Biden y el Congreso recordarán ataque al Capitolio

El demócrata de 79 años hablará  en la imponente "Sala de las Estatuas" del Capitolio, sede del Congreso de Estados Unidos, en compañía de la vicepresidenta, Kamala Harris.

El presidente estadounidense, Joe Biden, conmemorará hoy el primer aniversario del ataque al edifico del Congreso perpetrado por cientos de partidarios del expresidente Donald Trump para impedir la certificación de la victoria electoral del mandatario demócrata, que generó preocupaciones sobre el futuro de la democracia estadounidense.

¿Vamos a ser una nación que no vive a la luz de la verdad, sino a la sombra de la mentira?», se preguntará Biden, según extractos de su discurso publicados hoy por la Casa Blanca y que el mandatario pronunciará para conmemorar los acontecimientos del 6 de enero de 2021.

«No podemos permitirnos el lujo de convertirnos en ese tipo de nación», agregará Biden, al recordar la toma del Capitolio por grupos violentos que buscaban impedir la certificación de su victoria electoral luego de que Trump denunciara, sin pruebas, un fraude en los comicios del 3 de noviembre de 2020.

El demócrata de 79 años hablará  en la imponente «Sala de las Estatuas» del Capitolio, sede del Congreso de Estados Unidos, en compañía de la vicepresidenta, Kamala Harris, informó la agencia de noticias AFP.

En este mismo lugar, desfilaron hace un año los partidarios Trump, dejando estupefactos a Estados Unidos y al mundo.

Si bien Biden optó durante mucho tiempo por despreciar a su predecesor, negándose, incluso a nombrarlo en público, en esta oportunidad decidió cambiar de estrategia, por lo que hablará públicamente de la «responsabilidad particular» de Trump en este episodio de violencia, según hizo saber la Casa Blanca.

Biden «ve el 6 de enero como una trágica culminación de lo que cuatro años de la presidencia de Trump le han hecho a este país», afirmó su portavoz, Jen Psaki, rompiendo con la línea hasta ahora más cautelosa de la Casa Blanca.

Los republicanos parecen privilegiar, por su parte, un perfil bajo.

El líder de la bancada republicana en el Senado, Mitch McConnell, acudirá a un funeral en el sur del país, lejos de las conmemoraciones en Washington.

El propio Trump anuló una rueda de prensa prevista desde su mansión de Florida.

El exmandatario, que no suele evadir este tipo de situaciones, estimó que hablar en este día sería una provocación excesiva, según especula la prensa local.

Sin embargo no moderó su discurso y anteayer tachó de «crimen del siglo» el hipotético fraude que, según afirma sin prueba alguna, empañó las elecciones presidenciales de 2020, una teoría que va ganando terreno, bastante más allá de la muchedumbre enfurecida del 6 de enero de 2021.

Una encuesta del sitio de información Axios estima que solo el 55% de los estadounidenses están convencidos de que el demócrata Biden, que derrotó a Trump por siete millones de votos, fue elegido según las reglas.

«Nuestra gran nación se tambalea al borde de un abismo cada vez más grande. Sin una acción inmediata, realmente corremos el riesgo de una guerra civil y la pérdida de nuestra querida democracia», advirtió en el diario The New York Times el expresidente Jimmy Carter, quien se convirtió para muchos estadounidenses en una autoridad moral.

Es en esta nación profundamente dividida que Biden buscará hoy proponer una ruta para fortalecer la democracia estadounidense, que incluye adoptar proyectos de ley sobre el acceso de las minorías al derecho al voto.

En ese marco, la semana próxima viajará al estado sureño de Georgia, emblema de las batallas pasadas y presentes por los derechos civiles, para denunciar «los intentos perversos de despojar a los ciudadanos honestos de sus libertades fundamentales», informó la Casa Blanca.

Pero frente a los estados conservadores del sur que multiplican las leyes que complican el acceso a las urnas a afroamericanos y latinos, el margen de maniobra de Biden es limitado.

Los demócratas no solo controlan el Congreso por escaso margen, sino que la popularidad del presidente se desgastó después de casi un año en la Casa Blanca producto de varios factores, como el hartazgo ante una nueva ola de la pandemia de Covid-19, la persistente inflación y el recuerdo de una retirada caótica de Afganistán.

Según el sitio FiveThirtyEight, poco más del 43% de los estadounidenses confían en él para dirigir la primera potencia mundial.(Télam)

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