
Rodeada de sus hasta hoy contendores en la primaria del oficialismo, Carolina Tohá y Gonzalo Winter, la candidata oficialista que se impuso en las primarias presidenciales de este domingo, Jeannette Jara, entregó un discurso marcado por la emoción, la gratitud y un llamado a la unidad del progresismo.
“Hoy vengo a ofrecer mi corazón”, comenzó diciendo, con un tono íntimo y directo, rememorando su infancia en una familia humilde en Conchalí y apelando a los orígenes populares de su trayectoria política. A lo largo de su intervención, agradeció “profundamente el esfuerzo y talentos” de sus contendores Carolina Tohá, Jaime Mulet y Gonzalo Winter, señalando que sin ellos “nada de esto sería posible”.
La candidata destacó el legado de figuras históricas como Salvador Allende, Michelle Bachelet, Clotario Blest y el Padre Hurtado, entre otros, a quienes calificó como ejemplos de servicio y compromiso. También tuvo palabras de reconocimiento para el Presidente Gabriel Boric, quien —dijo— probablemente no la estaba escuchando en ese momento por estar “acurrucando y cuidando a su hija Violeta”.
En el eje programático de su discurso, Jara delineó las prioridades que marcarán su candidatura: crecimiento económico con valor agregado y sostenibilidad, recuperación de la seguridad pública, reducción de listas de espera en salud y la implementación de un salario vital de 750 mil pesos. “No vengo con milagros, pero sí con la garantía de que trabajaré incansablemente por nuestro país”, aseguró.
Frente a los desafíos globales y locales, alertó sobre el avance de la ultraderecha y del populismo, afirmando que “no quiero a Chile subordinado a gobiernos extranjeros ni modelos extremos” y prometió una política exterior independiente, basada en el multilateralismo y la defensa irrestricta de los derechos humanos, donde sea que ellos sean violados.
Uno de los momentos más potentes de la noche fue su mensaje a quienes no la apoyaron: “Les quiero hacer una segunda promesa —la primera era que nunca les iba a mentir—: a partir de mañana iré a su encuentro. No para hablar yo, sino para escucharlos”. Jara anunció que recorrerá el país, barrio por barrio, en busca de diálogo y puntos de encuentro.
En medio del frío capitalino, cerró su intervención llamando a celebrar con “la alegría sana de la victoria alcanzada” y un entusiasta “¡Viva Chile!”.