¿Cuánta responsabilidad tiene usted Presidente Lagos?

Sergio_Aguiló_MeloEl ex Presidente Lagos acaba de diagnosticar la actual situación política de Chile como la “peor crisis institucional del país en toda su historia, con la excepción del quiebre de 1973”. No quiero discutir la gravedad del diagnóstico, sino sugerir que nos preguntemos dos cosas muy obvias: ¿cuál es la causa de esta crisis? y ¿qué responsabilidad tenemos los políticos y quienes han ostentado los más altos cargos?

Por Sergio Aguiló, diputado IC

Tengo la convicción más profunda que contestar estas preguntas supone despojarnos de toda soberbia, de toda arrogancia y de toda falta de coraje que ha caracterizado nuestra conducta como clase política en los últimos 25 años.

Si logramos hacer este tan difícil ejercicio, si es que efectivamente lo logramos hacer, no podríamos dejar de constatar que una de las principales causas que explican el total descrédito que sufrimos hoy los políticos ante la ciudadanía tiene que ver con que construimos una distancia física, espiritual, económica, ética, cultural, tan gigante con la ciudadanía común y corriente, a tal punto que ésta ya nos ve como un conjunto de seres humanos que hemos asaltado la democracia para beneficio estrictamente personal.

Esa distancia gigantesca, irremontable, se expresa, por ejemplo, en que los parlamentarios chilenos ganamos las dietas más altas del mundo (informe Ciper 2014); en que los políticos educamos a nuestros hijos en colegios particulares pagados donde van solo los niños del 7% más pudiente de la población; en que cuando los políticos tenemos un problema de salud nunca nos encontraremos con un ciudadano común y corriente ni en la fila del consultorio ni en la sala de espera de un hospital; en que viajamos por el mundo en primera clase; en que nos fuimos a vivir a barrios lujosos; y en que ninguno de nuestros actos de vida cotidiana se tocan en lo más mínimo con los actos comunes de la ciudadanía.

Esta distancia sideral entre la clase política y la ciudadanía, también se expresa con particular vigor, cuando las chilenas y chilenos se enteran de que muchos políticos han financiado sus campañas con generosos aportes empresariales. Y, con justa razón, nuestros compatriotas se preguntaban hace algunos años, ¿si un político fue financiado de esta manera, dónde estarán sus lealtades? O ya no se lo preguntan; lo tienen claro.

Nadie puede lanzar la primera piedra en esta materia, todos tenemos una cuota de responsabilidad, sobre todo los que hemos estado en la cosa pública; pero con respeto le pregunto al ex Presidente Lagos, que fue quien más “normalizó” la relación entre la política y el dinero a raíz del caso Mop-Gate, ¿cuánta responsabilidad tiene usted Presidente?

Si es cierto que esta crisis es muy profunda, no se sale de ella sin grandes esfuerzos y sacrificios, y sin un severo cambio tanto institucional como cultural. ¿Estamos dispuestos a dejar de lado nuestras grandilocuencias y vanidades y aceptar que otras generaciones, otras mujeres y otros hombres puedan encabezar las transformaciones que Chile necesita?; ¿estamos los políticos, y los parlamentarios en particular,  dispuestos a ganar la mitad para que la gente crea que en serio queremos servir al país?; ¿estamos por terminar con la reelección indefinida, la perpetuación en los cargos, y los privilegios del poder? .

Espero muy sinceramente que quienes abrazamos la política un día como el camino para construir una sociedad más justa, incluido Ricardo Lagos, tengamos un comportamiento a la altura de la gravedad del ahora presente.

3 Comentarios
  1. Fabián Bustamante Olguín dice

    Frente a las preguntas formuladas por el diputado Aguiló (IC), considero en parte que esta «crisis» de la elite política nacional se debe principalmente a que todos los gobiernos de la Concertación y sus partidarios no hicieron más que hacer visible el dominio de la oligarquía plutocrática y su modelo neoliberal, que con la dictadura de Pinochet había entrado en crisis. Dichos gobiernos, en efecto, por medio de métodos más legítimos, vinieron a representar la continuación del proyecto de los grandes conglomerados económicos que las FF.AA violentamente habían instaurado, pero no consolidado ni mucho menos legitimado. Lo peor de todo es que las cúpulas de la Concertación ocultaron este hecho enfatizando en la «restauración de la democracia», es decir, en la superestructura política. Cuestión que a la larga terminó por naturalizar un modelo neoliberal muy conveniente para los países desarrollados, pero no para Chile.

  2. Víctor dice

    Lindas palabras diputado Agulló, pero no saca nada con.si mea culpa, si Ud, también.se ha enriquecido con.la.política y que ha hecho por ello, nada

  3. VICTOR RODRIGUEZ O. dice

    ASOCIACION de FELONES PROSTITUIDOS (AFP)

    LOS POLÍTICOS SINVERGUENZAS Y SUS INESCRUPULOSOS financistas, que hacen y aplican las leyes que definen el país, han construido todo lo que se conoce a imagen y semejanza de sus egoísmos y codicias. Atragantados de riqueza sin límites, no han trepidado en hacer cada vez peor la vida de millones, solo para ganar más dinero.

    Casas miserables, ciudades asfixiadas, mares envenenados, cerros carcomidos, bosques plastificados, calles atiborradas, ciudades plagadas, y mucha gente deambulando a la siga de las promesas y horizontes, enlatados en buses misérrimos, viviendo en guetos despreciables, amenazados por la delincuencia de todas las layas, gracias a las leyes que puntuales y entusiasmados, redactan y aplican.

    ¿Por qué hay leyes que permiten jubilaciones de miserias para los trabajadores que durante más de 40 años se desloman con bajos sueldos, trato denigrante y humillaciones desde que salen de sus casas, amenazados por la represión cuando protestan?: PORQUE HAY LEYES HECHAS Y APLICADAS POR CORRUPTOS QUE LO PERMITEN Y FACILITAN.
    Prostituidos sujetos que fungen como honorables tras sus encintados y poltronas, algunos capaces de vender sus consignas y pasados con tal de tener más dinero y poder.

    Casi todo está podrido. No hay día en que no estalle algún tipo de corrosión moral y no hay día en que no se tape otro.
    Y aún son muy pocos los que consideran la gravedad que implica vivir en un país hecho mierda por sujetos que deberían estar presos purgando condenas proporcionales a sus estafas y mentiras, pero que son… los que mandan.

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