Expertos estadounidenses afirman que Corea del Norte ha construido nueva base para misiles balísticos

Kim se enfrenta a uno de los períodos más difíciles desde que llegó al poder hace una década. Su decisión de cerrar las fronteras hace unos dos años debido al coronavirus frenó por completo la actividad comercial del país.

El Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS) en Estados Unidos ha confirmado, a través de imágenes satelitales, que Corea del Norte ha construido cerca de su frontera con China una base destinada a albergar misiles balísticos intercontinentales.

El informe apunta a que la contrucción de Hoejung-ni comenzó hace 20 años y es una de las 20 bases de misiles balísticos que nunca han sido declaradas por Corea del Norte. Asimismo, ha estimado que su disposición y diseño general «es diferente a las bases operativas de misiles más antiguas», siendo un posible modelo la base de Sangnam-ni.

«El momento de la construcción de estas dos bases sugiere que su construcción puede haber sido secuenciada, siendo Sangnam-ni la primera, como parte de una tercera fase en el desarrollo de Corea del Norte de su cinturón de misiles balísticos estratégicos o de retaguardia», ha subrayado el informe.

«Hasta que no se sepa más, esta última capacidad debe caracterizarse como una capacidad de lanzamiento ‘potencial’ o ‘de emergencia’, ya que el verdadero estado operativo de los diversos programas de misiles balísticos intercontinentales de Corea del Norte y las unidades equipadas con ellos siguen siendo una de las incógnitas más importantes en relación con la Fuerza Estratégica», ha agregado el CSIC en el comunicado.

Además, el informe ha alertado de que «en caso de que no se disponga de misiles balísticos intercontinentales operativos a corto plazo, es probable que se desplieguen misiles balísticos de alcance intermedio (IRBM)», recordando que Corea del Norte probó un IRBM Hwasong-12 en enero.

El comunicado del CSIS llega tras una reciente prueba de un misil por parte de Corea del Norte. Pyongyang ensayó la semana pasada lo que, según las primeras estimaciones internacionales, se trataba de su primer misil de medio alcance (IRBM) en cinco años, la última de una de las series de pruebas balísticas más largas de tiempos recientes y concebida, en opinión de los expertos, como una llamada de atención a la comunidad internacional, comenzando por Estados Unidos, para reactivar las paralizadas conversaciones sobre su programa nuclear.

Hay que recordar que 2018 fue el año en que Corea del Norte impuso una moratoria en el lanzamiento de misiles de este tipo para facilitar las conversaciones nucleares con la administración estadounidense anterior, liderada por Donald Trump, y que finalmente acabaron descarrilando.

Antes de este lanzamiento, el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, había amenazado con poner fin a la mencionada moratoria sobre el lanzamiento de estos misiles, y reanudado las operaciones de producción de plutonio en su principal sitio nuclear de Yongbyon, al tiempo que dio la orden de expandir una planta de enriquecimiento de uranio.

Kim se enfrenta a uno de los períodos más difíciles desde que llegó al poder hace una década. Su decisión de cerrar las fronteras hace unos dos años debido al coronavirus frenó por completo la actividad comercial del país, y recientes inundaciones han terminado por machacar una economía deteriorada por la escasez casi permanente de cosechas.

Ahora, la comunidad internacional está pendiente del próximo 16 de febrero, el 80 cumpleaños del difunto líder norcoreano y padre del actual mandatario, Kim Jong Il, que las autoridades norcoreanas podrían aprovechar para exhibir nuevo armamento. De hecho, imágenes por satélite recogidas por Corea del Sur muestran indicios de los preparativos de un gran desfile militar, un evento que Corea del Norte ha utilizado a menudo para revelar sus avances militares al mundo. (Europa Press)

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