Cordero y caso de suboficiales vinculados al narcotráfico: “Es lo más grave en seguridad pública en el último tiempo”

El ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, calificó como “el hecho más grave que hemos tenido registro en el último tiempo y que puede comprometer a la seguridad pública en Chile” el caso de seis suboficiales del Ejército detenidos por su presunta participación en una red de narcotráfico.

Los imputados —dos sargentos y cuatro cabos— cumplían funciones en la Segunda Brigada Acorazada “Cazadores” de Pozo Almonte y en el Centro Clínico Militar de Iquique.

Incautación millonaria

El operativo, coordinado entre la Fiscalía, Carabineros y la PDI, permitió la incautación de 192 kilos de cocaína y pasta base, droga avaluada en $3 mil millones, según informaron desde Carabineros.

El ministro Cordero, en entrevista con T13 Radio, subrayó que este caso es especialmente preocupante porque representa “la penetración de una organización criminal en una entidad armada”.

“Es una organización muy estructurada dedicada al transporte, no de cualquier droga, sino de cocaína, y que opera desde una zona fronteriza, donde el regimiento tenía funciones estratégicas”, explicó.

Así, hizo hincapié en que “supone el desempeño en una zona fronteriza de un país que es productor de cocaína”.

Riesgo institucional

Cordero enfatizó el riesgo que implica esta situación para el país. “Cuando las organizaciones criminales del narcotráfico tienen la capacidad de penetrar una institución armada jerarquizada como las Fuerzas Armadas, hay que erradicarlo de raíz. No hay medias tintas en esto”.

“Uno no puede bajarle el perfil. Este es el nivel de gravedad. En mi opinión, es la situación más grave que se ha enfrentado desde el punto de vista de la seguridad pública en el último tiempo”, indicó el ministro.

Modus operandi

Según detalló el ministro, este tipo de redes aprovechan la estructura jerárquica y los contactos con las zonas fronterizas para garantizar el transporte seguro de droga. Así, detalló que los acusados utilizaban vehículos similares de los de escolta, para evitar sospechas en controles carreteros y se detenían en puntos estratégicos.

Cordero señaló que los exuniformados operaban en sus días libres utilizando instalaciones militares o contactos como resguardo temporal. Pese a que, de momento, no hay indicios de uso de recintos militares, el ministro adelantó que se investiga si se habría guardado droga o vehículos en dichas instalaciones, situación que catalogó de “extremadamente grave”.