El Tren de Aragua sigue operando desde cárceles chilenas: 11 reclusos fueron sorprendidos con celulares y otros dispositivos

Entre septiembre de 2023 y marzo de 2025, según informó hoy Ciper Chile, Gendarmería incautó teléfonos, chips, pendrives y módems a miembros del Tren de Aragua recluidos en distintos penales del país. La organización criminal ha logrado mantener el control de operaciones delictivas desde prisión, incluso con ayuda de funcionarios. Solo el 22% de los sumarios administrativos por ingreso de celulares ha derivado en sanciones.

 

Una serie de allanamientos realizados en cárceles chilenas entre septiembre de 2023 y marzo de 2025 ha evidenciado un problema estructural: el Tren de Aragua, organización criminal transnacional de origen venezolano, continúa dirigiendo crímenes desde el interior de los recintos penitenciarios. Así lo revela una investigación de CIPER, que expone cómo al menos 11 miembros de esta red fueron sorprendidos con teléfonos móviles y otros dispositivos de comunicación durante ese período. Además, otros tres internos tenían en su poder chips telefónicos, pendrives y módems, lo que les permitía seguir conectados con su red delictiva.

El caso más ilustrativo es el de Luis López Bermúdez, sindicado como integrante de Los Gallegos —una de las células más violentas del Tren de Aragua en Chile—, a quien se le incautó un celular en febrero de 2024 en el Complejo Penitenciario de Acha, Arica. Un año antes, en el mismo recinto y en la celda de otro miembro del grupo, Williams Celas Garrido, Gendarmería también decomisó un celular y un arma blanca.

Estos hallazgos desencadenaron operativos similares en otras cárceles del país, incluyendo Rancagua, Concepción y Valparaíso. En todos los casos, los internos estaban imputados por delitos graves como homicidio, tráfico de drogas, trata de personas y tráfico de armas.

Pero lo que más preocupa a los expertos del Ministerio Público es que los dispositivos les permiten a estos reos seguir coordinando acciones delictivas a través de aplicaciones cifradas como Signal. Así, mientras cumplen condena o están en prisión preventiva, continúan liderando estructuras criminales que operan dentro y fuera del país.

La situación se agrava por las fallas en el sistema de control penitenciario. Según datos obtenidos por CIPER vía Ley de Transparencia, entre 2019 y 2025 Gendarmería abrió 209 sumarios administrativos por el ingreso de celulares u objetos prohibidos. Solo 47 terminaron en sanciones. En nueve casos, no hubo ni sanciones ni sobreseimientos. Uno de ellos, fechado en agosto de 2022 en la cárcel de Valparaíso, coincide con la incautación de cuatro celulares a Carlos González Vaca, alias “Estrella”, líder del Tren de Aragua en Chile. Tres de esos teléfonos habrían sido adquiridos por un gendarme.

De los 47 funcionarios sancionados, solo 19 fueron destituidos. Mientras tanto, se han incautado 67 teléfonos a funcionarios en 21 penales del país, incluyendo 12 decomisos solo en el centro de detención preventiva de Puente Alto.

El caso de Misael Zambrano Jiménez, alias “Kiko”, demuestra hasta qué punto la organización sigue activa desde prisión. Detenido en 2023 por su participación en homicidios y trata de personas, Zambrano fue hallado con un celular y dos chips en noviembre de 2024, en el Complejo Penitenciario del Biobío. El dispositivo permitía su comunicación con «La China», una colaboradora externa encargada de recaudar extorsiones y coordinar el ingreso de drogas a los penales.

Gendarmería se ha negado a entregar detalles sobre las condiciones de ingreso de los dispositivos ni a confirmar si los internos implicados estaban en módulos de alta seguridad. Esta falta de transparencia preocupa a fiscales y expertos en seguridad penitenciaria, quienes advierten que el crimen organizado está aprovechando las fisuras del sistema para mantener su operatividad y expandir su influencia.

Mientras tanto, los teléfonos siguen sonando tras las rejas.

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