Crisis humanitaria en Colchane: gobierno expulsará a migrantes irregulares

Esta mañana los ministros del Interior, Rodrigo Delgado; de Relaciones Exteriores, Andrés Allamand y de Defensa, Baldo Prokurica, llegaron a la comuna norteña para supervisar los trabajos realizados y hacer un plan de gobierno para enfrentar la situación.

Colchane, «la gran tierra de los Aymaras», es una pequeña comuna del norte de Chile, que está ubicada a pocos kilómetros de la frontera con Bolivia. Si bien en el censo del 2017 la ciudad contaba con 1.700 habitantes, en los últimos años se ha duplicado esta cifra gracias a una masiva llegada de migrantes, en su mayoría venezolanos, que buscan una salida de la crisis política y social de su país.

La frontera que divida a Colchane de Pisiga, en Bolivia, se encuentra a más de 3.600 metros sobre el nivel del mar y no es extraño que la temperatura caiga a cero en las madrigadas en esta época del año. Pero ni las condiciones climáticas adversas ni la pandemia por el coronavirus han detenido el flujo migratorio que atraviesan el desierto por un mejor vivir.

Desde el 1 de febrero llegan más de 600 personas diarias a la comuna por pasos ilegales, informan desde la comisaría de Colchane. El alcalde de la zona, Javier García, asegura que el municipio no cuenta con la infraestructura suficiente para acoger a tal cantidad de personas, pues «ni siquiera contamos con electricidad las 24 horas del día».

Pese a que en el año 2018 el presidente Sebastián Piñera aseguró que «vamos a seguir recibiendo venezolanos en Chile, porque tenemos un deber de solidaridad«, hoy el ministro del Interior, Rodrigo Delgado confirmó que un vuelo de la FACh saldrá desde Iquique para expulsar a migrantes que ingresaron por pasos ilegales.

A mediados de enero, Piñera firmó un decreto que autoriza al ejército a intervenir en el control migratorio en la frontera norte del país y la semana pasada fue publicado en el Diario Oficial. Rodrigo Delgado, también aseguró que se duplicará el personal de carabineros y del ejército en la zona y se les dará a las autoridades herramientas en materia de expulsión inmediata.

Para la vocera de la Asamblea de Migrantes y Pro Migrantes de Tarapacá, Lorena Zambrano, la crisis en Colchane «es el resultado de malas políticas públicas tomadas a puertas cerradas» y llamó a recordar que «cuando una persona en la frontera pide refugio y el Estado no lo deja entrar, está vulnerando su primer derecho: el de declararse refugiado«.

«Chile hace un tiempo ofreció brazos abiertos a los venezolanos. Cerrar las fronteras no ha traído nada bueno. Es cosa de mirar lo que pasó en Estados Unidos que tiene una frontera muy grande que no sirve de nada, al contrario. No solo aumenta la migración, sino que el tráfico, la trata, las violaciones, las muertes y eso es lo que ocurrirá acá si el Gobierno insiste en su accionar», criticó Zambrano.

«Hoy cruzar la frontera no está tipificado como delito, pero con la nueva ley si lo estará«, aseguró Rodrigo Delgado. Por su parte, la vocera de la Asamblea de Migrantes cuestiona «¿Cómo es posible que con ese mismo dinero que se usará en la expulsión, no se pueda hacer un albergue grande en el norte en el que podamos trabajar en conjunto. ¿Cómo no se hace ver que Chile ha dicho que no tiene dinero para enfrentar la migración irregular, pero sí para contratar esos aviones para expulsarlos? Hay una controversia entre lo que dicen y lo que hacen«.

Para David Vargas, sacerdote que trabaja con los migrantes en el norte del país, el accionar del gobierno ha traído actos de violencia y xenofobia. Como lo relatado en un video que anda circulando por redes sociales donde una habitante de la comuna le dice a una mujer migrante que ella tiene más derechos por ser originaria de Chile.

Según el alcalde de Colchane, la comunidad que vive ahí es muy conservadora donde está principalmente constituida por la etnia aymara. En la última elección presidencial, Piñera arrasó con un 91,46% de los votos, mientras que para el Plebiscito Constitucional la opción del Rechazo triunfó con un 74%. 

Jenny Molina (28) y Jendry Murillo (31) son una pareja de venezolanos que llegaron a Colchane en busca de un mejor vivir, y fueron entrevistados por Ciper. Ellos aseguran que en Perú les robaron todas sus pertenencias, sin embargo nunca pensaron en volver a Venezuela, hasta que llegaron a Chile: «Hemos pensado en devolvernos por el frío y por la precariedad del lugar».

Nicarlin Sosa, ciudadana venezolana de 27 años, relata que mientras que ella y su familia cruzaban desde Pisiga hasta Colchane, en la madrugada del martes, supieron de la muerte de una niña de siete meses en el desierto y que su madre se cortó las venas y se suicidó. «Mueren de hipotermia, como no están acostumbrados a este clima«, cuenta para Ciper.

Waleska Ureta, del Servicio Jesuita a Migrantes, explica que el tráfico de personas migrantes debe enfrentarse no solo a través de medidas migratorias, sino que la respuesta, ante todo, debe ser humanitaria.

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