Bachelet: «La pandemia nos enseñó que se necesita acción conjunta de los Estados»

La máxima funcionaria de derechos humanos de la ONU hizo hincapié en el fuerte impacto sanitario, social y económico de la pandemia, "en algunos casos catastrófico"

La Alta Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, dijo que el coronavirus enseñó que el mundo requiere una acción conjunta de los Estados, así como el fortalecimiento de la cooperación internacional, como única forma para enfrentar futuras pandemias, que, subrayó, «seguro van a venir».

En una conferencia virtual organizada por la universidad Isalud, y cuyo anfitrión fue el el exministro de Salud Ginés González García, la expresidenta chilena subrayó la necesidad de incorporar la perspectiva de los derechos humanos en la toma de decisiones y de aumentar los gastos sociales.

La máxima funcionaria de derechos humanos de la ONU hizo hincapié en el fuerte impacto sanitario, social y económico de la pandemia, «en algunos casos catastrófico», que revirtió incluso avances logrados en algunos países, donde «las Américas no fueron la excepción».

Los datos que muestra la pandemia en relación a vacunación, acceso a la salud, pobreza, son «muy poco aceptables para sociedades democráticas» dijo, aunque expresó su esperanza en que los Estados «hagan las cosas mejor» y que crezca el compromiso a proteger y promover los derechos.

La pandemia de coronavirus puso de manifiesto muchas de las falencias y fracasos en el cumplimiento de esos compromisos, muchas veces por razones estructurales, por lo que la emergencia sanitaria también puso a la luz «una pandemia de desigualdad y discriminación», dijo.

Recordó que desde el inicio de la crisis sanitaria su oficina en la ONU emitió una serie de orientaciones sobre varios aspectos y que todas ellas contenían el mensaje central de que «solo se podrán abordar integralmente estos problemas estructurales y dar respuestas sostenibles con políticas públicas orientadas a los DDHH».

Esta perspectiva, que debe estar en todo el proceso de toma de decisiones, «nos hará más seguros y más fuertes», dijo.

Luego se centró en la región y cómo la pandemia afectó el ejercicio y disfrute de derechos civiles sociales, económicos y culturales.

La ex mandataria chilena dijo que el impacto de la Covid-19 se vio agravado en este caso por la debilidad de los sistemas de seguridad social, la fragilidad institucional, las dificultades de gestión y la escasa diversificación de sus economías y el elevado número de trabajadores informales y las grandes brechas de cobertura de salud.

En este punto criticó que las políticas implementadas en estos ámbitos en algunos países tienden a ser homogéneas, en medio de realidades muy heterogéneas en su vulnerabilidad, lo que dificulta una cobertura eficiente de las necesidades reales.

Los más discriminados son las personas mayores, las mujeres, los pueblos originarios, las personas con discapacidad, migrantes refugiados y minorías sexuales, dijo.

Un necesario cruce e intersección de los datos reales de estas minorías -insistió- permitiría que las políticas públicas se hagan cargo de las necesidades y las soluciones eficientes de estas realidades

«Esa intersección de datos es clave si queremos que las políticas sean efectivas», subrayó.

«La crisis tuvo un efecto desproporcionado en las mujeres» añadió Bachelet, lo que vinculó al tipo de actividad económica mayoritario de este grupo que traban «en áreas altamente afectadas como turismo, hotelería, gastronomía, etc»

Sobre este punto, destacó que «el 70% de los trabajadores informales son mujeres» que eso quedan exceptuadas de ayudas sociales, subsidios y subvenciones.

También recordó que el acceso desigual a las vacunas no solo es un riesgo para la aparición de nuevas variantes sino también amplía la desigualdad entre los países y dentro de ellos.

«La pandemia no creó estas crisis ni estas desigualdades, pero las agravó», dijo Bachelet

Por último, consultada sobre si está de acuerdo con la recurrente frase de que «de la pandemia saldremos mejores», invocó al obispo y pacifista sudafricano Desmond Tutu y dijo «yo soy rehén de la esperanza», a pesar de que durante la pandemia no se observó un espíritu colectivo o de cooperación internacional.

Bachelet dijo que su esperanza es que, «tal como la Declaración de los DDHH surgió después de la Segunda Guerra Mundial para no volver a vivir ese horror (…) la pandemia nos debería recordar que no podemos es un problema que debe enfrentarse colectivamente para no volver a vivirlo».(Télam)

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