El Mundial «más caro de todos los tiempos» ya tiene sus ganadores y sus perdedores

cooperativasEl trasfondo económico del mayor evento deportivo del mundo. Los gastos en obras de infraestructura rozaron los 40 mil millones de dólares. El gobierno brasileño espera un impacto en su PBI de U$S 180 mil millones en tres años. La FIFA recaudará un 53% más que en Sudáfrica y un 81% más que en Alemania.

Por Info News/ Tiempo Argentino

Arrancó la Copa Mundial de Fútbol en uno de los países más futbolísticos del globo. Y esto le da su particularidad al evento internacional que más factura a nivel mundial.

Brasil fue elegido como sede en el año 2007 cuando mostraba un crecimiento económico del 6% anual, y en vísperas de la crisis financiera desatada en los EE UU donde los emergentes se perfilaron como los principales motorizadores de la economía global. Hoy, a pesar de que sigue siendo el gigante de la región, su realidad económica ya no es la de entonces.

Así las contradicciones económicas y sociales que genera la creación de un evento de estas características, en un país, y una región, donde el fútbol es cultural y económicamente tan significativo, pone al rojo vivo las tensiones e intereses en pugna.

Todo tiene mayor dimensión para este torneo y no sólo el tamaño del país sede. Desde los niveles de facturación esperados, pasando por las ganancias pero también las pérdidas que podría acarrear el evento, hasta las tensiones con la FIFA que se fueron acrecentando a medida que el campeonato se acercaba.

En un país que en cuatro meses se enfrenta a las elecciones presidenciales, y donde la presidenta Dilma Rousseff busca renovar su cargo, el conflicto se fue trasladando también en el enfrentamiento entre el gobierno y el Comité Olímpico de la FIFA.

Esta multinacional con sede en Suiza que se lleva el 95% de los beneficios que genera la Copa del Mundo, se vio forzada a invertir en gastos que no estaban en la agenda y que pretendía que fueran acarreados por el gobierno brasilero.

Pareciera que las denuncias de corrupción en la asignación de Rusia y Qatar como próximas sedes del Mundial, tienen su correlato en la búsqueda de países anfitriones donde lo que importe no sea tanto el fútbol, sino la capacidad de facturar al máximo, especialmente teniendo en cuenta que los mayores ingresos, especialmente para la FIFA, provienen de los derechos televisivos y la publicidad que se genera a través de estos medios.

El Gobierno de Brasil asegura que, a partir de las inversiones realizadas y el posicionamiento internacional que obtendrá Brasil con la copa y los Juegos Olímpicos en 2016, el PBI del país se incremente en 180 mil millones de dólares en tres años.

VAMOS, VAMOS A GANAR… Para esta Copa se espera una facturación cercana a los 4900 millones de dólares, muy por encima de lo obtenido en los Mundiales de Sudáfrica con 3200 millones y Alemania 2700 millones, según Gerardo Molina presidente de Euromericas Sport Marketing, quien señala que «la fuente más importante de ingresos proviene de la venta de los derechos de televisión en un 55% del total, donde la mayor parte ya fueron negociados entre la FIFA y medios de Europa».

Luego el 20% correspondería a patrocinios y el 20% restante al merchandising y otros servicios. Por ejemplo Adidas, Coca Cola, Hyundai, Emirates, Visa y Sony, ya pagaron más de 40 millones de dólares cada una para estar como patrocinadores exclusivos en Brasil.

Pero según el especialista, este Mundial sería «el más caro de todos los tiempos», donde los altos costos serán afrontados por la población brasileña pero también por los turistas que también serán alcanzados por las garras de la multinacional FIFA.

Si bien el país anfitrión obtiene el 5% de la facturación más lo que se genere en términos de turismo y actividad en general, es el Estado el que encara la construcción de los estadios, que según Molina pasó de ocho sedes originalmente a ser de 12 por 7700 millones de dólares, es decir «costaron cinco veces más de lo que Brasil tenía previsto». El drama de los llamados «elefantes blancos» que son los megaestadios construidos para este tipo de eventos y luego generan rojos para su mantenimiento, no es nuevo. Para el caso del Mundial celebrado en Sudáfrica, Molina señala que el evento generó, y sigue generando, pérdidas que ya alcanzan los 298 millones de dólares.

Como añadido al descontento que estos costos generan sobre la población, el gobierno brasileño se vio obligado a expropiar propiedades cercanas a las principales vías de transporte y expulsó a comerciantes que típicamente se ubican alrededor de los estadios. Es que una de las exigencias de la FIFA es la de tener la exclusividad de toda la publicidad y ventas que se ubiquen en un radio de dos kilómetros en torno a los estadios. Ese negocio «extra» le reportaría ganancias comerciales por 7 mil millones de dólares más a la FIFA. Así se ha ganado su lugar la consigna «FIFA Go Home» que recorre las calles brasileñas y que amenaza con transformar las llamadas FIFA FanFest, fiestas callejeras organizadas por la entidad, en nuevos centros de movilizaciones políticas en repudio a la entidad comandada por Blatter.

Frente a la deficiencia de la infraestructura que dos días antes de empezado el campeonato mundial se reflejaba en seis estadios aún inconclusos, la tensión entre FIFA y el gobierno se acrecentó. Así Molina explicó que la entidad deportiva tuvo que afrontar gastos operativos que no tenía previstos para que los estadios cuenten con la tecnología apropiada para la transmisión televisiva de los partidos.

Pero los sobrecostos no son patrimonio exclusivo del Gobierno. El especialista hizo hincapié en el impacto general en los precios, donde por ejemplo «las compañías aéreas, algunas de las cuales se encuentran vinculadas a la FIFA, aumentaron el precio de los vuelos en un 50 por ciento. Y a ello se suma el costo hotelero donde los hostels salen lo que un hotel de cinco estrellas. También existen demandas judiciales en torno a la sobreventa de las entradas que llegan a venderse por hasta 3000 dólares siendo su costo de 300». Esto, explica, se encontraría claramente vinculado al conflicto generado a partir de la repartición oficial de entradas que se distribuyeron entre los diferentes países.

APUESTAS DEPORTIVAS: EMBARRANDO LA CANCHA. «Con la Copa del Mundo, el nivel de las apuestas deportivas crecen globalmente en un 42%», señaló el director de Euromericas Sport. Siendo así el lugar donde más se apuesta en el mundo a nivel deportivo Alemania, seguido de Indonesia, Inglaterra y España. Si bien las casas de apuesta directa, generalmente vinculadas a comercios con tragamonedas, bingos y demás se encuentran prohibidas por ley, existiría cierto vacío legal que permite que frente a su clausura, automáticamente al día siguiente se vuelven a abrir. De todas formas se encuentran también las apuestas por internet que sí son legales, y que afirma Molina «se transformaron en importantes influyentes en los resultados de los partidos. Actualmente las apuestas dan como favorito a Brasil, llegando a la final contra Argentina y hay que tener cuidado porque hay mucho dinero en juego».

Las apuestas ofrecen un abanico de opciones que permite apostar desde la cantidad de goles, a los jugadores y a los minutos en que estos se realizan, lo que según el directivo «puede ser un tanto tendencioso, en la medida en que sabemos que la FIFA se encuentra asociada a algunas de estas empresas online de apuestas y donde muchos equipos de Europa piden como sponsor a la reconocida Bwin. Y los apostadores son en gran parte empresas, corporaciones que se dedican a ello como una inversión en la bolsa.» Esta cuestión es la que generó polémica y risas dado que antes de comenzado el partido inaugural del Mundial, en la web de la FIFA figuraba ya el resultado en que Brasil le habría ganado a Croacia 3 a 1.

MENOS ESTRELLAS. Con la publicidad y el nivel de apuestas, crece también la polémica sobre la exigencia que opera sobre los jugadores de fútbol. Son cada vez más los partidos que estos deben jugar en el marco de las ligas locales, a lo que se suman los amistosos previos a la Copa del Mundo. La cuestión es que para este Mundial existirá la particularidad de la ausencia de importantes estrellas futbolísticas por las lesiones ocasionadas en entrenamientos o partidos previos al torneo. Ni el colombiano Falcao, ni Ribery en Francia, ni Montolivo en Italia podrán jugar la Copa, mientras que Ronaldo se estima entrará recién en el tercer partido que juegue Portugal. De esta manera, según Molina «baja muchísimo la adrenalina en principio en cuanto a la expectativa deportiva y consecuentemente en cuanto a la expectativa de ventas en general». Así alerta «el calendario FIFA es muy excesivo, obliga a que 15 días antes de comenzar el Mundial las selecciones jueguen como mínimo dos partidos internacionales a cambio del pago que la FIFA realiza a las federaciones. Además a esto se suma la exigencia de las ligas europeas que no preservan igual que en Latinoamérica a los jugadores y quieren participar y ganar todos los títulos».

El valor de los 12 estadios

Según Euroméricas, Japón y Corea en 2002 gastaron en estadios 4500 millones de dólares, Alemania 2200 millones y Sudáfrica construyo cinco estadios y renovó otros cinco por la suma de 2000 millones.En Brasil, los 12 estadios costaron 7700 millones de dólares, mientras que también se gastó 24 mil millones en hotelería y 12 mil en trasportes, donde el gobierno de Dilma Rousseff estima que el PBI generará un aumento del orden de los 180 mil millones en tres años. En términos comparativos, en Brasil, en promedio, los estadios costaron al estado 625 millones de dólares, cuando los estadios construidos en otros países con capacidad para 60 mil espectadores, han costado menos de la mitad de ese valor en 2013.

Según la crítica web brasileña ContasAbertas, Dilma intentó demostrar que el gobierno tenía invertido 212 veces más en salud y educación que en gastos en la construcción de estadios. Sin embargo, desde la oposición se destacó que la mayoría de los estadios de futbol fueron financiados con recursos públicos provistos por los estados y los municipios con lo cual las cifras oficiales pasarían a ser otras.

En definitiva, aseveran que con los gastos totalmente destinados a esta infraestructura en particular, se podrían haber construido más de 2200 escuelas.

¿Argentina vs. Brasil o Adidas vs. Nike?

Para esta Copa Mundial Brasil 2014, Nike cuenta con el sponsor de 10 de las 32 selecciones que participan, mientras que las firmas alemanas Adidas y Puma representan a ocho cada una. Argentina cuenta con el sponsor de Adidas y Brasil el de Nike. Los favoritos para la final de este campeonato, reflejan la competencia de las principales empresas de indumentaria deportiva del mundo en un sector que se estima que factura en uniformes cerca de 7,5 mil millones de euros y de 22 mil millones en artículos deportivos. Esta disputa de marcas se proyecta en la dupla de los dos mejores jugadores del mundo Messi-Ronaldo (Adidas y Nike respectivamente). Adidas puso todas sus fichas detrás del sponsoreo de Argentina y especialmente de Messi, uno de los jugadores más cotizado del mundo. Adidas invierte un promedio de U$S 3450 millones para representar a los principales equipos de este campeonato, lo que le permitiría al año facturar U$S 2590 millones en la venta de productos vinculados al fútbol. Nike factura U$S 2120 millones por año en fútbol invirtiendo U$S 1245 millones para acompañar a sus seleccionados (datos Euroméricas). Según analistas del mercado, Adidas no quiere que le quiten su liderazgo en fútbol como le paso con Nike en el básquet y el atletismo.

Si bien la empresa norteamericana posee el 17% del mercado de indumentaria deportiva mientras que Adidas posee el 12%, Nike es relativamente nuevo en el fútbol habiendo debutado en 1994 en la Copa de los EE UU, mientas que Adidas está asociada a la FIFA desde 1970 año en que fue el sponsor oficial del campeonato mundial celebrado en México.

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