Defensores del legado de Neruda sin financiamiento: lidian con la cancelación del poeta

Por Francisco Bravo Atias

Caminar por el Barrio Bellavista en Santiago es toda una experiencia. Si se hace de noche, la zona bohemia ofrece las fiestas más prendidas de la capital y ruidosos locales para beber un buen trago. Pero de día el asunto es distinto y lo cultural brilla con distintas atracciones, como la casa de Pablo Neruda.

La Chascona, una de las tres viviendas que tuvo en Chile el premio Nobel de Literatura, se emplaza en un pequeño pasaje de adoquines a las faldas del cerro San Cristóbal. Su nombre es un chilenismo que hace referencia a estar despeinado y Neruda la bautizó así en honor a Matilde Urrutia, una cantante de roja cabellera con quien Neruda engañaba a su esposa, y con quien terminó casándose en 1966.

En esa misma casa, 48 años después de la muerte del poeta, la fundación Pablo Neruda hizo un llamado de auxilio. «No tenemos financiamiento. Estamos cero pesos y en una situación muy compleja», confesó esta semana el director de la fundación, Fernando Sáez, en una conferencia de prensa con medios internacionales, convocada justamente para clamar por ayuda.

La organización privada fue creada hace 30 años para conservar e impulsar el legado del autor y sus obras, de cuyos derechos intelectuales son propietarios. No tienen un dueño ni fines de lucro y todas las utilidades las reinvierten en la misma fundación. ¿El problema? El 95% de sus ingresos provenían de la venta de entradas para ingresar a las tres casas de Neruda, que actualmente son museos, y durante la pandemia han estado cerradas o con restricciones de aforo.

«Unas 350 mil personas visitaban las casas antes de la pandemia y la mitad eran extranjeros. Luego vino el cierre de las fronteras, las restricciones sanitarias y estuvimos cerrados varios meses. Las casas abrieron recién en septiembre del año pasado y nuestras visitas son solo el 15% de lo que eran antes», afirmó el director.

Además de La Chascona, la fundación Neruda administra la casa La Sebastiana en Valparaíso y la Casa de Isla Negra en el balneario del mismo nombre. Los tres museos son considerados imperdibles para muchos extranjeros debido a la importancia internacional del autor y también para apreciar la enorme cantidad de objetos y colecciones que poseía el poeta.

Mascarones de proa, mapas, veleros en miniatura, caracolas marinas, dientes de cachalotes, pipas, máscaras, zapatos son algunos de los artículos en exposición que Neruda fue adquiriendo durante sus viajes por el mundo y que necesitan de varios cuidados especiales. Un trabajo difícil y caro.

SE CIERRAN LAS PUERTAS

«Abandonado como los muelles en el alba», recitó Neruda en su «Canción desesperada», un abandono como el que acusa Sáez, quien también desesperado, aseguró haber tocado todas las puertas posible buscando financiamiento, sin éxito.

Durante la conferencia, el director expuso varias teorías de por qué no han podido conseguir el financiamiento necesario para subsistir en este periodo de crisis. Afirmó, por ejemplo, que la militancia en el Partido Comunista de Neruda puede generar rechazo en algunos sectores. «No nos fue bien ni con el Gobierno pasado (del expresidente Sebastián Piñera) ni con el empresariado», aseguró.

«¿Y con este Gobierno?», retrucó la prensa, dando a entender que con la administración del presidente Gabriel Boric, cuyo bloque político incluye a los comunistas, sería más fácil encontrar acogida. «Estamos en conversaciones. Entendemos que tienen la voluntad, pero están recién instalándose», señaló.

Sáez se quejó de que en otros países sería incomprensible que exista el peligro de cerrar museos de tal importancia por falta de financiamiento. «En Argentina, por ejemplo, tienen un aprecio enorme a sus artistas. Lo llevan en su ADN. Pero acá en Chile encuentran el olvido», se lamentó.

Sin embargo, entre pregunta y pregunta surgió el que seguramente es el tema más enrevesado para la fundación. Parte del movimiento feminista que surgió con fuerza en el país en los últimos años canceló a Neruda por dos situaciones de su vida que el mismo poeta confesó.

En ninguna de sus obras, memorias o escritos el poeta mencionó que en 1934 en España tuvo una hija con la holandesa María Antonieta Hagenaar, su primera esposa. Malva Marina padecía hidrocefalia y en 1936 Neruda se fue a México dejando a ambas en Madrid. Malva falleció en 1943 y en 2018, una investigación dio a conocer esta sombra en la vida del poeta.

La autora holandesa Hagar Peeters publicó una carta que Neruda le envió a una amiga donde se refería en términos despectivos a la niña: «Mi hija, o lo que yo así denomino, es un ser perfectamente ridículo, una especie de punto y coma, una vampiresa de tres kilos».

Esto se suma a que en uno de los pasajes de su obra «Confieso que he vivido», donde relata sus memorias, Neruda contó cómo violó a a una trabajadora en Ceilán (actual Sri Lanka) cuando ejercía como cónsul de Chile en ese lugar. Estas revelaciones le significaron el mote de «machista» y varias cancelaciones en Chile y otros países.

En 2018 por ejemplo, parlamentarios propusieron rebautizar el Aeropuerto de Santiago con el nombre del escritor, pero no lo consiguieron, dejando en evidencia que una parte del progresismo no quería saber nada con él. «No están los tiempos para homenajear a un maltratador de mujeres», tuiteó la entonces diputada del Partido Humanista, Pamela Jiles.

Sáez rechazó las críticas y afirmó que ambos hechos están sacados de su contexto. «Es una exageración», agregó.

NUEVOS AIRES

Sáez explicó que una de las fórmulas que están impulsando para reflotar la obra de Neruda es conquistar a las nuevas generaciones. Y explicó que están preparando dos nuevos proyectos, un museo de última generación en Santiago que represente los imaginarios poéticos del autor a través de la tecnología y la iniciativa de casas itinerantes.

«El museo será muy atractivo. Se podrá ver su poesía en imágenes. Buscamos atraer principalmente a los estudiantes y para eso tendremos entradas especialmente baratas para aquellos grupos», explicó. Y sobre la iniciativa de las casas, detalló que «la idea es crear exposiciones itinerantes de las colecciones del poeta como se hace con la obra de otros autores, por ejemplo con Van Gogh», dijo.

El director hizo un llamado a los chilenos y extranjeros a retornar y visitar a las casas de Neruda. «Esto va más allá del poeta, acá podrán ver un estilo personal de colección, de decoración, y eso lo saben todos los que han visitado una de las casas. Es una imagen inolvidable», cerró.

Pablo Neruda, nacido como Ricardo Elécer Neftalí Reyes Basoalto, fue poeta, diplomático, político y precandidato presidencial del Partido Comunista. Falleció el 23 de septiembre de 1973, dos semanas después del golpe de Estado perpetrado por Augusto Pinochet (dictador entre 1973-1990).

Aunque la versión oficial del régimen fue que Neruda murió producto de un cáncer, la justicia aún investiga un posible asesinato, con algún tipo de participación de los agentes de Pinochet. (Sputnik)

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