
Columna de Opinión de Ahmet İhsan Kızıltan
Embajador de Türkiye en Chile
La tarde del 15 de julio de 2016, Türkiye enfrentó un intento de golpe y un ataque terrorista perpetrado por una facción militar perteneciente a una organización ilegal conocida en el país como “Organización Terrorista Fethullahista (FETO)”.
Esta atrocidad, en la que perdieron la vida 251 ciudadanas y ciudadanos turcos y resultaron miles más heridos todavía está fresco en nuestra memoria.

Los conspiradores infiltrados en el ejercito turco tenían como objetivo todo el país, el pueblo turco, los partidos políticos, el presidente electo, el gobierno, instituciones del estado, administradores públicos y las fuerzas armadas turcas como también la democracia.
Además de los ataques a estas instituciones, jets de combate, helicópteros, tanques y francotiradores atacaron al azar a gente común y corriente que había salido a las calles en contra de este ataque atroz en desmedro de la democracia y la libertad.
Aquella noche, nuestra nación y nuestras Fuerzas Armadas se enfrentaron a esos canallas gracias al llamado del Presidente Sr. Recep Tayyip Erdoğan y defendieron así su supervivencia y su democracia. Esta victoria demostró una vez más al mundo entero la inquebrantable creencia y determinación de nuestra nación en favor de la democracia.
El hecho de que FETO estuviera detrás de la intentona golpista ha sido admitido por confesiones desde dentro de la organización.
Esta organización, que a veces se presenta como una organización benéfica, a veces como la sociedad civil, a veces como una institución educativa, es en esencia una organización terrorista y de delincuencia organizada con múltiples capas, similar a una secta, que sigue una agenda oculta.
A través de las instituciones educativas que abrió, FETO intentó llegar a las generaciones más jóvenes y manipularlas. Sus seguidores calificaban la cabecilla terrorista como el “imam del universo (líder religioso elegido por Dios)”. Los terroristas adoctrinados con esta ideología no reflexionaron sobre sus actos ni asumieron la responsabilidad de sus hechos.
Esta oscura organización que explota todos los valores universales representa un peligro no sólo para Türkiye, sino también para todos los países en los que opera. Gracias a la cooperación internacional, se han desmantelado en gran medida las estructuras de FETO en muchos países.
En este sentido, estamos muy agradecidos de las manifestaciones en contra del intento de golpe en Türkiye, de parte de los países amigos y aliados, incluyendo a Chile, donde han expresado su condena y rechazo al intento de golpe de estado y los ataques terroristas, poniéndose lado a lado con el pueblo turco, su estado, sus leyes y la democracia.
El 15 de julio de 2016, fue el discernimiento y la firme convicción de la nación turca por la libertad y la democracia en todos los segmentos de la sociedad lo que frustró el traicionero intento de golpe de Estado.
Ahora han pasado nueve años desde la lucha heroica del pueblo turco para mantener el orden democrático.
La muerte de Fethullah Gülen, cabecilla de la organización terrorista, en Estados Unidos el año pasado sin haber sido llevado ante la justicia no nos llevará a la complacencia. Nuestra lucha continuará con determinación hasta que esta oscura organización sea completamente eliminada.
Este 15 de julio que se celebra como el “Día de la Democracia y la Unidad Nacional” conmemoramos con respeto a los héroes que ofrendaron sus vidas defendiendo a la República y la democracia.