Ambientalista advierte que gobierno de Evo Morales apuesta por megaproyectos poco rentables

El Gobierno boliviano busca suplir la crisis de la producción de hidrocarburos con grandes proyectos hidroeléctricos y empresas estatales de dudosa rentabilidad, dijo el experto ambientalista Pablo Solón.

«El Gobierno está empeñado en impulsar la construcción de megahidroeléctricas, como la del Chepete y el Bala en el norte del departamento La Paz, que se ha estimado no serían rentables con los actuales precios», dijo el experto.

El también director de la Fundación Solón hizo esa declaración al referirse a los planes del Gobierno boliviano para desarrollar nuevos rubros de exportación para generar recursos «a como dé lugar y dónde sea».

«Lo que ha pasado es que en Bolivia hubo un boom económico hasta el 2014 que se dio por la exportación de gas, con precios de mercado muy altos a nivel internacional, pero ese boom ha terminado», advirtió el Solón, exembajador de este país ante las Naciones Unidas.

Los proyectos hidroeléctricos en La Paz podrían ser una buena opción frente a la caída de los precios del gas, pero de acuerdo con los mismos datos del Gobierno, el precio actual del megavatio/hora, en el caso del mercado de Brasil, es de 52 dólares frente a los 70 que costaría el megavatio que generaría la represa del Chepete, explicó Solón.

«El Chepete solo sería rentable si el precio para los próximos 50 años es de 70 dólares por megavatio/hora, pero resulta que, de acuerdo con el propio Ministro de Energía de Bolivia, el precio promedio con el que Brasil compró energía eléctrica durante los últimos 10 años ha sido de 52 dólares por megavatio/hora», remarcó el experto.

En el caso de la represa de El Bala, también en el norte de La Paz, la situación es más crítica porque el precio se eleva a 80 dólares el megavatio/hora, añadió Solón.

A estas represas que requerirán una inversión de unos 6.000 millones de dólares se suman otras empresas como el complejo azucarero de San Buenaventura, en el norte de La Paz, que están mostrando bajo rendimiento y se van alzando como «elefantes blancos», advirtió el ambientalista.

El complejo azucarero San Buenaventura, que demandó una inversión de 241 millones de dólares para producir cerca de 14.000 quintales de azúcar al día, actualmente está laborando a 16 por ciento de su capacidad.

«San Buenaventura tiene una capacidad para procesar cerca de 10.000 hectáreas de caña de azúcar y resulta que el año pasado (2016) procesó 1.200 hectáreas y este año 1.600, a esto se suma que el negocio del azúcar es cada vez menos rentable», subrayó Solón.

Se necesita dar un giro al modelo de desarrollo que plantea el Gobierno, pues sigue basado en la explotación acelerada de los recursos naturales, en opinión de Solón.

«¿Por qué no estamos apostando por la energía solar comunitaria, municipal? ¿O empresas estatales o privadas para desarrollar programas de almacenamiento de energía eléctrica utilizando el litio del Salar de Uyuni en el departamento de Potosí (sur)?», cuestionó.

Otros grupos ambientalistas cuestionan los planes de desarrollo del Gobierno de Evo Morales que concentran la inversión pública en el aprovechamiento de recursos naturales para generar mayores ingresos para el Estado. (Sputnik)

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