Los combates se intensifican en Afganistán ante retirada de EEUU a finales de agosto

Cientos de talibanes murieron en violentos combates con el ejército afgano en varias provincias del país, informó hoy el Gobierno, un día después de que Estados Unidos anunciara que su retirada definitiva del territorio la completará a fines de agosto.

Según el Ministerio de Defensa afgano, en las últimas 24 horas más de 300 combatientes talibanes murieron en un enfrentamiento contra las fuerzas gubernamentales.

Muchos de ellos fallecieron en ataques aéreos, incluyendo una ofensiva hoy antes del amanecer en la provincia sureña de Helmand, escenario de frecuentes choques entre ambos bandos.

«En los últimos días, la fuerza aérea de Afganistán intensificó sus ataques contra los escondites de los talibanes y los insurgentes sufrieron bajas», dijo Attaullah Afghan, miembro del consejo provincial de Helmand, en declaraciones a la agencia de noticias AFP.

Los talibanes rechazaron las alegaciones del Gobierno.

Ambos bandos suelen exagerar los daños infligidos a la otra parte y sus afirmaciones son difíciles de verificar de forma independiente.

Los combates se intensificaron en todo el país desde que Estados Unidos empezó el 1º de mayo la retirada de sus 2.500 tropas restantes.

Los talibanes arrebataron decenas de distritos a las fuerzas afganas, algo que no alteró la voluntad del Pentágono de terminar la guerra más larga de Estados Unidos.

Hoy, afirmaron haber tomado el control de siete distritos más en la provincia septentrional de Badajstán.

Ayer, las tropas estadounidenses y de la OTAN entregaron a Afganistán la base aérea de Bagram, centro de operaciones de las fuerzas de la coalición durante 20 años de guerra contra los talibanes y sus aliados de la red Al Qaeda.

Existía la sospecha de que las fuerzas afganas sufrirían dificultades sin el apoyo aéreo suministrado hasta ahora por Estados Unidos.

Durante estos años, cientos de miles de militares estadounidenses y de la OTAN pasaron por esta base al norte de Kabul, que parecía casi una ciudad en miniatura.

Bagram tenía una gran importancia militar, pero también simbólica.

«Para muchos afganos, Bagram es recordada como el foco de más de una intervención extranjera, puesto que fue también la principal base aérea de los soviéticos durante su ocupación del país», explicó Andrew Watkins, experto de Afganistán en el International Crisis Group.

«No solo ha sido punto de entrada de la mayoría de tropas extranjeras que han pasado por el país desde 2011, sino que ha acogido muchos de los recursos aéreos que han otorgado a las fuerzas de seguridad de Afganistán una ventaja vital en el campo de batalla», agregó.

La salida de las tropas de la coalición de Bagram alimentó la preocupación de que Afganistán se vea arrastrado a una nueva guerra civil, como ocurrió tras la retirada de los soviéticos en los años noventa.

«Veo que la historia se repite. Los americanos hacen lo mismo que los rusos: se van sin terminar la guerra», criticó Dawood Hotak, un residente de Kabul.

«Siento que nuestro país volverá a una guerra civil puesto que los talibanes han intensificado su ofensiva y los norteamericanos se van», continuó.

Desde la Casa Blanca, el presidente Joe Biden trató ayer de aplacar estos temores y aseguró que su ejército sería capaz de aportar potencia de fuego para ayudar a las fuerzas del Gobierno afgano si lo necesitaban.

Los medios indican que el Pentágono probablemente mantendrá 600 uniformados en Afganistán para vigilar su embajada en Kabul.

La vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki, aseguró que la salida de Bagram no implicaba que la retirada de Afganistán se terminará en cuestión de días, sino que se completará «a finales de agosto».(Télam)

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