Políticas públicas y Covid-19: ¿Y dónde están los pueblos indígenas?

No han existido políticas específicas o estrategias diseñadas desde los pueblos indígenas para sus comunidades, aún cuando al 5 de mayo los datos demuestran un aumento en los contagios en las regiones con importante presencia indígena.

Por Verónica Figueroa Huencho, académica mapuche y senadora U de Chile

La pandemia provocada por el COVID19 ha puesto en tensión, entre muchas otras cosas, los pilares que han sustentado el Estado-nación y su lógica homogeneizante, que llevó a la incorporación forzada de los pueblos indígenas desde el nacimiento de los Estados latinoamericanos, desconociendo su carácter de naciones preexistentes y negándoles un rol activo en la conformación de nuestras sociedades. De esa forma, los ideales republicanos de la igualdad han incidido en la conformación de un ideario de ciudadanía igualitaria, a quien se atribuye la capacidad de definir qué es el bien común, cuáles serán sus prioridades y valores sustantivos, y cómo quieren enfrentar los múltiples problemas emergentes de las últimas décadas. Esto se refleja, también, en quienes ocupan espacios de decisión.

Desde que se produjo el primer contagio oficial en Chile, el gobierno ha implementado diferentes mesas de colaboración y asesoría al más alto nivel para que, de manera interdisciplinar, puedan apoyar en la elaboración de políticas, planes y programas que permitan responder a las múltiples dimensiones que tiene esta pandemia. Si bien la ONU ha pedido a las autoridades de todos los países no aplicar criterios que puedan discriminar a los pueblos indígenas en sus estrategias contra el COVID19, pues se encuentran entre los grupos que sufrirán sus efectos de manera desproporcionada, esto no ha ocurrido en Chile. Es así como los pueblos indígenas vemos como (una vez más) nuestros derechos culturales, sociales y económicos son vulnerados, aún cuando el Estado chileno ha ratificado diferentes Pactos y Convenios que lo comprometen a su resguardo y promoción. No han existido políticas específicas o estrategias diseñadas desde los pueblos indígenas para sus comunidades, aún cuando al 5 de mayo los datos demuestran un aumento en los contagios en las regiones con importante presencia indígena: La Araucanía, BioBio, Ñuble, Los Lagos, Los Ríos en el sur, pero también Antofagasta o Tarapacá en el norte.

En ese sentido, las prácticas de vida comunitaria, la socialización a través de la alimentación, la visión respecto de las enfermedades, el conocimiento ancestral respecto de pandemias anteriores, entre otros, deben ser considerados como parte de las estrategias gubernamentales dando participación a quienes poseen el conocimiento indígena, a sus autoridades ancestrales, para definir en conjunto las mejores formas de abordar estas situaciones. Sin embargo, también es necesario establecer medidas específicas en territorios donde existen empresas extractivas que continúan con sus actividades forestales, mineras, pesqueras, entre otras, donde la interacción con las comunidades es permanente.

El sentido de urgencia debe ir acompañado del respeto a los derechos de los pueblos indígenas, no sólo porque no es posible enfrentar esta pandemia sólo desde el conocimiento occidental, sino porque se está privando a la ciudadanía entera de otras formas de solución a sus efectos. Hoy, más que nunca, es necesario romper con la idea de “un Estado-una nación”, para dar cabida a una interculturalidad que nos hará una mejor sociedad.

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