España dice que UE no puede «mirar hacia otro lado» ante crisis migratoria

El ministro de Asuntos Exteriores de España, Josep Borrell, afirmó este lunes que la autorización otorgada por Madrid para que el barco de rescate Aquarius desembarque en Valencia es un gesto que rompe la actitud de la Unión Europea de «mirar hacia otro lado» ante la crisis migratoria.

«El presidente del Gobierno (Pedro Sánchez) ha roto una actitud de mirar un poco para otro lado», dijo Borrell en declaraciones a la prensa antes de participar en un acto en el Congreso de los Diputados.

Borrell defendió que la facilitación de un «puerto seguro» para el barco de rescate es un gesto «simbólico» pero también «efectivo» porque los 629 migrantes a bordo «por lo menos no se van a ahogar»

«Creo que marca un cambio en esta dinámica donde hasta ahora todo el mundo se ponía de perfil y dejaba que se cargara con la carga aquel que se encontraba más cerca», insistió el canciller español.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, dio instrucciones este lunes para que el Puerto de Valencia acoja a la nave Aquarius después de que tanto Italia como Malta rechazaran la entrada del barco de rescate a sus instalaciones portuarias.

A bordo del barco –perteneciente a la ONG francesa Sos Méditerranée y a Médicos Sin Fronteras– se encuentran 629 migrantes rescatados en alta mar, algunos de ellos en situación de especial vulnerabilidad.

En concreto, a bordo del barco viajan 123 menores no acompañados, 15 personas con quemaduras graves, 7 mujeres embarazadas y varias personas con síntomas de hipotermia.

El Gobierno de España destacó que la acogida del barco es una «obligación» y que servirá para «evitar una catástrofe humanitaria».

El ministro del Interior de Italia y líder del partido ultraderechista Liga, Matteo Salvini, calificó la intervención de las autoridades españolas en el caso como una «victoria» para Italia.

Por su parte, el presidente del Consejo de Ministros de Italia, Guiseppe Conte, agradeció a Madrid su intervención en el asunto.

Por otro lado, el primer ministro maltés, Joseph Muscat, también agradeció a España su actuación, pero aprovechó la ocasión para acusar a Italia de crear una situación de caos en el Mediterráneo al «romper las normas internacionales».

Preguntado por las gestiones con estos países, el canciller español destacó que «no había mucho que tratar» y puso el foco en la necesidad de definir una política migratoria eficiente en el marco de la Unión Europea.

«Es un problema que es de todos, no un año de Grecia, al año siguiente de Italia y puede que nos toque a nosotros dentro de poco», subrayó Borrell, que urgió a poner el asunto «en la mesa del Consejo Europeo» para encontrar una solución «de manera solidaria».

Pese al anuncio de que España permitirá la entrada del Aquarius en el Puerto de Valencia, la embarcación sigue parada en aguas del Mediterráneo, a 35 millas náuticas de Italia y a 27 millas náuticas de Malta.

Las organizaciones humanitarias que operan el barco comunicaron que todavía no recibieron instrucciones de los centros de coordinación en Roma y Madrid sobre a qué puerto acudir.

Fuentes del Puerto de Valencia comunicaron que, de ponerse en movimiento este mismo lunes, la estimación es que el barco no llegará a sus instalaciones hasta, como mínimo, el próximo jueves. (Sputnik)

dm/td

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