
Europa preparada para crear sus propias redes sociales ante avance tecnopolítico de EEUU
Así lo plantea un informe publicado por el Forum on Information and Democracy, elaborado por un grupo internacional de expertos en tecnología, ética y gobernanza digital.
En respuesta a la creciente desregulación de las plataformas tecnológicas en Estados Unidos y su fusión con intereses políticos, Europa evalúa seriamente el desarrollo de una infraestructura propia de redes sociales que cumpla con sus nuevas leyes digitales. Así lo plantea un informe publicado por el Forum on Information and Democracy, elaborado por un grupo internacional de expertos en tecnología, ética y gobernanza digital.
El documento advierte sobre la creciente influencia de gigantes tecnológicos estadounidenses, como X (antes Twitter), Meta y Amazon, los cuales han debilitado sus políticas de seguridad y verificación de contenido, amparados por un entorno político que favorece la desregulación y promueve intereses autoritarios.
Frente a esto, la Unión Europea ha optado por un camino opuesto, implementando normativas como el Digital Services Act (DSA), el Digital Markets Act (DMA) y la Ley de Inteligencia Artificial, que exigen mayor transparencia, ética y responsabilidad a las plataformas digitales.
El informe sugiere que Europa tiene una oportunidad histórica de desarrollar redes sociales locales, interoperables y con libre movilidad de datos entre plataformas, que respeten sus leyes y valores democráticos. Estas plataformas podrían surgir como iniciativas privadas, asociaciones público-privadas o incluso impulsadas por nuevos emprendedores, con apoyo financiero de los gobiernos europeos. Entre los beneficios esperados se encuentran la protección del ecosistema informativo, el fortalecimiento del empleo tecnológico en la región y una competencia más justa y segura para los usuarios.
Asimismo, el estudio plantea medidas concretas para lograr esta transición, como sanciones a plataformas no conformes, impuestos especiales y programas de subsidios para plataformas emergentes. También contempla la posibilidad de suspender temporalmente servicios que infrinjan gravemente las leyes europeas, como ya ocurrió en Brasil con X en 2024.
En un contexto donde el control de la información se ha vuelto una herramienta de poder, Europa busca recuperar la soberanía digital y proteger a sus ciudadanos mediante un ecosistema de redes sociales que priorice el interés público por sobre los beneficios comerciales.