
Estados Unidos: congresista propone clasificar al Frente Polisario como organización terrorista
Si la iniciativa prospera en el Congreso y el Senado, podría abrir la puerta a sanciones, restricciones diplomáticas y un aislamiento mayor del movimiento separatista.
Una nueva ofensiva política en Washington podría reconfigurar las dinámicas diplomáticas en el norte de África.
El congresista republicano Joe Wilson, presidente de la Subcomisión de Asuntos Exteriores para África de la Cámara de Representantes, ha presentado ayer un proyecto de ley que propone designar al Frente Polisario como “organización terrorista extranjera” (FTO, por sus siglas en inglés).
En una declaración publicada en su cuenta de X, Wilson califica al Polisario de “milicia marxista apoyada por Irán, Hezbollah y Rusia”, y lo acusa de facilitar a Teherán una base estratégica en el continente africano mientras desestabiliza al Reino de Marruecos, al que describió como “aliado de EEUU desde hace 248 años”.
Wilson no está solo en esta iniciativa: el demócrata Jimmy Panetta respalda también la propuesta, lo que refleja un raro consenso bipartidista sobre un tema geopolítico particularmente delicado.
Esta convergencia entre demócratas y republicanos demuestra que el posicionamiento de Estados Unidos frente al conflicto del Sáhara Occidental podría estar entrando en una nueva fase.
El contexto regional añade peso a esta propuesta legislativa. En los últimos años, el Frente Polisario ha sido objeto de acusaciones recurrentes de participación en redes de tráfico ilícito y posibles vínculos con grupos armados activos en la región sahelo-sahariana. Hasta ahora, Washington había optado por una postura diplomática prudente, evitando toda designación oficial.
Sin embargo, la declaración de Wilson marca un giro claro: el congresista conecta directamente al Polisario con lo que él describe como “el eje antioccidental”, formado por Irán, Hezbollah y Rusia. Según su visión, el movimiento saharaui serviría como herramienta geoestratégica para los intereses de Teherán en el norte de África.
Este enfoque no es nuevo en los pasillos de Washington. Varios think tanks estadounidenses han advertido en los últimos meses sobre el papel de los campamentos de Tinduf, controlados por el Polisario y ubicados en el suroeste argelino, como posible zona gris donde operarían grupos radicales y actores hostiles a los intereses occidentales.
La declaración de Wilson podría provocar fuertes reacciones en Argelia, principal respaldo del Polisario, y añade presión a un dossier ya explosivo. Si la iniciativa prospera en el Congreso y el Senado, podría abrir la puerta a sanciones, restricciones diplomáticas y un aislamiento mayor del movimiento separatista.
Más allá del contenido legislativo, esta postura reafirma el compromiso estratégico de EEUU con Marruecos.
Wilson recordó en su intervención que el Reino fue el primer país del mundo en reconocer la independencia de Estados Unidos en 1777, subrayando una alianza histórica que se mantiene viva y que, hoy más que nunca, parece fortalecerse frente a las amenazas comunes.