Preocupa en EEUU relación de candidato Mitt Romney con los mormones

La razón de la preocupación por Rommey, que tiene posibilidades de ser elegido presidente de los EEUU en reemplazo de Barack Obama, es que a lo largo de la historia de la iglesia mormona, su jerarquía eclesiástica se ha caracterizado por imponer posiciones e intereses sobre los seguidores de esta religión que actúan en política.

Por Marco Ficieri (Especial para EP)

(París) La filiación religiosa del candidato presidencial del Partido Republicano, Mitt Rommey, preocupa a observadores de la evolución política de Estados Unidos y los posibles resultados de la próxima elección presidencial en ese país. Rommey es seguidor de la Iglesia de Jesucristo de los Últimos Días -también conocida como iglesia mormona- desde su juventud, y aunque públicamente apoyó la intervención militar en Vietnam mientras era estudiante en la Universidad de Stanford, evadió el reclutamiento partiendo como misionero mormón a Francia.

El candidato del espectro político conservador no sólo es miembro dedicado de la iglesia mormona, sino que también ha ocupado puestos importantes dentro de su jerarquía.

La razón de la preocupación por Rommey, que tiene posibilidades de ser elegido presidente de los EEUU en reemplazo de Barack Obama, es que, a lo largo de la historia de la iglesia mormona, su jerarquía eclesiástica se ha caracterizado por imponer posiciones e intereses sobre los seguidores de esta religión que actúan en política.

La presión por adoptar determinadas posturas ha sido aplicada sobre miembros del Senado y la Cámara de Representantes en el Capitolio, así como también sobre gobernadores y miembros de los parlamentos estatales.

Esas posturas no sólo han incluido visiones conservadores en un amplio rango de ámbitos, como por ejemplo oponerse en los años setentas a la Enmienda Constitucional de Igualdad de Derechos  -para garantizar igualdad de derechos a las mujeres- sino también aspectos más mundanos y materialistas. Es así como, en 1978, la jerarquía mormona ordenó a los feligreses que ocupaban asientos en el Congreso oponerse al proyecto de ley para desregular las aerolíneas. La razón es que los dirigentes de la iglesia mormona veían esto como una amenaza a los intereses de la organización religiosa, que poseía un importante número de acciones en Western Airlines, donde su Obispo Presidente era miembro del directorio.

El propio Rommey, que está consciente de la preocupación que despierta su estrecha relación con la iglesia mormona, ha comparado su caso con el del asesinado presidente John F. Kennedy, quien era católico, señalando que al igual que este último, no gobernará supeditado a las posiciones de la organización religiosa a que pertenece. Pero las garantías sugeridas por el candidato republicano no han convencido mucho. Es que la fuerte intervención en política estadounidense de la iglesia mormona, que en el siglo XIX llegó a tener su propio partido, es muy conocida. No es el caso de la iglesia católica donde, por ejemplo, el muy católico estado de Massachussets nunca ha llevado candidatos nombrados por el Papa o instalado un obispo como Senador o Representante.

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