Ayuntamiento de Lima declara «intangible» el centro histórico y prohíbe las protestas

El alcalde, Rafael López Aliaga, ha destacado que este acuerdo supone un "paso trascendental" para convertir el centro de Lima en un polo de atracción turística a nivel mundial.

El Concejo Metropolitano de Lima ha aprobado la prohibición de las concentraciones públicas que pongan en riesgo la seguridad y la salud pública por el que se declara «intangible» un área de 10,3 kilómetros cuadrados del centro histórico de la capital.

«Estamos prohibiendo que haya todo tipo de marchas, cualquiera que sea. El Centro Histórico tiene que ser preservado», ha destacado la concejala Roxana Rocha, en declaraciones a ‘Perú21’. «Han destrozado más de 2 millones de soles del mobiliario urbano y del patrimonio cultural de la humanidad», ha reprochado.

El acuerdo municipal destaca la importancia que tiene el Centro Histórico, catalogado como Patrimonio Cultural de la Nación y reconocido como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO por su riqueza histórica y arquitectónica.

El alcalde, Rafael López Aliaga, ha destacado que este acuerdo supone un «paso trascendental» para convertir el centro de Lima en un polo de atracción turística a nivel mundial. Para ello ha hecho un llamamiento a una estrecha coordinación con la Policía y el Ministerio de Cultura.

La Procuraduría Municipal impulsará las acciones legales correspondientes en aquellos casos que contravengan las disposiciones contenidas en el acuerdo, así como en la que se evidencie daños a la propiedad pública e infraestructura y mobiliario urbano, a fin de garantizar la defensa de los intereses y derechos de la Municipalidad Metropolitana de Lima.

Las manifestaciones desarrolladas en el marco de la ola de protestas contra la presidenta interina, Dina Boluarte, se han saldado con graves daños al centro histórico de Lima, con 5.000 metros cuadrados de áreas verdes pisoteadas, 20 árboles destruidos, 60 papeleras destrozadas, más de 75 postes ornamentales dañados, así como 800 metros de sardineles y bermas dañadas. Además del incendio en el edificio Marcionelli, el cual quedó completamente destruido.

En la denominada Toma de Lima los manifestantes usaron barras para extraer los adoquines de las aceras de la avenida Abancay para atacar a los policías. Por ello el Ayuntamiento ha retirado 518 metros cuadrados de adoquines para que no sean usados como armas. (Europa Press)

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