Los Biden, la nueva primera familia de Estados Unidos

El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, y su esposa, Jill, se convertirán en los nuevos residentes de la Casa Blanca cuando el líder opositor de 78 años asuma el cargo el miércoles próximo.(Télam)

La familia para Biden siempre fue un foco importante a lo largo de su carrera política, sobre todo durante la campaña presidencial de 2020, cuando estuvo completamente expuesta.

La primera dama, Jill, es profesora de inglés y tiene la intención de mantener su trabajo de tiempo completo como educadora, en paralelo a las funciones tradicionales de su nuevo cargo, relacionadas, sobre todo, a los deberes ceremoniales.

Como primera dama, se espera que trabaje en cuestiones de educación y relance Joining Forces (Uniendo Fuerzas), una misión para movilizar a las familias de militares, que inició en 2011 junto a Michelle Obama.

En ese entonces, Biden se desempeñaba como vicepresidente de Barack Obama, por lo que Jill y Michelle cumplían los roles de segunda y primera dama, respectivamente.

La vida de los Biden posee muchos ejemplos de resiliencia.

Biden y Jill se conocieron en 1975, pocos años después de que el mandatario electo perdiera a su joven esposa e hija en un accidente de auto, en el que sobrevivieron sus hijos Hunter y Beau.

Para el entonces senador de Delaware, Jill significó volver «a unir» a su familia. Se casaron en 1977 y cuatro años más tarde dieron a luz a Ashley.

Mientras criaba a su familia, Jill obtuvo dos maestrías y un doctorado en educación, respaldó a su esposo a través de sus tres candidaturas presidenciales anteriores y fue una de las defensoras más vocales y activista incansable durante su carrera más reciente.

Por su parte, Beau fue visto como heredero de la ética de servicio público y las habilidades políticas de su padre, sirvió en el ejército en Irak y se convirtió en el fiscal general de Delaware.

En 2015, a los 46 años, falleció como consecuencia de un cáncer de cerebro dos años después de ser diagnosticado.

Biden se refiere a su difunto hijo a menudo en discursos políticos y visita regularmente su tumba, así como las de su primera esposa e hija.

En cambio, su otro hijo, Hunter, de 50 años, se mantuvo alejado del ojo público, luchó contra la adicción al alcohol y las drogas, y fue expulsado de la Fuerza Naval en 2014, después de una prueba positiva de cocaína, y en esta última campaña electoral fue el principal foco de críticas por sus negocios en Ucrania y China.

Si bien Hunter admitió haber mostrado «falta de criterio» en algunos de sus negocios, negó haber actuado mal y rechazó que haya sido un canal para traficar influencias desde la oficina de su padre.

Durante el debate presidencial final, cuando Trump se burló del uso de cocaína de Hunter, el exvicepresidente perdió la calma que lo caracteriza y protagonizó uno de los momentos más tensos de la noche: «Estoy orgulloso de él. Estoy orgulloso de mi hijo».

La familia Biden se completa con dos pastores alemanes Champ y Major, así como un gato, cuya raza aún se desconoce, otra diferencia con Trump, quien fue el primer presidente en más de un siglo en no tener una mascota, según la agencia de noticias AFP.

Tanto Champ como Major aparecieron en varios mensajes del mandatario electo. En uno de ellos fue en un anuncio de campaña, las mascotas advertían que «eligieran sabiamente a sus humanos», tras mostrar a Trump mofándose de la idea de tener una mascota presidencial.

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