Venezuela derrota a Chile en San Juan y termina con ilusión nacional en Copa América

Un deslucido primer tiempo, en que los llaneros superaron a la roja de Borghi y un grueso error del portero Bravo en el segundo lapso, terminaron con las ilusiones de millones de chilenos que esperaban un triunfo holgado frente a Venezuela y veían cierta facilidad en los rivales de semifinal. El 2 a 1 final, sin embargo, fue un duro castigo para el equipo chileno que pudo tener otra suerte.

Promediaban los 30 minutos del segundo tiempo y Chile no sólo tenía la iniciativa, sino que era el equipo con más argumento para pasar a la semifinal y enfrentar a Paraguay en Mendoza.

Tras un primer lapso lamentable, que terminó con los venezolanos con la ventaja mínima, el ingreso de Jorge Valdivia encendió todas las luces, incluso las de Humberto Suazo que, tras una excelente jugada de Alexis Sánchez, puso el uno a uno transitorio e ilusionó a 17 millone sde chilenos.

Antes del empate, dos tiros en los palos, uno del propio Chupete y otro de Valdivia, habían avisado que Chile era imparable.

Pero, tras la igualdad, a pesar de que Chile siguió controlando el balón, bajó la intensidad y parecía que quería asegurarse el alargue y matar a la vinotinto en los 30 minutos complementarios. Los llaneros, sin embargo, aprovecharon la única ocasión que se les presentó y faltando 8 minutos para el final, tras un grueso error de Bravo y la nula reacción de la defensa nacional, quedó nuevamente arriba, no sólo futbolísticamente sino que también mentalmente.

Fueron esteriles los ataques nacionales, que jugó de ahí en más contra el reloj y a los pelotazos, sin inquietar al buen portero venezolano. Estuvo el empate, sin embargo, en un gol mal anulado a cinco minutos del final. Pero la suerte no estaba con Chile.

Al final, tras los 90 minutos de juego, quedó la duda de si Chile no falló la estrategia, perdiendo los primeros 45 minutos al no ingresar desde el comienzo con Valdivia, el jugador más peligroso de la roja y que demostró que falto de fútbol y sin estar físicamente apto, es más que cualquiera de sus reemplazantes.