Amar en el 2017 es, forzosamente, amar con las nuevas tecnologías

El académico de la U. Bourgogne-France-Comte inauguró el Año Académico del Doctorado en Teoría Crítica y Sociedad Actual (TECSA) de la Universidad Andrés Bello (UNAB) con una charla en que revisó el fenómeno de la búsqueda de pareja por internet.

Un sitio web solo para que agricultores en Francia busquen pareja es Rencontre-agriculteur.com. Mientras Mektoube.fr es sólo para parejas musulmanas. Meetic es para solteros jóvenes. Theotokos.fr para católicos. Gleeden.com es para infieles. Y Adopteunmec.com (o adopta un mino) para que mujeres elijan hombres con características específicas. También hay sitios solo para gente de derecha o profesionales de 40 años, entre muchos otros.

Esta es una muestra de la segmentación que estos sitios de búsqueda de pareja online han alcanzado en Europa, explicó ayer el sociólogo francés Pascal Lardellier en la inauguración del Año Académico del Doctorado en Teoría Crítica y Sociedad Actual (TECSA) de la Universidad Andrés Bello (UNAB).

“En internet, los millones de solteros inventan todo tipo de relaciones. Hace 25 años para enamorarse, tener pareja, había que encontrarse con el cuerpo de la persona. Uno conocía a su pareja en el trabajo, en la universidad, en el casino o en un restaurante, pero en tiempo de internet se van inventando nuevas relaciones amorosas”, dijo.

El académico de la Universidad Bourgogne-France-Comte –quien lleva décadas investigando el uso de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) y los ritos de la sociedad contemporánea, como la búsqueda de parejas por internet– explicó que esta segmentación coincide con la aparición potente de las redes sociales.

“Estas se organizan según un principio homofílico, lo que significa que uno va a ser amigo de gente que se parece sociológicamente. Las páginas respondieron a esta tendencia: cada categoría social, étnica y religiosa posee su propia página. En ese sentido,  las redes sociales y las páginas de encuentro aceleran la segmentación marketeada de la sociedad en lógicas de nichos, de minorías. Lo hemos visto en elección presidencial francesa cómo se tomaron en cuenta estas minorías”, precisó.

Realidad nacional

Respecto a Chile, dijo, existe un desfase respecto a lo que está pasando en Europa en materia de sitios de parejas. “Entiendo que acá hay un marco normativo más pesado que tiene que ver con la religión. Hay cosas que son absolutamente posibles en Francia y en Europa y que no son posibles acá, justamente por el peso de la religión, que está mucho más presente en Chile”, comentó.

Al respecto, Mauro Basaure, director del Doctorado TECSA UNAB, explicó que en Chile está socialmente castigado el participar en estos sitios. “Acá aún se asocia su utilización como alguien que no puede encontrar pareja por los medios ‘normales’ por lo que tiene que recurrir a estos ‘medios artificiales’”. 

Además, ambos sociólogos coincidieron en que en Chile el desarrollo de este fenómeno es más lento debido a que hay menos demanda, menos necesidad. “Eso ocurre porque en Chile existen muchos más espacios para encontrarse directamente con el otro. En Europa es extraño abordar a alguien, por ejemplo, en un café, que acá es algo más o menos normal. El offline sigue siendo un espacio muy rico en nuestras sociedades”, sentenció Basaure.

Motivaciones

En la actualidad, agregó Lardellier: “la identidad y las relaciones se hacen líquidas, no existe esa solidificación que antes se daba a través de las instituciones. En ese sentido (…) salimos del relato de la pareja y la familia que va a durar toda la vida”.

Hoy, añadió, es muy difícil mantenerse en pareja. “La pareja está siendo fragilizada por el proceso socio histórico de desinstitucionalización”.

Sin embargo, dijo, a pesar de todos estos cambios sociales, “existen dos aspiraciones profundas que hacen que las personas busquen a alguien para amar, que dure en su vida, no sólo para pasar el rato: la estabilidad afectiva y el proyecto de tener hijos”.

Eso, añadió, significa que la esencia del amor no ha cambiado: “La familia, la pareja instituida, hace que haya un amor que se reinventa sin cesar en la era de las redes sociales, pero que sigue siendo el mismo”. Es sólo que “amar en el 2017 es, forzosamente, amar con las nuevas tecnologías”, puntualizó.

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.