Periodista non Grata: María Olivia Mönckeberg, Premio Nacional de Periodismo

Al recibir el premio usted dijo sentir nostalgia por los colegas y medios “que ya no están”, ¿quiso hacerles una especie de homenaje?

Por supuesto. Creo mucho en el trabajo en equipo y sin éste, probablemente, no estaría donde estoy, porque mi trayectoria como periodista está hecha de sucesivos trabajos en equipo; de personas que fueron aportándome, entonces nombrar puede ser ingrato para quien no nombras, pero cómo no decir ese comienzo en la Universidad Católica en los debates universitarios con gente como Juan Pablo Cárdenas y Oscar González; posteriormente, cómo no mencionar un trabajo en equipo con un director como Emilio Filippi en la revista Ercilla y el subdirector, Abraham Santibáñez, donde hicimos equipos con amigas y colegas Patricia Verdugo, Ana María Foxley, María Paz del Río y luego, la revista Análisis.

A lo que voy, es que uno fue formando equipos o integrándose a otros, y a todos ellos les agradezco y los siento parte de este premio, y tal vez eso explique esto que he sentido en cuanto a una reacción positiva y a una acogida a este premio.

En época de dictadura uno puede entender –no compartir- la falta de libertad de expresión y hace unos años, en una entrevista usted dijo que en Chile se censura la libertad de expresión.

No se censura la libertad de expresión, se censura a las personas; se censura la posibilidad de acceder a la fuente de información. No existe un derecho real a la comunicación social y eso está vinculado en parte a lo que se heredó de la dictadura y que no se ha logrado reponer como debiera ser y tiene que ver muchísimo con el control de los medios de comunicación en pocas manos.

Desde mi mirada, hay gente que pareciera no existir para los medios; sin ir más lejos, dentro de todo este contento y felicidad –sin ánimos de ser protagonista- el diario La Tercera al día siguiente de la entrega del Premio Nacional de Periodismo, de Educación y de Arte, publicó una página al Arte porque el Arte no les duele; a Mario, lo reconocieron apenas con una columnita en la página del Obituario y en mi caso, era sólo tres letras colgando, en donde ni siquiera me mencionan como periodista y en la misma página. Lo encontré grotesco, pero de esos medios espero cualquier cosa.

Pero El Mercurio lo destacó.

Lo informó de manera correcta y con información veraz, lo otro, es como que trataran de insultar, pero siento que con el apoyo que he recibido, están ofendiendo al periodismo chileno y a los periodistas.

En sus libros, usted se enfrenta directamente con aquellos que manejan el poder económico, social y político de Chile. ¿Qué consecuencias le ha traído esto a su vida profesional y personal?

Al comienzo cierta preocupación en el entorno familiar. Una inquietud, porque la gente me mandaba recados incluso con mis hijos, pero uno venía más o menos curtida de los tiempos de la dictadura.

Para mí, investigar temas conflictivos o como dicen algunos, que creé la sección “Patas de los Caballos”, venía de antes. Cuando algunos amigos y dirigentes del Colegio de Periodistas hicieron la presentación al Premio, recordábamos los tiempos de la revista Hoy a fines de los ´70 hasta el año 81, tiempos en que me tocó recibir amenazas, probablemente de esos sectores, no sólo del gobierno.

No vale la pena profundizar ahora en cosas tan desagradables, pero desde un tipo que te amenazaba con una pistola en la entrada de tu casa, tres días después de un artículo de portada sobre un grupo económico de aquel entonces, uno podía quedar con la duda.

Fueron muchas cosas y si vas sumando los artículos en la línea de los derechos humanos y en la económica, diría que más que críticas generaron un cierto ambiente amenazante.

Ya en democracia, no se siente ese medio, sí una inquietud de saber cómo van a reaccionar, pero me imagino que no se cometería tanta torpeza como hacerle daño a uno.

Evidentemente, uno asume costos, pero se desarrolla cuero duro de los tiempos de dictadura, lo que va generando la posibilidad de resistir.

Y profesionalmente siguió adelante

Sigo adelante pese a los costos. Porque hay costos familiares, ya que el tipo de investigación que he desarrollado requiere de mucha dedicación, rigurosidad y mucho trabajo, y esos son tiempos que les restas a los hijos y a los nietos.

Pero por otro lado, sientes la motivación de hacer un periodismo que ayude a poner un grano de arena para hacer una sociedad mejor, más equitativa, democrática; donde exista un real acceso a la información; donde los jóvenes puedan comprender mejor la sociedad donde vivimos. También hay un costo personal en temas más pragmáticos como lo económico; sabes que abres espacios, puertas, lazos de amistad, pero a la vez otras puertas se cierran, y esas se han ido cerrando en mi vida sin drama, ni angustia ni inquietud, por eso obviamente, no trabajo en El Mercurio y no le voy a ir a pedir pega a Álvaro Saieh, porque no tengo temperamento para que me censuren.

Algunos te miran como persona non grata, pero lo curioso es que en ocasiones como ésta, en que hay un reconocimiento de un jurado, he notado un fuerte apoyo, salvo uno que otro loquito que escribe algo en un blog.

¿Y nunca antes había sentido ese apoyo?

Con los libros sí, pero ahora es más notable y masivo.

Todos sus libros están de alguna manera relacionados, hay personajes que se deben topar en más de uno…

Es como una novela, pero es realidad. Un ex profesor, Pablo Barahona, ex ministro de Pinochet, dijo que mi libro “El Saqueo de los grupos económicos”, era novela.

Creo que lo que tiene de novela, es ese juego en que voy entrelazando personajes, lo que no es casual tampoco. Si tú investigas a fondo, te vas dando cuenta que los pocos que controlan el poder económico, y por tanto político de este país, están en los diferentes planos, porque fueron los mismos privatizadores de las grandes empresas estratégicas del Estado; son los mismos que diseñaron los marcos para la educación que intentó liquidar las universidades públicas; los mismos que diseñaron el sistema de AFP, el sistema de salud privada, etc.

O sea, los que han diseñado nuestras vidas

Los que han diseñado la vida cotidiana de los chilenos, porque se fueron quedando con mucho y son muy pocos.

Grupos que se fortalecieron en dictadura y que siguieron creciendo porque dejaron todo muy amarrado, desde el sistema electoral binominal a los altos quórum para legislar, lo que fue contribuyendo a que su modelo se perpetuara, un modelo marcadamente neoliberal, con poco espacio a lo que no sea el mercado, pero al final, el mercado tampoco opera, porque lo que opera es la concentración, los monopolios, los oligopolios.

Tras esta crisis económica mundial, algunas cosas que parecían verdades absolutas se han puesto en duda, pero aquí los poderosos siguen siéndolo, entre otras cosas, porque controlan buena parte de los medios de comunicación, entonces no quedan espacios para la diversidad, para el conocimiento real, la expresión de voces distintas o para que surjan nuevos liderazgos.

Lo que está diciendo es que son los grupos económicos los que dominan a la opinión pública…

Pero además no te he mencionado estas fábricas de opinión pública que terminan siendo las encuestas, los centros de estudios…

Es así como levantan un candidato o lo tiran para abajo, de manera que son los que eligen quién será un próximo presidente…

Creo que la gente debiera tener más abiertos los ojos con respecto a lo que significan estos poderes que hoy día están tratando de dominar la escena.

¿Esto tiene relación con su próximo libro?

No te puedo hablar de mi próximo libro.

¿Ni siquiera el título?

El título está en mi curriculum (Los magnates de la Prensa), porque el proyecto fue un fondo concursable del Fondo Nacional del Libro y la Lectura, y eso es público. Me gané una beca de trabajo que no está orientada a la investigación. Para mí, es un tema que llevaba hace tiempo dando vueltas y que me permitió profundizar en esta investigación que ya tenía bastante información.

¿Y cuándo saldrá a la venta?

No creemos expectativas altiro.

Pero ya el título debe estar generando picazones en algunas personas, ¿no cree?

(Ríe) Por eso a lo mejor me ponen en el Obituario.

¿Hay María Olivia para rato?

Por supuesto.

1 comentario
  1. Alejandro Gianoli dice

    Por favor , ud. me podria dar el correo de Maria Olivia Monckeber, creo que podria intercambiar informacion muy concreta con ella acerca del Opus Dei, y acontecimientos muy concretos y comprobables de mi flia , sus aportes, y su accionar junto al opus dei.
    Yo vivo en Bs As.
    Soy Chileno y agradezco su gentileza de ponerme en contacto con ella
    Atte
    MAG

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