Ministro sueco culpa a la municipalización de la Educación por descalabro en prueba Pisa

SCL200911121113SPR28286_smEl país europeo, que tuvo una nueva caída en los resultados de la prueba internacional Pisa, adoptó un sistema municipal similar al de nuestro país. Ahora, el ministro de Educación, dice que debe reestatizarse la educación.

El ministro de Educación de Suecia, Jan Björklund, sostuvo al conocer los resultados de la prueba Pisa que fue un error “haber entregado las escuelas a las comunas” y que el sistema debe “reestatizarse” para superar la crisis en sector.

Suecia, de los 65 países que son medidos por esta prueba internacional, es el que mayor descenso ha tenido. Perdió más de tres puntos al año en matemáticas, un total de 31 desde 2003; 2,75 puntos al año en lectura, 33 desde 2000; y 3 puntos anuales en ciencias, 18 desde 2006.

Sus alumnos, que antes encabezaban los rankings, están por debajo del promedio de la OCDE y, según los expertos, ello obedece a que el sistema educativo es desigual y la posición socioeconómica del alumno es la que determina sus resultados.

Bjorklund, del Partido Liberal, culpa de la debacle a los municipios: «la municipalización de la educación ha sido un fracaso, mejorar estos resultados requiere unos conocimientos que los 290 municipios no tienen», declaró. Aboga por una recentralización que podría materializarse si las elecciones de 2014 son propicias a su partido.

Los guarismos de Pisa, que causaron sorpresa y preocupación en Suecia, hicieron que de inmediato se levantaran voces contra el sistema municipal impuesto por la derecha, muy similar al que ostenta Chile. Según una encuesta del prestigioso grupo SIFO, 6 de cada diez suecos, quieren que vuelva al Estado todo lo que privatizó la derecha en estos años. Incluso rechazan un nuevo descenso de impuestos que impactará, dicen, negativamente sobre el sistema educativo.

La Presidenta de un sindicato de profesores sueco, según el diario Público de España, señaló a “la proliferación de centros privados como culpable. Eva-Lis Siren dijo que «la pérdida de igualdad es el precio que hemos pagado por la libre elección de colegio. Y ese es un precio que no estamos dispuestos a pagar». Suecia abrió a mediados de los 90 la posibilidad de establecer centros privados, aunque financiados por el Estado.

«La idea era que los centros independientes fueran operaciones sin ánimo de lucro, sin embargo se establecieron varias empresas que montaron cadenas de colegios como negocio. Como los ingresos por alumno están prefijados por el Estado, la forma de obtener beneficio es recortar los gastos, en profesores por ejemplo, o aumentar ingresos, vía servicios adicionales o contribuciones voluntarias de los padres. Hace poco surgió un escándalo porque un programa de cámara oculta cazó al director de un colegio explicando que tenían sus trucos para garantizar que sólo los mejores alumnos entraban en su centro. Así suben los resultados y se atraen más clientes, y de paso se ahorran profesores de apoyo. Gustavson matiza que «los colegios independientes no han ayudado, pero no son los culpables exclusivos de los malos resultados. Eran una buena idea, pero ha sido mal desarrollada, desafortunadamente han entrado demasiadas empresas en busca de beneficios». Y algunas de ellas han quebrado”, informó Público.

Y agrega: «Aproximadamente un 12 por ciento de los alumnos suecos van a un colegio independiente. La existencia de estos centros ha provocado una estratificación del alumnado, por nivel socioeconómico y por origen. Los colegios suecos ahora tienen menos mezcla, según Henry Levin de la Universidad de Columbia. Para Gustavson «Suecia es mucho menos homogénea que hace 20 años, la igualdad era nuestro principio básico y la integración la meta de todos. Ya no tanto, ya no hay trabajadores industriales, hay más inmigración, la población es más urbana, y los colegios dependen de empresas y ayuntamientos. La calidad de los centros varía mucho más».

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