OIEA constata «impactos» en Fordo y enormes daños en Isfahán y Natanz tras ataques de EEUU e Israel

El jefe de la agencia nuclear de la ONU dice que la superficie de Natanz está arrasada e Isfahán registra un deterioro "significativo".

El director general de la agencia nuclear de la ONU, Rafael Mariano Grossi, ha confirmado «impactos» sobre las instalaciones subterráneas iraníes de Fordo, uno de los tres grandes objetivos de las fuerzas israelíes y, desde esta pasada madrugada, del Ejército de Estados Unidos, que ha descargado toneladas de bombas sobre estas tres zonas en un ataque sin precedentes contra la república islámica.

«Existen claros indicios de impactos pero no podemos decir nada sobre el daño que ha provocado en las instalaciones subterráneas», ha declarado Grossi a la CNN sobre la instalación de Fordo, protegida por una montaña de roca perforada esta madrugada, según Estados Unidos, por el impacto de al menos dos de sus bombas MOP de alta penetración, la primera vez que se usan en combate.

«No podemos descartar que haya ocurrido un daño significativo», ha indicado Grossi antes de proporcionar información más concreta sobre las otras dos instalaciones, Natanz, cuya superficie ha quedado arrasada e Isfahán, prácticamente inoperativa.

«En Natanz todas sus instalaciones de superficie han quedado completamente destruidas», ha indicado Grossi, antes de recordar que lleva días bajo el ataque previo de Israel. Sus instalaciones subterráneas parece que «han sufrido muchos daños» como resultado de los cortes de electricidad provocados por estos bombardeos.

La instalación nuclear de Isfahán, alcanzada por misiles Tomahawk estadounidenses en las últimas horas, también ha registrado «daños significativos».

El director general del OIEA ha reiterado por último que, si bien su organización ha lamentado la falta de información proporcionada por Irán en los últimos meses sobre su programa nuclear, tampoco contaba con los elementos necesarios «para demostrar que estaba planeando la fabricación de un arma nuclear», como apuntan Estados Unidos e Israel.

 

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