Ben Gvir visita Explanada de las Mezquitas para «rezar por la victoria en la guerra»

"He ascendido al Monte del Templo por el Día de Jerusalén y he rezado por la victoria en la guerra, el retorno de todos los rehenes y el éxito del recientemente nombrado jefe del Sin Bet, David Zini", ha dicho.

El ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, ha realizado este lunes una nueva visita a la Explanada de las Mezquitas, desde donde ha asegurado haber «rezado por la victoria en la guerra», en referencia a la ofensiva israelí contra la Franja de Gaza tras los ataques del 7 de octubre de 2023.

«He ascendido al Monte del Templo –nombre que dan los judíos al lugar– por el Día de Jerusalén y he rezado por la victoria en la guerra, el retorno de todos los rehenes y el éxito del recientemente nombrado jefe del Sin Bet, David Zini», ha dicho Ben Gvir en su cuenta en la red social X.

En declaraciones concedidas desde el lugar, el político ultraderechista ha subrayado que «hoy es posible rezar en el Monte del Templo». «Que nuestros enemigos sean pisoteados», ha señalado en un vídeo publicado por él mismo la citada red social.

Tras ello, el Ministerio de Exteriores palestino ha condenado «en los términos más firmes» las visita «provocativa» del «extremista» Ben Gvir y ha cargado contra otro parlamentario israelí que ha ondeado una bandera de Israel en el lugar, según un comunicado publicado a través de su cuenta en la red social X.

Así, ha incidido en que «estas violaciones son parte del genocidio, el desplazamiento, la judaización y la anexión a la que es sometido el pueblo palestino» y ha reclamado una «intervención internacional urgente» para detener estas acciones y «adoptar las medidas necesarias requeridas por el Derecho Internacional para proteger a los palestinos de la intrusión del Ejército de ocupación y sus colonos».

La cartera diplomática palestina ha insistido por ello en la necesidad de «incrementar los esfuerzos políticos y diplomáticos para abrir un camino político serio que lleve al fin de la ocupación y permita al pueblo palestino ejercer su derecho a la autodeterminación», en línea con la solución de dos Estados, que contempla la creación de un Estado palestino en las fronteras de 1967, con Jerusalén Este como capital.

La visita ha sido criticada también por el Gobierno de Jordania, que ha dicho que se trata de «una práctica provocativa e inaceptable» que ha descrito como «una violación flagrante del ‘statu quo’ histórico y legal y de las obligaciones de Israel como potencia ocupante».

El portavoz del Ministerio de Exteriores jordano, Sufian al Qudá, ha indicado que Amán condena «firmemente» esta «incursión» por parte de Ben Gvir, quien ha estado acompañado por parlamentarios, antes de cargar contra el papel de la Policía a la hora de «facilitar» este tipo de acciones, según un comunicado en su cuenta en X.

En este sentido, ha incidido en que este tipo de acciones son un intento de «imponer nuevas realidades» en el lugar y alcanzar su «división espacial», lo que ha considerado «una escalada absurda e inaceptable, especialmente ante la aplicación de la guerra israelí contra la Franja de Gaza y su peligrosa escalada en la Cisjordania ocupada».

Al Qudá ha advertido por ello de las consecuencias de estas acciones y ha reclamado a Israel que «detenga inmediatamente todas las prácticas provocativas por parte de Ben Gvir y los colonos extremistas», que considera «una continuación de las políticas del extremista Gobierno israelí para elevar las tensiones en Cisjordania».

Las visitas de altos cargos israelíes al complejo llevan aparejadas la condena de las autoridades palestinas y jordanas, encargadas de velar por el ‘statu quo’, que impide a los judíos rezar en la Explanada de las Mezquitas, si bien la Policía ha tolerado rezos limitados en la zona cuando escolta a fieles que entran en el complejo.

En el lugar –en manos de Israel tras la toma de la Ciudad Vieja de Jerusalén durante la Guerra de los Seis Días (1967)– estuvieron ubicados el Primer y el Segundo Templo, herencia histórica destruida de la que sólo queda como vestigio el Muro de las Lamentaciones, así como la mezquita de Al Aqsa, tercer lugar más sagrado para el islam.

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