No habrá vacuna en 2020, pero sí buenos tratamientos, dice la OMS

Así lo señaló la directora del Departamento de Salud Pública de la Organización Mundial de la Salud, María Neira.

Durante los encuentros ‘Conversaciones 2020’, organizados por elEconomista, Neira ha señalado que, “tal vez” a principios de 2021 ya se pueda comercializar una vacuna, aunque ha avisado de que hay que ser “realistas” y ver que sólo quedan seis meses para terminar el año y que no va a dar tiempo a desarrollarla.

No obstante, respecto a los tratamientos, y después de que la OMS haya retomado las investigaciones con el fármaco hidroxicloroquina, tras suspenderlas temporalmente por un posible aumento del riesgo de muerte y enfermedades cardiacas, Neira ha asegurado que en unas pocas semanas se sabrá si aporta o no beneficio para los pacientes.

Además, Neira ha dialogado sobre la obligación de llevar mascarillas, el debate sobre los test masivos a la población, así como su percepción sobre la anticipación de los países ante el virus, entre otros temas.

La directora de la OMS asegura que debido a las medidas de contención tomadas en Europa “la transmisión se ha reducido de forma importantísima”. Sin embargo, y a pesar, de que hay casos clínicos que parecen no tener esa severidad de los primeros días, advierte que el virus sigue circulando. “Aunque las noticias en Europa invitan a esa fase más positiva, la vigilancia epidemiológica tiene que estar presente”.

Preguntada por si el calor puede ser una de las causas que influya en el comportamiento del virus, Neira sostiene que es evidente que todos los virus respiratorios tienen una estacionalidad o se les asocia a ello. No obstante, y a pesar de que “en este todavía no lo sabemos si tiene esta estacionalidad, ya que necesitamos una oleada completa para saberlo, todo parece indicarlo”.

En cuanto a la posibilidad, de que se diera un rebrote en el otoño europeo, Neira cree que “no tendría la magnitud el dramatismo de la primera fase”, ya que alega que el virus “probablemente irá perdiendo esa fuerza que ha tenido debido a que la transmisión ha bajado de forma muy importante”, porque los pacientes acuden mucho antes y no hay tanta severidad, por la vigilancia epidemiológica ante un pequeño brote, y sobre todo por el conocimiento y disciplina de la gente.

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