Reporteros sin Fronteras aboga por la democratización del espacio mediático chileno

prensa_y_censuraEn vísperas de las elecciones, Reporteros sin Fronteras hizo un llamado a los candidatos a la presidencia de la República para que se comprometan de manera firme a favor de la democratización del espacio de comunicación y de información.

«A diferencia de otros países cercanos como Argentina o Uruguay, Chile nunca ha cuestionado el marco de regulación establecido bajo la dictadura militar (1973-1990). Durante los 21 años que han pasado desde que el país retornó a la democracia, los gobiernos de la Concertación por la Democracia –entre ellos el de Michelle Bachelet– nunca han reformado este sistema de concentración privada que se opone, por su esencia, al pluralismo» señala un comunicado de Reporteros sin Fronteras (RSF).

Para la organización, con sede en París, «es urgente que se ponga fin a los mecanismos que permiten que este sistema subsista. El primero de ellos tiene que ver con las subvenciones públicas destinadas a la prensa escrita, de las cuales sólo se benefician los dos grupos nacionales dominantes: El Mercurio y Copesa, que poseen 95% de las publicaciones. El segundo concierne a la Ley General de Telecomunicaciones adoptada en 1982 bajo el régimen de Pinochet y que fue complementada posteriormente con el artículo 36B, que prevé penas de prisión en caso de ‘operar servicios o instalaciones de telecomunicaciones de libre recepción o de radiodifusión sin autorización de la autoridad respectiva’ (radiodifusión ilegal). Esta legislación ha convertido al espacio audiovisual en un verdadero coto privado, en neto detrimento de las pequeñas radios o televisoras independientes o comunitarias que esperan desde hace años su regularización».

Estas recomendaciones, así como la de la despenalización de los delitos de prensa, también en espera, fueron presentadas por Reporteros sin Fronteras ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que examinará el caso de Chile en la 18a sesión del Examen Periódico Universal, prevista para enero-febrero de 2014.

Ilusiones perdidas

El 13 de agosto pasado el Comité para Eliminación de la Discriminación Racial (CERD) de las Naciones Unidas escuchó a Mireya Manquepillán, directora de la radio comunitaria Mapuche Kimche Mapu. La periodista dio cuenta de la suerte que corre su comunidad, la cual también puede constatarse en lo que concierne a la información.

El que la directora tomara la palabra propició la reacción del gobierno, que anunció la creación de un plan de radiodifusión indígena para el periodo 2014-2016. “Nos prometieron la creación de treinta nuevas radios, un financiamiento de 10 millones de pesos y la creación de un proyecto piloto a finales del mes de octubre para Kimche Mapu. ¿Qué ha pasado desde entonces? Nada. No era más que un simple anuncio”, lamenta Mireya Manquepillán ante Reporteros sin Fronteras.

En una visita reciente de Reporteros sin Fronteras a Chile, el director y copropietario de la radio de difusión nacional independiente Bío Bío, Tomás Mosciatti, confió a la entidad sus preocupaciones: “el decreto de 2010 abrió sólo un poco el espectro comunitario para los adeptos a la propaganda municipal y a las prédicas evangélicas, que no tienen de comunitario más que el nombre. Pero de manera general, la audiencia radiofónica ha bajado dramáticamente. Y ya no podemos esperar más renovación por parte de la televisión digital, que sólo generará la creación de pocos canales”.

La Ley de Televisión Digital, aprobada definitivamente por el Senado el 15 de octubre pasado, pero que aún no ha sido promulgada por la Presidencia de la República, ha generado severas críticas, fuera de los principales grupos difusores. La legislación prevé atribuir, en teoría, 40% del nuevo espacio a los medios de comunicación regionales y locales. No obstante, algunos observadores subrayan que tales medios de comunicación no tienen una verdadera independencia. “La mayoría se ha convertido en apéndice de las principales estaciones nacionales. La ley del mercado decidirá”, considera Tomás Mosciatti. “Esta ley sólo está destinada a mejorar la extensión territorial del sistema mediático existente. Pero eso no desconcentra nada”, denuncian los representantes de la televisora alternativa Señal 3 La Victoria.

«La burbuja mediática chilena, que fue blanco de las protestas sociales del año 2011, aún está a la espera una renovación del sector. Esto tendrá un precio: la liquidación de la herencia de Pinochet, que continúa embrujando al país y, por ende, a sus periodistas», culmina RSF.

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.