Gaza se asoma al colapso total del sistema de agua potable

"Si no se pone fin al actual bloqueo de más de 100 días al combustible que llega a Gaza, los niños y niñas empezarán a morir de sed", ha advertido este viernes un portavoz del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), James Elder.

El servicio de agua potable es uno de los grandes damnificados del bloqueo humanitario que mantiene Israel sobre la Franja de Gaza, hasta el punto de que la ONU ha dado la voz de alarma porque «el tiempo se acaba» y todo el sistema puede dejar de funcionar en cuestión de semanas si no llega combustible.

«Si no se pone fin al actual bloqueo de más de 100 días al combustible que llega a Gaza, los niños y niñas empezarán a morir de sed», ha advertido este viernes un portavoz del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), James Elder, al relatar los riesgos de un contexto donde «las enfermedades ya están avanzando» y «el caos está estrechando su cerco».

La Franja «se tambalea ante una situación potencialmente letal», ya que a día de hoy sólo siguen funcionando 87 de las 217 instalaciones de agua potable. Este tipo de instalaciones precisan de combustible en la medida en que el enclave palestino no dispone de una red de electricidad desde el inicio de la ofensiva militar israelí como respuesta a los ataques del 7 de octubre de 2023.

Gaza depende en gran medida de plantas desalinizadoras para el suministro de agua, pero también de que ésta llegue a sus destinos mediante un sistema de transporte cada vez más limitado. El portavoz de UNICEF ha señalado que en algunos casos los burros están empezando a sustituir a los camiones, como «último aliento de un sistema que se derrumba».

Un burro puede transportar alrededor de 500 litros, cuando la capacidad de los camiones llega a los 15.000, e incluso a estos animales les cuesta ya seguir andando, porque «apenas hay comida para mantenerlos en movimiento».

Elder ha declarado que se trata de «una sequía provocada por el hombre» y que precisamente por ser obra humana «se puede detener». En este sentido, ha advertido de que no hay problemas logísticos o técnicos que impidan recuperar los sistemas; «son políticos», ha destacado.

«Si hay voluntad política, la crisis del agua se aliviará de la noche a la mañana: el combustible significaría que el agua fluye de cientos de pozos subterráneos y restablece el suministro en un día», ha reclamado.

«NOS FALTA DE TODO»

También Médicos Sin Fronteras (MSF) ha alertado este viernes de que la población de toda la Franja ha visto disminuir drásticamente su acceso al agua, como resultado de una falta de combustible que amenaza a las redes de saneamiento sistema sanitario, en concreto elementos clave como generadores, ambulancias o incubadoras. La ONG ha denunciado además la falta de equipos médicos esenciales.

«Nos falta de todo, material médico fungible como gasas, medicamentos y alimentos para nuestros pacientes», ha denunciado la responsable de actividades de enfermería de MSF en Jan Yunis, Katja Storck, que echa en falta por ejemplo alimentos terapéuticos para personas con desnutrición, especialmente niños.

UNICEF estima que el número de niños de entre seis meses y cinco años ingresados para recibir tratamiento por desnutrición aguda se ha disparado un 50 por ciento entre abril y mayo. Desde que empezó el año, más de 110 niños han sido ingresados de media al día para tener este tipo de asistencia, vital para su supervivencia.

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