
Terram califica al gobierno de Boric como «el peor de la Transición» en materia ambiental
Columna de la directora de la ONG, Flavia Liberona, lo acusa de "abandonar completamente la agenda ecológica".
Flavia Liberona, directora ejecutiva de Fundación Terram, acusa en una columna publicada hoy en La Nueva Mirada que el Gobierno de Gabriel Boric, pese a haber iniciado su mandato como el “primer gobierno ecologista” de Chile, ha abandonado por completo esa promesa y virado hacia una lógica extractivista y regresiva en materia ambiental.
En el texto, Liberona asegura que “no conserva ningún vestigio” del compromiso inicial en temas ecológicos y que la actual administración ha terminado siendo “un gran promotor del extractivismo y la flexibilización ambiental”.
La autora argumenta que, si bien los desafíos eran evidentes desde el inicio —como un Parlamento adverso y un rezago histórico en materia ambiental señalado por la OCDE—, lo que nunca imaginaron fue que el Gobierno impulsaría “una agenda regresiva”, abandonando incluso la tercera Evaluación de Desempeño Ambiental del país, publicada recientemente.
Liberona sostiene que existe una percepción creciente de que este podría ser “el peor gobierno en materia ambiental desde el retorno a la democracia”, y respalda esta afirmación con una revisión histórica de avances logrados en administraciones anteriores, desde Patricio Aylwin hasta Sebastián Piñera.
Desde la creación de la CONAMA, la promulgación de leyes como la de recuperación del bosque nativo, el convenio 169 de la OIT, la creación del Ministerio del Medio Ambiente y la implementación de la ley REP, hasta la organización de la COP25 y la elaboración de la Estrategia Climática de Largo Plazo, los gobiernos pasados, con todos sus matices, mantuvieron la agenda ambiental activa y con avances concretos, según expone.
En contraste, acusa que el actual Gobierno ha cedido la conducción de esta agenda al Ministerio de Hacienda, “primero a través del Pacto Fiscal y más recientemente con los anuncios de Mario Marcel de Fast Track a proyectos de inversión”, debilitando los estándares ambientales en favor de una política pro-industria.
“El gobierno se ha alineado con los intereses de las industrias extractivas como el cobre, el litio y las tierras raras”, denuncia Liberona, lamentando la falta de acciones concretas para detener la destrucción del bosque esclerófilo, las parcelaciones irregulares o las violaciones ambientales en la industria salmonera.
La crítica concluye con un tono de desilusión y denuncia, en que se reafirma que, pese al discurso inicial, “no ha habido voluntad para impulsar transformaciones profundas en lo ambiental” y que las organizaciones sociales y ambientales hoy están marginadas de la toma de decisiones.