Sara Larraín: mineras e hidroeléctricas amenazan el agua potable

La directora de Programa Chile Sustentable, en su columna de enero en el IEP, se refiere a los problemas que vive el recurso en la II Región por la decisión de la empresa Aguas Antofagasta, propiedad del grupo Luksic, de venderle 550 litros por segundo de agua cruda del Río Loa a la minera Doña Inés de Collahuasi (propiedad de Anglo American y Xstrata Copper) para alimentar sus faenas mineras  al interior de Pica, en la región de Tarapacá.

“Los habitantes de de Calama y Antofagasta están indignados y no es para menos. Aguas Antofagasta y Collahuasi pretenden llevarse agua desde el desierto más seco del mundo para servir la expansión minera de una trasnacional”, señala la ambientalista Sara Larraín.

A Larraín le llama la atención que la autoridad ambiental haya acogido a tramitación este proyecto que “solo evalúa el trazado de la tubería y del tendido eléctrico, pero que carece absolutamente de información sobre el impacto ambiental que conlleva privar a la ya degradada cuenca del Rio Loa de 550 litros por segundo agua y que el agua no sea devuelta, pues hay muchos poblados y ecosistemas que dependen de la infiltración de éste a lo largo de cientos de kilómetros”.

Para la ambientalista se trata, simplemente, de un despojo a miles de personas “de un recurso hídrico que originalmente fue cedido y luego concedido a un servicio para consumo humano”. Y se pregunta: “Con un precio record del cobre ¿no será mucho que Collahuasi no apueste a la desalación o a la impulsión de agua de mar para sus faenas tal como han hecho otras compañías?”.

Preguntas de Larraín

-“¿Por qué el grupo Luksic vende el agua dulce del Loa, de la cual depende toda la vida de las comunidades de Calama, Chiu Chiu, Lasana, Quillagua, para alimentar la actividad minera en otras regiones?”.

-“¿Por qué la Dirección General de Aguas y la Superintendencia de Servicios Sanitarios no velan por la protección de las cuencas hídricas y los derechos de agua dedicados a los servicios de agua potable?”.

-“¿Porque se permite la exportación de agua desde  la región de Antofagasta a la de Tarapacá, cuando todos los estudios destacan que la zona requiere importación masiva de recursos hídricos?”.

La situación en Santiago

Similar situación, según Larraín, ocurre en la Región Metropolitana donde la empresa sanitaria Aguas Andinas, del consorcio franco español Suez-Agbar, vendió en 2011 parte de las aguas de Laguna Negra y Embalse del Yeso, destinadas al agua potable de Santiago, para que la trasnacional norteamericana AES-Gener las use para alimentar dos centrales hidroeléctricas de su proyecto Alto Maipo (que se sumarían a las 4 centrales que la empresa ya posee en el en la zona)

“Esta venta y la puesta en marcha de las centrales no solo vulnera los derechos de agua de regantes y agricultores; sino que amenaza todos los emprendimientos turísticos del Cajón del Maipo y no da cuenta de los impactos sobre el suministro de agua potable para la ciudad de Santiago. La Superintendencia de Servicios Sanitarios, que debe velar por las aguas destinadas a agua potable, al parecer interpreta que las sanitarias pueden usarlas para negocios distintos de la concesión de servicios sanitarios”, señala Larraín.

A raíz de ello, según la ambientalista, los afectados, además de realizar masivas manifestaciones públicas, han iniciado diversas estrategias legales, entre las que destaca  la petición mediante la Ley de Transparencia del convenio entre Aguas Andinas y Gener para el uso de aguas pertenecientes al servicio de agua potable de los 6 millones de habitantes de la región Metropolitana.

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