
Pichilemu se convertirá en un nuevo punto estratégico de observación climática internacional
Gracias a un convenio entre el Parque Punta de Lobos y el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia CR2 de la Universidad de Chile, se comenzarán a estudiar -semanalmente y a largo plazo- los gases de efecto invernadero presentes frente a la costa de Chile central.
Pichilemu es una ciudad costera ubicada al suroeste de Santiago, específicamente en la zona central de Chile. Este lugar es muy reconocido por su oleaje ideal para la práctica del surf, en particular, en la playa “El Infiernillo” o en Punta de Lobos, que se ubica más al sur y se caracteriza por sus acantilados empinados.
Entre las amenazas del Cambio Climático para esta zona se encuentran el aumento en el nivel del mar, cambios en el oleaje y el aumento de la temperatura. En este contexto, investigadoras e investigadores del CR2, junto al Parque Punta de Lobos y la colaboración del Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA por su sigla en inglés) se han propuesto estudiar gases de efecto invernadero (GEI) a largo plazo en Punta de Lobos, correspondiente a una zona representativa del nivel base del océano Pacífico frente a la costa de Chile central.
Según el investigador CR2 y académico del departamento de Geofísica de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, Rodrigo Seguel, la principal motivación para llevar a cabo esta investigación es obtener información que permita evaluar la efectividad de las medidas de gestión ambiental y apoyar las estratégias de mitigación de emisiones.
“En América del sur, actualmente existen tres sitios de medición de GEI -como el que se desarrolla en Punta de Lobos- ubicados en Ushuaia (Argentina), Natal (Brasil) y en la polinesia más oriental en Rapa Nui. Al tratarse de mediciones de más de una década de extensión, permiten identificar el impacto de la quema de biomasa y el transporte intercontinental de contaminantes como es el caso de Rapa Nui. Si bien, estos puntos de observación son muy importantes, llamaba mucho la atención que no existiera un sitio de observación en Chile Continental, lo cual hemos querido corregir, no sólo por el interés científico, si no también para posicionar a Punta de Lobos como un sitio de observación de interés global”, explica el investigador, quien en sus primeras conversaciones con el NOAA manifestó su interés por medir los índices de hidrógeno.
Viento sur
Una de las razones por las que se eligió Punta de Lobos para estas mediciones de GEI se debe a los factores atmosféricos ideales para captar el aire en su mejor estado.
“Las muestras son tomadas cuando el viento proviene desde el océano, ya que de otra manera, se podrían ver afectadas por la contaminación de las ciudades o por aire continental sujeto a emisiones naturales que también pueden afectar las observaciones.. Así, nos aseguramos que sea viento que viene desde el océano, es decir, en principio aire limpio y alejado del impacto urbano o industrial”, indica Seguel.
Para lograr este objetivo, algunos de los compromisos planteados por las organizaciones involucradas son capacitar a los funcionarios del Parque Punta Lobos para la toma de muestras puntuales de gases de efecto invernadero y mediante un sistema de monitoreo automático.
Para ello, también existe una coordinación logística entre el Parque, CR2 y la NOAA que asegura un flujo de matraces (flasks) utilizados para la toma de muestras de aire, y su posterior envío para el análisis en el Laboratorio de Monitoreo Global (GLM) de la NOAA en Boulder, Colorado.
Vivir en un ambiente limpio
A juicio de Patricio Mekis, director ejecutivo del Parque Punta de Lobos, el convenio con el CR2 es muy importante para estudiar y entender desde el arista científica el aporte que se genera gracias al Parque a toda la región. “Lo que estamos haciendo es agregar nuevas capas de investigación, es decir, midiendo la calidad del aire y demostrando que no solamente tenemos un entorno natural muy bueno a nivel de flora y también lo que se está haciendo en términos de restauración a nivel marítimo, sino que además, contamos con una excelente calidad de aire”, afirma Mekis.
En efecto, uno de los principales aprendizajes que deja este proyecto es tomar conciencia de que la calidad del aire en Punta de Lobos aporta a una mejor calidad de vida en toda la región. “Poner nuestra calidad del aire en valor, nos permite entender al Parque y a Pichilemu como un sistema sano y vivo del cuál podemos emular muchas cosas positivas”, expresó.
Durante la ejecución de la iniciativa se evaluarán los resultados del monitoreo de largo plazo bajo un enfoque interdisciplinario y se llevarán a cabo seminarios, charlas y otras iniciativas organizadas por el CR2, orientadas a funcionarios del Parque.