitales de mayor impacto y con verdadera vocación de intervención directa en la vida social. Son los sitios de peticiones, como el estadounidense Change.org, el francés MesOpinions.com, o el canadiense Avaaz. Algunas peticiones, que han colectado centenas de miles de adhesiones, han logrado, por ejemplo, que en Francia los supermercados no boten los alimentos cercanos a su fecha de caducidad y los entreguen a Asociaciones humanitarias ; que en Chile una Corte sea sensibilizada en contra del proyecto hidroeléctrico Alto Maipo ; que en todo el mundo se abra conciencia sobre los pesticidas que matan a las abejas o sobre la nocividad del aceite de palma, etc.

La expresión internet hace eco con la desafección política e institucional de la ciudadanía. Porque, si ahora yo puedo opinar e incluso a veces inflexionar directamente el curso de las cosas ¿para qué recurrir a mediadores que no me hacen mucho caso, y que, además, son elegidos por menos de la mitad de los votantes y entre los cuales hay un sinnúmero de corruptos y mediocres?

Probablemente, si los ciudadanos tuvieran la impresión de ser mejor escuchados por sus dirigentes, utilizarían menos las redes para comentar y reclamar ; por lo que se podría pensar que toda esta gama de expresiones informáticas, con su aspecto dialogante y lúdico, es sólo una manera fácil de compensar la decepción cívica frente a una élite dirigente despegada de la vida real.

No obstante, habrá que aceptar, que la «cultura del clic» tiene la potencia de un verdadero modo de expresión, y que aún cuando los dirigentes del país devengan todos próvidos e irreprochables, seguirá formando parte de una nueva manera de participar en la vida social. Ya nadie la podrá excluir de nuestra vida cotidiana en el futuro.

Se trataría entonces de formalizar institucionalmente esta expresión informática, anticipando su crecimiento y su fuerza de intervención en los asuntos públicos.

Un lobbying popular

El problema estaría en articular esta vocación de expresión y de participación que posee el internet 2.0, con las fuerzas institucionales y sociales ya constituidas y que forman el sustento de la democracia (Estado, Parlamento, Sindicatos, Gremios, Federaciones….).

En el fondo, asistimos al choque entre la democracia representativa y la democracia participativa. El internet muestra que hay una latencia de participación cívica que habrá que integrar, progresivamente, al funcionamiento de nuestro sistema representativo. Ya no es más aceptable que la expresión democrática aparezca como reducida a echar el voto en una urna cada cierto tiempo.

Las redes no pueden transformarse en responsables del diálogo social, pero sí en una alerta legal, un despertador de conciencias, un grupo de presión masivo con capacidad de influenciar a las instituciones y a los individuos que toman decisiones, una especie de lobbying popular formal, que se sustituye a las influyentes camarillas de los Correa y otros Tironi.

Articular la expresión digital con los poderes y las fuerzas institucionales, sería también una barrera a la solapada corriente populista que, encubierta por sorderas y cegueras reales, acomete contra la representación democrática y Republicana elegida a través de elecciones libres y universales.

Un Foro Ciudadano 3.0

Remitiéndome sólo a la dinámica de las peticiones, lanzo aquí una pista de reflexión entre las decenas que se pueden inventar.

Postulo la creación de un Foro Ciudadano 3.0, de carácter técnico, no deliberativo, no elegido, dependiente de alguna Alta autoridad del Estado.

Su única función sería la de concentrar y tratar todas las peticiones con carácter de masas : homologar su regularidad legal (la legitimidad de las firmas –CNI/IP) ; validar su conformidad a la Constitución y a la Ley ; asegurar su transmisión a los organismos competentes. La idea es transformar las peticiones en fuerza institucional no sólo de oposición sino también de proposición.

Cuando exista un dispositivo legal como para tomar medidas decisionales directamente, por la sola voluntad política, las peticiones no harían sino que multiplicar, ahora más formalmente, el efecto lobbying que de todas maneras existe.

Cuando este dispositivo no exista, se transmitirían oficialmente a las Comisiones parlamentarias pertinentes. Son estas Comisiones (permanentes o no, especiales, mixtas…) las que podrían nutrirse de las ideas y proposiciones que se hagan a través de la redes, para elaborar informes con vocación de proyecto de ley. Es claro que estas Comisiones actuarían con posibilidades reales de movilizar a los legisladores puesto que trabajando en el marco de una alerta popular consistente.

Sería necesario establecer varios pre requisitos.

* crear un estatuto particular para todas las manifestaciones internet (¿crear un sitio Peticiones.cl, Ciudadanos.cl…. ?)

* darle valor jurídico a una firma electrónica, única e inimitable para estos fines (del tipo CNI o IP…?)

* definir los perímetros de acción para evitar las derivas sin sentido

* legislar sobre el destino de una petición con una masa de firmas electrónicas consecuente (100.000, 500.000, 1.000.000….?) para que puedan ser tomadas en cuenta por algún organismo decisionario

* articular con el Parlamento las condiciones para que una petición masiva pueda dar origen a : una amplia consulta popular? un llamado a referéndum? la revocación de representantes territoriales en caso de falta grave ?…

* etc., etc……

Naturalmente, estas peticiones no tendrían mucho eco si no se acompañaran de una dinámica de movilización. Es decir : si el clic no fuera un detonador de conciencia que permitiera animar una comunidad de intereses, perdería rápidamente sentido y su efecto lobbying sería nulo.

En suma

El ejercicio democrático ha cambiado de época, de fase y de medios de expresión.

Se trata de articular la expresión directa y participativa del internet, con las estructuras de poder representativas, propias a una República democrática.

Hacerlo sería una reforma fuerte y estratégica, porque se plantea opuesta al sistema oligárquico (o plutocrático, si se prefiera) que hoy impera en Chile.

Si el internet de las redes sociales es el 2.0 del desarrollo informático, la República 3.0 será la interacción estructurada de esta expresión internet con las instituciones de la República.

*El autor es Ingeniero civil de la USACH y Doctor en Sociología por la Universidad de La Sorbona, es el director artístico del grupo Quilapayún residente en Europa.

4 Comentarios
  1. eugenio ciorán dice

    ¿Por qué se alarman si la gente no fue a votar en las primarias? Creo que 282 mil personas que lo hizo, ha sido un record, tomando en cuenta que ya nadie cree ni confía en las instituciones políticas. La gente ya no está para ir a perder el tiempo en votar por personajes QUE NO NOS REPRESENTAN y que encima dan el ejemplo «arreglándose los bigotes» sin ninguna vergüenza ni escrúpulos.

    ¿Cómo va a ir a votar un anciano al que le acaban de BAJAR la mísera pensión? Con el agravante impresentable que solo hace 2 meses los señores senadores se subieron el sueldo arbitrariamente en DOS MILLONES? Creo que estamos en un país totalmente corrupto, donde los políticos han perdido los últimos gramos de vergüenza que les quedaba. Desde el «pufo» pestilente de la Presidenta y su familia, pasando por los arreglines de SQM, Penta, Corpesca, etc., hasta el avivamiento de secretarios, asesores, hijos de, gente de los partidos y un montón de ladronzuelos que se están aprovechando de los cargos políticos para hacer pituteos y dinero fácil.

    Nos negamos a seguir votando por esta chusma de avivados que nos asola y tendremos que inventar otro sistema, o simplemente que cada candidato -previamente a las elecciones-, enseñe sus credenciales, sus estudios cursados, su hoja de servicio intachable y un juramento que no va a meter las manos en los bienes públicos. Los sueldos deben estar acordes al de los empleados en general y no esas cifras escandalosas que no corresponden a un país SUBDESARROLLADO (también por culpa de ellos y su mala gestión habitual); por lo tanto, o cambiamos las reglas del juego o NADIE irá a votar, aunque sea obligatorio.

  2. Maria Eugenia Araya Lazo dice

    Excelente idea, te felicito querido amigo de nuestra juventud.
    Ojalá se lleve a la práctica.

  3. Hector Espinola dice

    ¿Cuál república democrática? ¿Chile? No embromen…

    Estimados, ya no se trata de estudios cursados, pues muchos honorables los tienen, lo que se trata es de ética, honestidad, consecuencia. La gente que dirige Chile no viene de la chusma, sino de los diplomados, hijos –a pesar de ellos mismos- de Pinochet, y por extensión aplicadores del liberalismo económico. Lo de las redes sociales e internet, si bien puede ser importante, a la hora de la movilización social, la huelga, o el paro, lo que cuenta es el pueblo en marcha, internet es un objeto de AGP, y no va más lejos.

  4. WASHINGTON HERRERA dice

    Interesante lo planteado por el columnista, como también de los comentarios que me anteceden, nuestra sociedad chilena, especialmente de los que usufrutuan el poder, los valores básicos de cualquier ciudadano le permiten convivir con dignidad ante su familia y su entorno. Lo sucedido con nuestra clase política a la vuelta de la Democracia, nadie la sospecho o la vislumbró, ya que los lideres que lucharon por ella presentaron una cara de querer cambiar el estado de cosa de la dictadura, pero lamentablemente al correr los años se fueron desvirtuando los anhelos de la gente, que fue de cambiar el modelo económico implementado antes de la vuelta a la Democracia, solamente aquellos que manejaron el poder político se inclinaron antes los cambios políticos del mundo,( Libre Mercado),la Globalización y los Tratados Económicos (TLC),y con ellos la venta de nuestros activos básicos y riquezas del país, basta ver los informes económicos de la década del 90 en adelante, el traspaso de bienes a privados, se acentuó y con ello la economía dependió de la oferta y la demanda de los mercados por nuestros productos, y con ello el cambio de los procesos productivos y de servicio provocado por lo que indica nuestro amigo, las comunicaciones es hoy en día la revolución cultural tecnológica, en todo el mundo que nos rodea, las redes sociales en que se comunican, desde el niño al adulto es significativo en estos momentos, todos tienen algo que opinar, disentir por los juicios emitidos por otros dialogantes, es por eso que la pizarra virtual es importante en estos momentos, esta calibrando lo que piensa nuestra gente. En relación a nuestra casta política, deben cambiar su accionar, están en la mira para bien o para mal, recordar que cualquier error no es perdonado hoy en día y por lo tanto todo se debe hacer con transparencia, sino lo ocurrido en estos últimos años son un ejemplo. Bien por las nuevas generaciones, que deben llevar el testigo de esta carrera de desarrollo para nuestro país y su gente, en todas las áreas y recuperar el espíritu de entrega, no basta las riquezas materiales de cada uno de nosotros, sino que también la riqueza espiritual, para vivir en este país que lo tiene todo.

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