40 veces más rico

En poco más de 20 años, ocupando el cargo de senador de la República o presidente de RN y siendo varias veces precandidato o generalísimo en campañas, a La Moneda o al Congreso, el ahora presidente electo multiplicó por 40 el patrimonio personal que tenía en 1988.

“‘El servicio público es una tarea sacrificada, pero noble y fecunda’, es la frase que repitieron mil veces mis padres para inculcarnos a mis hermanos y a mí la vocación de trabajar por Chile y a la que recurro cada vez que pienso en el futuro y en la enorme misión que tengo por delante: construir el país que millones de hombres, mujeres y niños sueñan. Ese el motor que me impulsa hoy como candidato y el que ha guiado toda mi vida política. Hoy estoy dedicado en cuerpo y alma a servir a mi país desde lo público”, sostiene con pasión el ingeniero comercial de la UC, graduado con promedio 6,87 y un verdadero mito en las aulas de la universidad religiosa.

Es que Miguel Sebastián Juan Piñera Echenique, presidente electo de Chile y que reemplazará a partir del 11 de marzo a Michelle Bachelet en La Moneda, proviene de un clan que, de una forma u otra, se ha destacado en cargos públicos, desde su padre hasta su hermano mayor, José Piñera, ministro del Trabajo de Augusto Pinochet y creador del resistido Plan Laboral y de las AFPs en los 80.

Hoy, pronto a entrar en La Moneda y probarse la banda presidencial, el ex generalísimo de la precandidatura de Eduardo Frei (1988) y de la postulación de Hernán Büchi (1989), senador entre marzo de 1990 y marzo de 1997, timonel del Partido Renovación Nacional y varias veces en campaña electoral puede dar fe, al menos, que la preocupación por la cosa pública no necesariamente significa un desangre financiero o desatender los negocios.

En 1988 la fortuna del hoy presidente electo se estimaba en 50 millones de dólares y hoy, casi 22 años después, bordea los 2 mil millones y está entre los mil hombres (nº701) más ricos del mundo según la revista Forbes. Es decir, para todo cálculo, el futuro presidente tiene un patrimonio 40 veces superior al que ostentaba hace poco más de 20 años.

Y éste, además, creció en los últimos días gracias al impulso positivo que significó su triunfo entre los accionistas que, abierta la bolsa el lunes 18, presionaron al alza a todos aquellos papeles que olían a Sebastián Piñera.

Las acciones de Axxion, la SA que controla casi el 20 por ciento de LAN, se dispararon en un 13,8 por ciento y, un día después, aumentaron en un 21,43, obligando a la Bolsa a suspender las operaciones respecto a ellas.

Los números preliminares, establecidos por el periódico electrónico El Mostrador, daban cuenta que en menos de 48 horas los papeles que Piñera tenía en su poder valían 11 millones de dólares más. Y que si el empresario hubiera gastado lo máximo que permite el sistema electoral chileno, habría ganado un millón de dólares, además de la banda presidencial y el sillón de La Moneda.

La noticia no sorprendió a los expertos porque era previsible que si un controlador de una empresa resulta electo Presidente de la República los inversionistas, especialmente los pequeños, se vuelquen hacia esas acciones o que incluso compren antes de saber los resultados electorales porque no podían perder: o ganaba el controlador o continuaba el mismo gobierno que había administrado el país y permitido que esas acciones llegaran al precio en que estaban.

Las razones del alza, en términos financieros, apuntan a que el mercado no cree que se produzca una venta de los bienes y que el capital de Axxion será rentable en cualquier otra inversión. Para el diputado Carlos Montes, sin embargo, el asunto no es tan claro. “Piñera ha hecho una serie de negocios especulativos, y respecto a eso, creo que el fenómeno de las acciones de LAN no es algo normal. Es muy rara esta repentina alza. Creo que la Superintendencia de Valores debe llegar al fondo y aclarar por qué las acciones subieron tan rápidamente en sólo dos días. Sin duda, haber sido electo presidente le está generando una gran cantidad de ingresos”.

En el artículo publicado en El Mostrador, es posible apreciar que si Piñera hubiera vendido el martes 19 su parte de LAN, con el precio que alcanzaron sus cotizaciones, habría obtenido mil 527 millones de dólares netos. Cada acción de LAN, de las que el presidente electo posee 89 millones 204 mil 404 llegó a costar 8 mil 390 pesos. Hasta el 30 de junio de 2009 valía 6 mil 350.9 pesos la unidad. Entre esa fecha y el martes aumentó su precio en 34,5%. Decía El Mostrador que si se consideraba “la máxima cantidad de dinero que se autoriza a devolver por la ley electoral (4 mil 800 millones de pesos) y confiamos en que Piñera no gastó más de eso, ya cosecharía una ganancia de 188 mil 743 millones de pesos. Si hubiera gastado el doble, el triple o hasta diez veces el monto que por ley se devuelve seguiría siendo un negocio redondo”, asegura el diario electrónico. De ahí que Montes señala que Piñera “se ha dedicado exclusivamente a los negocios, la política es algo adicional” y que ahora, ya electo presidente “tendrá que separar los negocios de la política, aunque no le guste mucho”.