Chile se mantiene en ranking de países más desiguales del mundo

Angol 01(Por Patricio Salinas A) Según el primer informe regional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), diez de los países con más desigualdades en el mundo se encuentran en nuestro continente. Bolivia alcanza la cifras más altas, 60 puntos del índice de Gini,  junto a naciones como Camerún y Madagascar. Chile se ubica entre los primeros 15 países que tiene mayor desigualdad con 55 puntos. El Indice de Desarrollo Humano (IDH) de los estados de la región disminuye entre 6% y 19%. La baja movilidad social persiste.

 A pesar de que los medios de comunicaciones y las instituciones oficiales y privadas nos informan casi a diario de cifras muy positivas, lo cierto es que llama a la reflexión los informes de organismos internacionales, como el que entrega recientemente el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Allí podemos leer que nuestro país se ubica dentro de los primeros 15 con mayor desigualdad económica, social y humana en el planeta.

Una vez más, los informes internacionales nos permiten afirmar que, si bien  el crecimiento económico de Chile ha permitido reducir los niveles de  pobreza, no ha significado una disminución de la desigualdad y, en particular, que la distribución del ingreso ha empeorado.

Las diferencia de oportunidades en la vida entre un niño nacido en La Dehesa y otro en La Pintana siguen siendo abismantes.

 Bolivia junto a países como Camerún y Madagascar son los que alcanzan los niveles más altos de desigualdad con 60 puntos, medido por el coeficiente de Gini. Luego vienen en Latinoamérica,  Haití, con 59 puntos; Ecuador y Brasil, con 56, y Chile, Colombia, Paraguay, Honduras, Panamá y Guatemala con 55 puntos. El mejor ubicado es Uruguay con 45 puntos. El informe afirma que la desigualdad en la región es alta, persistente, en un contexto de baja movilidad social, pese a que recientemente se han producido avances importantes en logros sociales, los cuales se reflejan en la evolución del índice de desarrollo humano.

También podemos leer en el informe que las mujeres, la población indígena y las personas de raza negra son los grupos más afectados por la desigualdad. Las mujeres de la región reciben un sueldo inferior al de los hombres por el mismo trabajo, tienen mayor presencia en la economía informal y acarrean una doble carga laboral. Por su parte, el doble de la población indígena y afrodescendiente vive con un dólar al día, en promedio, respecto de la población blanca, pese a que sólo representan un tercio de los habitantes de América Latina y el Caribe.

El informe afirma que las políticas públicas de los países de la región se han enfocado en aspectos específicos del combate a la pobreza, sin considerar su relación sistémica con la desigualdad. Así, apunta a que detrás de la reproducción de situaciones de desigualdad se encuentran factores como el nivel de ingresos o el nivel educativo. También señala que hay causas estructurales de origen político y social que reflejan factores históricos, falta de igualdad de oportunidades y acceso a las relaciones de poder que es necesario afrontar.

A comienzos del 2004, gracias al Informe de la OCDE sobre Chile, es la  primera vez  que se debatió  el tema de las desigualdades en los medios de comunicación. Y las cosas no han cambiado en mucho. En el Informe sobre el Desarrollo Humano 2003 del PNUD y el Informe del Banco Mundial 2003 colocaban a Chile entre los 12 países con la peor distribución de ingreso en el mundo, entre Paraguay y Etiopía. Contraste irónico con la calificación que  ubicaba y ubica  a Chile entre los veinte países con mayor libertad económica y con un bajísimo riesgo país.

Las razones básicas de este desequilibrio, tampoco han cambiado. El Estado sigue desentendiéndose de una situación abiertamente indignante y vergonzosa para todo ciudadano.

Lo contradictorio de esta “ neutralidad” de la participación del Estado lo señalaba el economista Roberto Pizarro, ex ministro de planificación, en un artículo publicado hace unos años: “El discurso empresarial, político y de los economistas ha asociado el  ‘éxito chileno’ a las denominadas políticas de neutralidad, vale decir el mercado como asignador de los recursos sin la intervención distorsionadora del Estado. Sin embargo, nunca se dice que los principales ejes productivo-exportadores de nuestro país han basado su solidez en los significativos subsidios que les entregó el aparato público. En efecto, el sector forestal ha tenido desde 1974 un generoso subsidio para las plantaciones; el cobre privado prácticamente no paga impuestos; el sector agropecuario recibe apoyos importantes en la producción; el salmón de cultivo, para la exportación, fue concebido por la Fundación Chile, la que hizo una notable inversión en investigación y desarrollo para luego entregar el negocio del producto al empresariado privado; la pesca de alta mar ha tenido una legislación muy generosa, con escasas restricciones para el cuidado reproductivo de la fauna marina; y, la quiebra de la banca privada en 1982-1983 fue absorbida por el aparato público y devuelta a los bancarios en condiciones muy generosas. Como el caso chileno se ha convertido en la referencia obligada del modelo neoliberal, y con éste de la políticas pro-mercado, bien vale la pena ser más riguroso y decir que las políticas neoliberales en Chile son pro-empresariales antes que pro-mercado, como sucede en todo el mundo”.

1 comentario
  1. Khristian dice

    Socialismo revolucionario….única solución.

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