Explotación y Esclavitud: el lado más oscuro de Qatar 2022

FIFA president Joseph Blatter opens theLa conducta de las autoridades de Qatar, que habrían obtenido ser sede para el Mundial de Futbol 2022 usando sus acaudaladas arcas fiscales, alimentadas por la venta de petróleo, para pagar coimas por un total de 5 millones de dólares para comprar los informes y los votos favorables que se necesitaba para ello, tiene un lado más oscuro que eso.

Por José F. Higuera (Viena)

Se trata de la explotación de decenas de miles de trabajadores provenientes de países pobres de Asia, principalmente de Nepal pero también de Sri Lanka, Bangladesh y algunos estados del norte de la India; para levantar la infraestructura deportiva, hotelera y de transporte que el desarrollo del evento deportivo demandará.

Las condiciones en que ellos trabajan no reflejan ni la prosperidad de Qatar, la nación con el más alto ingreso per cápita del mundo, ni los 100.000 millones de dólares que su gobierno invertirá en los preparativos para el Mundial 2022.

Los trabajadores extranjeros ganan salarios muy bajos, que oscilan entre 180 y 220 dólares mensuales, no tienen protección social en Qatar y viven, en muchos casos junto a sus familias, hacinados en habitaciones no más grandes que un contenedor de transporte marítimo, donde deben vivir hasta doce personas.

Pero lo peor es el régimen de trabajo que tienen, laborando 14 horas diarias durante la semana corrida de siete días, aunque se han verificado casos de trabajadores que han sido obligados a permanecer hasta 18 horas laborando.

Se trabaja bajo un sol inclemente y una alta humedad, con temperaturas que oscilan entre los 28 y 48 grados en los meses del extendido verano del Golfo.

Las largas jornadas en las condiciones descritas están ocasionando la muerte de un promedio de dos trabajadores nepaleses por día. Cifras no oficiales estiman en 500 los fallecidos entre el año 2013 y lo que va del 2014, proyectando un total de 4.000 muertos en el lapso que resta hasta el año 2022.

La mayoría de los trabajos son en altura, y los trabajadores extranjeros desmayan, producto de la deshidratación y el agotamiento, sufriendo caídas que les ocasionan la muerte. Pero también se produce un número de fallecimientos por falla cardíaca.

Muchos trabajadores han intentado renunciar y regresar a su país, pero no es fácil, ya que sus empleadores les confiscan y retienen sus pasaportes a la llegada y también una parte substancial de sus bajos salarios, con la promesa de entregárselos cuando terminen su contrato y deban abandonar el emirato. Cuando un trabajador plantea renunciar, lo usual es que el empleador qatarí le pagué sólo una parte de sus salarios pendientes, reteniendo el saldo como «compensación» por termino anticipado de servicios. En el caso de los trabajadores que llevaron a sus familias, estas quedan sin protección de ningún tipo a su fallecimiento y sin medios para regresar a su país, viéndose obligadas a mendigar.

Las condiciones de empleo y trabajo, con salarios de subsistencia y prácticamente sin derechos, son prácticamente equivalentes a formas de explotación y esclavitud. Y no deja de llamar la atención que la FIFA se ha limitado a reiterar su respaldo a las autoridades de Qatar, en algunos casos, o guardando silencio en otros.

1 comentario
  1. Domingo dice

    Parece increible que esta situación, que fué denunciada por primera vez en el 2013, siga produciéndose sin que ninguna autoridad haga nada. Y para variar, la FIFA y ese podrido de Blatter amparandolo todo.

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