Para el presidente afgano, el país atraviesa una de las etapas más complicadas

El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, aseguró hoy que su país atraviesa una difícil transición, mientras los talibanes apuntan a conquistar nuevos territorios en momentos en que las tropas estadounidenses y de la OTAN continúan con la retirada de sus tropas.

«Lo que estamos presenciando es una de las etapas más complicadas de la transición sobre la faz de la tierra», aseguró Ghani, en un discurso en Kabul, mientras se producían fuertes enfrentamientos por el control de una capital de provincia en el oeste del país.

Por segundo día consecutivo, talibanes y fuerzas gubernamentales combatían hoy en la ciudad de Qala-i-Naw, la primera capital provincial de Afganistán en ser atacada por el grupo armado islamista desde el anuncio el 1 de mayo pasado de la retirada de las 2.500 tropas estadounidenses.

«Los talibanes se encuentran en la ciudad. Los vemos ir y venir con sus motos», declaró Aziz Tawakoli, un habitante de Qala-i-Naw, de alrededor de 75.000 habitantes y capital de Badghis.

«Las tiendas están cerradas, no hay casi nadie en las calles» y casi la mitad de los habitantes huyeron, agregó, citado por la agencia de noticias AFP.

Las declaraciones de Ghani se dan a la par del envío por helicóptero de centenares de comandos a la provincia de Baghdis y tras los anuncios de retirada de las tropas británicas, que pone fin a 20 años de misión militar del Reino Unido, y de ratificación de la Casa Blanca del repliegue total de sus tropas el 11 de septiembre.

Según el balance de Tolo News, en los últimos dos meses los insurgentes islamistas conquistaron 108 distritos, mientras que las fuerzas de seguridad afganas recuperaron 10.

A pesar de los últimos reportes sobre el avance talibán en territorio afgano, el premier británico Johnson informó esta mañana, durante una conferencia en el Parlamento, que la intervención que se cobró la vida de 457 soldados británicos en Afganistán terminaría.

Asimismo, aseguró que la mayoría de los 750 soldados británicos que quedaban en el terreno ya habían sido retirados y que todos «regresarán a casa».

En la misma línea, agregó: «Hace 20 años, Osama bin Laden y la dirección de Al Qaeda convirtieron a Afganistán en el epicentro del terrorismo global donde, en palabras del autor Ahmed Rashid, todo estaba disponible: formación, financiación, comunicaciones e inspiración”.

Recordó los ataques con camiones bomba en Nairobi y Dar-es-Salaam en 1998, que mataron a 224 personas; el atentado contra el destructor de la marina estadounidense USS Cole (​DDG-67) el 12 de octubre de 2000 en el puerto yemení de Adén, donde murieron 17 personas; y los atentados del 11 de septiembre (11-S), con casi 3.000 víctimas mortales en Nueva York, Pensilvania y Washington.

Según Jonhson, hoy «afortunadamente, la situación es muy diferente», los campos de entrenamiento fueron destruidos, lo que queda del liderazgo de Al Qaeda ya no reside en Afganistán y no hubo ataques terroristas contra objetivos occidentales desde suelo afgano desde 2001.

Se estima que más de 160.000 personas murieron por el conflicto armado, más de 100.000 civiles desde 2001, cuando Estados Unidos con el apoyo de sus socios internacionales invadieron Afganistán, derrocaron al Gobierno talibán y ocuparon militarmente el territorio para garantizar una transición con autoridades aliadas; pero 20 años después los talibanes siguen siendo uno de los grupos armados y políticos más fuertes del país.

De esta manera y en contra de la mayoría de los análisis de seguridad internacional, Johnson presentó la intervención militar liderada por Estados Unidos como un éxito.

El premier británico aclaró que Londres, que envió 150.000 militares a lo largo de los años, siempre tuvo la intención de abandonar el país lo antes posible.

«Ya en 2014, el Reino Unido cesó todas las operaciones de combate y trajo a casa a la gran mayoría de nuestras tropas, reorientando nuestro papel y nuestra participación. Aproximadamente 750 militares permanecieron en Afganistán bajo la misión de la OTAN de entrenar y ayudar a las fuerzas de seguridad del país», argumentó.

Por su parte, Ross Wilson, el encargado de negocios de la embajada estadounidense, criticó la ofensiva en Badghis que, según él, «viola los derechos humanos» y «dificulta todavía más la vida de los civiles afganos que ya luchan contra la sequía, la pobreza y el coronavirus».(Télam)

 

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