Filosofía del perdón (Primera Parte)

ramirezHay cosas difíciles en filosofía. Intelectualmente, y porque despiertan reacciones muy fuertes,evocan imágenes, momentos, historias difíciles. Se trata una red de significaciones compleja, donde es fácil confundirse. La filosofía no puede nada contra las reacciones afectivas pero tal vez puede ayudar a comprender. Y en ello las palabras son importantes.

Por Daniel Ramírez, doctor en Filosofía (La Sorbonne)

Cuando se evoca el perdón es porque hay falta moral, delito, abuso, daño, crimen. Desde los antiguos libros se habla de eso: Caín y Abel. Falta (o pecado), luego venganza, ley del Talión, castigo, condena. Y también una serie de situaciones que vienen a agregarse: excusa, arrepentimiento, confesión, perdón, redención, amnistía, etc…

Las sociedades civiles se constituyen con la idea de que un tercer término –la justicia–, es fundamental para evitar la cadena interminable de la venganza, tan estudiada por los etnólogos. Para ello se escriben códigos, se dictan leyes, se nombran magistrados. Se supone que todo crimen debe ser juzgado imparcialmente y castigado proporcionalmente.

Pero hay épocas terribles, días de ira, conflictos, guerra civil o genocidio, como el siglo XX ilustró con su record siniestro. La historia pone a seres falibles de sabiduría limitada, como son los individuos humanos, en situaciones extremas donde las barreras morales se pierden. El odio, alimentado por ideologías, por prejuicios y propaganda, intensificado por miedo, hace su obra y se desencadena lo inhumano.Y como el ser humano es “inteligente”, la violencia se vuelve sistema. Tiempo de asesinatos, tortura, desapariciones, privación de libertad, exilo, despojo, calumnia, humillación, injusticia y exclusión, mentira generalizada.

Luego la historia avanza, el tiempo pasa. Y hay que seguir. La justicia se pone en marcha pero insuficiente, tardía y difícilmente; poco a poco se reconquista la memoria pero las heridas continúan abiertas. ¿Por qué?

Así aparece el tema del perdón.

Extraño y difícil. Primero diferenciemos algunos términos.

Perdón no es lo mismo que excusa, aunque nos excusamos por empujar a alguien. Las faltas excusables no necesitan ser perdonadas. Etimológicamente excusa viene de “ex-causa”, es decir una causa exterior, que ha venido a mezclarse en el hecho. El chofer que produjo un accidente luego de ser encandilado justo cuando el terreno estaba deslizante, es responsable del accidente, pero al menos dos causas exteriores intervienen en el hecho. Tiene ex-cusas… Los jueces lo saben. Y por lo mismo puede haber “disculpa” (apartar la culpa). Pedir disculpas es generalmente mostrar las excusas.

Pero la falta moral grave, la que da problemas, es la que es imputable al agente solo, plenamente autónomo e integralmente causa de lo que ha hecho y con la clara voluntad de hacerlo. Los actos puedan ser calificados entonces de in-excusables.

Cualquiera puede decir no a una orden, detener un potenciómetro, decir que el prisionero se ha desmayado. Nadie está obligado a seguir escrupulosamente con un plan siniestro hasta el fin, hundiéndose en la crueldad. No se puede exigir el heroísmo, pero todo el mundo puede ayudar en algo a atenuar la máquina, declararse enfermo, retirarse, luego hablar, contribuir a la verdad.

Cuando se ve que nada de esto ha sido intentado, estamos ante lo inexcusable. Peor aun cuando se es responsable de toda una cadena de estos hechos.

La justicia debe seguir su curso, reforzada, rigurosa. Pero ella misma es incapaz de castigar esos actos proporcionalmente, porque están fuera de toda proporción. ¿Para qué hablar entonces de perdón? ¿Cuándo se puede aplicar?

¿Y qué es el perdón?

Es imposible explicar eso sin entrar en el centro mismo de la filosofía. Se trata del tiempo.

Ocurre que los seres humanos somos no solo inteligentes, hablantes o sociales (definiciones clásicas) sino principalmente seres de la temporalidad. Vivimos en la consciencia del tiempo; en el presente que viene del pasado y se dirige al futuro. Todo lo humano se juega en estas tres dimensiones. Solo tenemos percepción del presente,pero del pasado tenemos la memoria, las huellas, a veces las heridas, del futuro tenemos las expectativas, los deseos, también los miedos y la esperanza. Toda una gama de sentimientos tiñe de matices nuestra vivencia del tiempo.

Algunos ejemplos: la nostalgia es la percepción del pasado a través de lo bueno que se ha perdido; el orgullo es un pasado visto a través de un logro de valor; la culpabilidad: el pasado bajo el cristal de lo que no deberíamos haber hecho; el miedo: la percepción del futuro en relación un mal que amenaza. La gratitud: el sentimiento de haber recibido un gran bien; el rencor: el pasado a través de la ofensa sufrida. Estas coloraciones afectivas son omnipresentes.

Es fácil ver que las tonalidades de ánimo respecto al pasado extienden su manto hacia el presente: la culpabilidad respecto a hechos pasados tiñe de vergüenza al yo en el presente, el rencor pasado cubre de resentimiento el presente. Es evidente asimismo que tales presentes proyectan hacia el futuro sus sombras: la vergüenza genera el proyecto de ocultarse o disimularse, el resentimiento el deseo de venganza. El rencor tiñe la percepción de todo lo demás. De una cierta manera su filtro oscuro cubre la luz del mundo.

Por ello la mediación del tercer término, la justicia, es importante.Los hechos y las palabras, la verdad compartidas por terceras personas e instituciones reconocidas, pueden permitir ir retirando el manto y los filtros que el pasado interpone entre el presente y el futuro.Algunas veces –los textos antiguos lo ilustran – las personas pueden ir transfigurando su coloración interior. Por ejemplo la culpabilidad puede generar arrepentimiento, que es ya una manera activa de considerar su pasado vergonzoso. Un deseo de reparación aparece tímidamente.

Pero existe lo irreparable, lo irremediable. Nada puede devolver la vida asesinada. Jóvenes que murieron en el frío de subterráneos oscuros, después de innumerables sufrimientos, en la soledad total y el abandono, sabiendo que terminarían en una fosa perdida o en el fondo del mar. ¿Para qué sirve el remordimiento de quien ha perpetrado horrores innombrables?

Por ello el arrepentimiento, la penitencia y el perdón han sido en general temas religiosos. Esas cosas son de Dios. Sobrepasan lo pensable por el ser humano. Lo inexcusable puede ser vivido como imperdonable. La categoría jurídica de lo imprescriptible (crímenes contra la humanidad) viene a confirmar lo irreductible del exceso de lo inhumano.

¿Qué es en ese contexto el perdón?

(Imposible tratar un tema tan complejo en una breve columna. La continuación la semana próxima. Prometido).

 

5 Comentarios
  1. Davide dice

    Interesante columna lanzada al mundo de las redes de comunicación, para hacer avanzar en el sentido de la toma de consciencia histórica y planetaria. El individuo cuando se atreve a pensar como parte de un género, en general digamos, se sitúa en el horizonte de la historia de la humanidad y de sus márgenes comunitarios, que son cada vez mas amplios. Por eso también el proceso de la memoria colectiva de los pueblos se puede describir en términos de construcción de referentes. Un arte creador al servicio de la memoria que se expresa principalmente en jurisprudencia, pero también en representación artística, en poesía en sentido amplio y porqué no en filosofía, que es también un arte de construcción mediante los argumentos. En fin, es necesario siempre Representar para crecer en el proceso de liberación Y AQUÍ EL ROL DE LAS ARTES DE LA REPRESENTACIÓN A JUGADO UN ROL SIGNIFICATIVO PARA EL PROCESO DE CATARSIS, DE LIBERACIÓN DE ESTAS Pasiones y de su purga.(perdón por las letras grandes) pero liberación de qué? pues la purificación de la ignorancia y del cómodo aislamiento epicúreo, que puede tomar la forma de indiferencia o desidia.
    Bien entonces por todo lo que se aporte a este proceso de evolución común, que va sumando para delante y para atrás, en el sentido de la reconstrucción de una memoria que se conforma con evidencias históricas, verdades jurídicas y representaciones de arte, como es el arte de la construcción mediante argumentos. Saludos y felices fiestas patrias.

  2. Daniel Ramírez dice

    Concuerdo en que el rol de las artes a sido fundamental en el trabajo de la memoria. Libros muy documentados, exelentes películas, danza, plástica, caniones. Todo ello ha contribuido a que no se pueda realmente hablar de memoria silenciada o de olvido generalizado. El trabajo de memoria está banstante avanzado. El del perdon, sin embargo, debe ser tratado aparte para evitar confusiones o alternativas dudosas. Como si una cosa viniera a suplantar la otra: el perdón en vez de la justicia, la memoria y no la histoira, o confundir el olvido con el perdón… Trataré de aclara estas cosas en la segunda parte.

  3. hernan dice

    Complicado tema. Concuerdo en que en último término es teológico.
    La agresión hacia el otro y hacia uno mismo está en la raíz de todo ser animal, por lo tanto de los seres humanos. El ser humano es el más agresivo -y sexual- de los animales. Socialmente dicha agresión se dirige hacia el grupo humano diferente, así como las ratas atacan furiosamente a individuos de otro grupo (que tienen otro olor)(K Lorenz). Ello es necesario. Como escribió inteligentemente J Huxley, nada ha sido más destructivo para los indios amazónicos que los reglamentos occidentales que impiden las guerras intertribales.
    Hay situaciones políticas en que un sector de la sociedad es visto como ‘otro’ al cual es necesario atacar y destruir sin miramientos éticos, lo cual ocurre también en guerras, por ejemplo las acciones de tropas chilenas contra heridos en combate, o durante el pillaje de Lima. Estas cosas se ocultan pero más vale conocerlas. Gnosi te ipsum. Las feroces agresiones contra las etnias mapuche, rapanui… en el caso de los fueguinos, terminó con su completa destrucción, su aniquilación. El otro es visto como ‘animal’, ganado. (pasu, goyim).De allí el envío de indígenas al horroroso Zoo humano de París.
    Señor, ten piedad de nosotros.
    Perdónanos.

  4. hernan dice

    Ello debe estar en la base del bulling. El grupo mayoritario del curso necesita ejercer su poder agresivo sobre los débiles.
    Cuando era estudiante recuerdo a Z, muchacho de aspecto débil. Inteligente, sensible, hijo de un ingeniero y una juez, familia cristiana.
    Se le torturaba permanentemente, con brutales ‘bromas’. Supe que en el último año había muerto durante una fiesta, había caído desde un ventanal.
    Siempre he pensado que fue un asesinato.

  5. hernan dice

    Podemos cargar nuestros pecados en un cabro negro de Azael y enviarlo al desierto. O cargarlos a los judíos, a los palestinos, a los kulaks, a los comunistas.
    Pero la Bestia Negra está dentro de nosotros.
    I sent my soul through the Invisible
    Some letter of that after-life to spell;
    And by and by my soul return’d to me,
    And answer´d ‘I myself am Heav’n and Hell’
    (Como tradujo FitzGerald)

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