Senado paraguayo destituyó al presidente Fernando Lugo

El mandatario, que fue sometido a un brevísimo juicio político, fue encontrado culpable de los cargos por 39 de los 45 senadores y de inmediato destituido. En su lugar, los congresistas, nombraron al vicepresidente Federico Franco, líder del Partido Liberal, quien estará en la presidencia interina hasta abril del año próximo. La resolución, que ya había sido ampliamente rechazada por Unasur, es considerada por diversos sectores como «un golpe parlamentario».

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El Senado del Paraguay, luego de una sesión extraordinaria, condenó al Presidente Fernando Lugo por «mal desempeñó de sus funciones» y lo destituyó del cargo que debía ostentar hasta abril del año próximo.

En su lugar, de acuerdo a los mecanismos constitucionales paraguayos, asumirá el actual vicepresidente, Federico Franco, líder del Partido Liberal y quien desempeñaba el cargo desde 2008, cuando asumió conjuntamente con Lugo pero luego se distanciaron.

La decisión de remover al mandatario, aprobada por 39 de los 45 senadores (4 votaron en contra y otros dos no se presentaron) fue calificada por Lugo como un «golpe de Estado parlamentario».

Lugo, al conocer su destitución, se dirigió al país y dijo que no era él quien había recibido el golpe sino la democracia paraguaya. Sin embargo, luego de hacer un profundo llamado a que las manifestaciones fueran pacíficas, señaló que acataba la decisión del Congreso y que se despedía como presidente del país. «Esta noche salgo por la puerta más grande de la Patria, por la puerta del corazón, del corazón de mis compatriotas», dijo el mandatario depuesto.

Antes de la votación y de las palabras de Lugo, el canciller venezolano, Nicolás Maduro, anunció un pronunciamiento a la brevedad de Unasur y, además, dijo que podía adelantar que la instancia no reconocerá al nuevo gobierno.

En las afueras del Congreso, apenas conocida la decisión de los senadores, se produjeron incidentes entre oficialistas y opositores, generando una gran caos y la actuación de la policía de Asunción.

Todos los ministros del presidente de Paraguay habían marchado hoy a pie por las calles de Asunción rumbo al Congreso, donde se congregó una multitud de unas 8 mil personas según la policía, a la espera de la reanudación del proceso de juicio político.

Lugo finalmente no se presentó en el recinto y envió a su equipo de seis abogados, que tuvieron dos horas para exponer sus argumentos, tiempo considerado exiguo y el punto más cuestionado por los mismos.

El mandatario depuesto, antes de la votación en el Senado, sostuvo que si bien el juicio político era un mecanismo constitucional y había que acatarlo, no era el momento para hacerlo, faltando nueve meses para las próximas elecciones». Su defensa pidió la nulidad del proceso.

El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, dijo hoy que consideraba «un tanto apresurado» el proceso y se preguntó si la celeridad del mismo le da las suficientes garantías al mandatario paraguayo.

El Congreso de ese país, acordó y aprobó el mismo jueves realizarle el juicio político al presidente Lugo y tener la sentencia final este mismo viernes.

El Senado de 45 miembros, necesitaba una mayoría de dos tercios, o sea, 30 presentes, para sentenciar al presidente paraguayo e iniciar el proceso para su destitución.

Además, la delegación de cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) expresó a las autoridades del Congreso paraguayo su preocupación por caso, informó el titular del legislativo paraguayo, Jorge Oviedo Matto.

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